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Sonia, frescura marítima para el verano 2016 de Andres Sarda
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Sonia, frescura marítima para el verano 2016 de Andres Sarda

  • Colección SONIA, verano 2016 by Andres Sarda

    Colección SONIA, verano 2016 by Andres Sarda

  • Colección SONIA, verano 2016 by Andres Sarda

    Colección SONIA, verano 2016 by Andres Sarda

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  • Colección SONIA, verano 2016 by Andres Sarda

    Colección SONIA, verano 2016 by Andres Sarda

La raya vuelve a inspirar a Andres Sarda pero en esta ocasión, la colección Sonia, propuesta de la firma para el verano 2016, toma la versión multicolor de este motivo gráfico declinándola en dos gamas cromáticas muy diversas.
La paleta sofisticada y profunda de los tonos berenjena y una opción luminosa y refrescante en rojo, coral, blanco y gris, que en todos los casos se presenta en series con efecto degradé que la firma dispone estratégicamente en los diseños para conseguir un efecto óptico que estiliza la silueta.
En cuanto a los detalles, elemento clave del estilo Sarda, son los diseños que se perfilan con unas hebillas esmaltadas colocadas estratégicamente en un universo de piezas realizadas en microfibra con aspecto de algodón en la que la raya es tricotada y no estampada.
Una propuesta que evoca el lado más chic de la tradición del baño y que se completa con un vestido de tirantes y con espalda de inspiración deportiva.
Origen e historia de Andres Sarda
Andrés Sarda, ingeniero textil perteneciente a una familia con un fuerte arraigo en el sector textil catalán, creó su propia empresa en Barcelona en 1962, centrada en la fabricación de prendas íntimas femeninas.
Centró sus esfuerzos en poner en marcha algunas ideas que, en el contexto de la época, rompieron con todo lo establecido hasta aquel momento: De sus experiencias anteriores en el seno de las empresas familiares obtuvo la certeza de la importancia de situar su proyecto en un nivel internacional; de su personalidad creativa y de su mentalidad avanzada surgió la necesidad de romper con los estereotipos y transformar la estética de la ropa interior femenina.
Andres Sarda, apostó por el diseño e imaginó prendas que, siendo cómodas y eficaces, eran, además, atractivas, sofisticadas y tentadoras.
El éxito de sus diseños allanó el camino de la internacionalización y en 1965 la compañía realizó sus primeras exportaciones a Francia. Su discurso fue entendido y muy bien recibido por los “connaiseurs” de un país que estaba en la vanguardia de la moda y que compartía las ansias renovadoras y una continua revolución de los estereotipos. El proceso de internacionalización culminaría más tarde con la presencia de la marca en los mejores puntos de venta del mundo.
En su nuevo reto empresarial, fue precursor en el uso de tejidos con Lycra, la fibra elástica que, por su elasticidad, revolucionó las posibilidades de diseño de las prendas íntimas, entre otros avances tecnológicos. Como el alquimista del renacimiento, Andres Sarda dejó volar su imaginación y se procuró de la curiosidad suficiente para descubrir las técnicas más idóneas que le permitieron llevar a cabo sus sueños.
Siguiendo su camino creativo, en 1970 la empresa amplió su gama de productos y empezó a producir colecciones de baño. Ése fue el momento elegido por el diseñador para asumir un nuevo reto: posicionar sus colecciones en la gama más alta del mercado. Una vez consolidado el proyecto empresarial, el sector del lujo era el objetivo.
Arropado por una estructura familiar, en el contexto de una ciudad cosmopolita y vanguardista como Barcelona, Andres Sarda tuvo muy claro que conservar la propia identidad era de vital importancia para mantener la personalidad y la trayectoria de éxito de la marca. Perseverar era la clave, y para ello había que ser fiel a la marca. Conservar su frescura, la inquietud por lo nuevo, la vocación de crear belleza. Y poco a poco fue transmitiendo estos valores a su hija Nuria que, tras un dilatado training en otros departamentos internacionales de la empresa, se incorporó en 1995 al equipo de diseño que dirigía su padre y que actualmente es la directora creativa de la firma.
La creatividad, la exquisitez y la novedad de los materiales, el gusto por el riesgo en el diseño, la vocación de sorprender, son las pinceladas que definen el estilo de los productos de la empresa Andrés Sardá. La precisión de las formas, la finura y la delicadeza de los acabados, el confort, definen los estándares de su producción. Barcelona, y su efervescencia de ciudad abierta, el bullicio de sus plazas mediterráneas, la interculturalidad, ponen marco a este ya largo proyecto empresarial en el sector del lujo. La tradición industrial, el conocimiento profundo y artesano del oficio, y la dinámica familiar le dotan de una identidad propia.
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