No es nuevo que la mujer ha estado siempre en un plano escondido también en el mundo del arte y la pintura, aunque eso no quiere decir que no existieran mujeres artistas. Saber analizar el papel de las mujeres en la historia a través de la pintura es vital para luchar a favor de la igualdad valiéndose de la cultura, la formación y la educación, tal y como demuestra la Asociación hispano-francesa Mujeres Avenir en actos como el que organizó ayer en el Museo del Prado, dedicado a las figuras de dos pintoras renacentistas que lograron alcanzar reconocimiento y notoriedad entre sus contemporáneos, a pesar –y al mismo tiempo– de ser mujeres: Sofonisba Anguissola (1535-1625) y Lavinia Fontana (1552-1614).
Ambas supieron romper con los estereotipos que la sociedad asignaba a las mujeres en relación con la práctica artística, y con el arraigado escepticismo sobre las capacidades creativas y artísticas de la mujer. Por eso, Mujeres Avenir ha querido dedicar un acto a esta exposición promovida por el Museo del Prado con ocasión de su bicentenario, que exhibirá en un mismo espacio la obra de estas dos mujeres por vez primera en la historia.
El acto celebrado en el Museo del Prado ayer contó con el apoyo y asistencia del Excmo. Sr. Embajador de Mónaco Jean-Luc Van Klaveren, la Secretaria de Estado de Igualdad Dª Soledad Murillo de la Vega, en representación de la Fondation Prince Pierre de Mónaco bajo la Presidencia de S.A.R. la Princesa de Hannover, M. Jean-Charles Curau, la Presidenta de Mujeres Avenir Dª María Luisa de Contes y la ponencia principal a cargo de la Doctora en Historia del Artem Dª Leticia Ruiz Gómez
“Tenemos que congratularnos porque una institución con el peso del Museo del Prado esté apostando por las mujeres. ¿Qué lugar mejor que este, que incita a la inspiración, para apoyar el empoderamiento de la mujer?”, expuso Dª Nuria de Miguel Poch, Secretaria General de la Fundación Amigos del Museo del Prado, quien presidió el evento.
“Autorretratarse es sinónimo de conocerse y también está ligado a las convenciones sociales. A la imagen de la mujer ha habido exclusiones sutiles, a veces ligadas a la imagen de pecado y la pintura no es una excepción. Nadie nos tiene que dejar de ver como lo que somos: personas”, dijo Dña. Soledad Murillo.
Por su parte, M. Jean-Charles Curau, de la Fundación Prince Pierre de Mónaco, presentó esta institución, que trabaja en diversos ámbitos para la creación contemporánea.
Dña. María Luisa de Contes, presidenta de la Asociación, recordó que “hay dos hechos de gran importancia en Mujeres Avenir: por un lado la modificación de sus estatutos para abrirse a todos los estados abiertos a la francofonía (como es el ejemplo de Mónaco) e iberofonía; por otro el gran número de actividades que la Asociación organiza que guardan relación con el patrimonio museístico, tanto desde la coleccionismo (ejemplo de ello es el micro mecenazgo en el que está colaborando esta red de mujer con ocasión del bicentenario del Prado), como desde la educación y formación”. De Contes recordó los eventos ya celebrados por la Asociación que preside: “La mujer en el mundo del arte” (13 octubre 2016), “Creamos valores: mujeres artistas y gastronomía” (20 abril 2017), “Arqueología: una ciencia para la sociedad” (25 enero 2018), “La armonía entre el arte y la industria” (13 diciembre 2018), etcétera.
Este acto contó con la ponencia principal de Dña. Leticia Ruiz, Jefa del Dpto. de Pintura española antes del 1.700 en el Museo del Prado, que comenzó reconociendo que “en el Prado hay pocas obras realizadas por mujeres artistas, si bien esta institución es el reflejo de la realidad de la historia del arte hasta el siglo XIX: se conocen poco mujeres artistas, aunque las había, como se ha demostrado después”. También dijo que la institución “está comprometida a incluir más obras pictóricas de mujeres”, prueba de ello es que “hemos decidido apostar por una exhibición centrada en las obras de dos mujeres con ocasión del bicentenario del museo”.
De hecho, muchos de las grandes clásicos que hoy conocemos han podido ser en realidad obra de mujeres “Si ponemos más foco en la mujer como pintora, encontramos cuadros que les pertenecen”, explicó. Ejemplo de lo dicho, es el famoso cuadro de Felipe II, atribuido al pintor oficial de la Corte, Alonso Sánchez Coello, pero en realidad pintado por Sofonisba, a quien fue dedicada el acto de ayer y una importante exposición que se estrenará en el Prado el próximo octubre.
El acto de Mujeres Avenir dedicado al papel de la mujer ofreció una primicia mostrando una exhibición de tal importancia que el Museo de Boston, que solo presta cinco cuadros al año, ha decidido colaborar en esta exposición con una de sus obras.
Dña. Leticia Ruiz aporta una larga trayectoria en investigación y en colección, está a cargo de toda la pintura española del Renacimiento en El Prado y es autora de numerosas publicaciones y artículos. “Las mujeres en la pintura, antes del siglo XIX y XX están muy relegadas al ámbito doméstico, todo lo que estuviera fuera de él era un mundo pensado para los hombres, pero a medida que se investiga se descubre que había muchísimas mujeres artistas, especialmente en los conventos. Intentamos que haya más presencia femenina en las trabajadoras del Prado. Por ejemplo, ya hay muchas más restauradoras que restauradores”, aseguró.
Aunque incluye algunas obras de otras pintoras, esta exposición se centra en dos figuras menos conocidas, pero de gran relevancia en la historia de la pintura europea y mundial: Sofonisba Anguissola, que alcanzó una fama mundial por su virtuosismo, y Lavinia Lafonte, reconocida como la primera mujer con profesión de pintora de la historia.
“La pintura para mujeres tan adelantadas a su tiempo como Sofonisba y Lavinia tenía un gran simbolismo: les servía para tener una vida propia y para mejorar la historia de su propia familia, lo cual es importantísimo para dos mujeres del siglo XVI”, aseguró la Jefa del Dpto. de Pintura Española de El Prado. En el caso de Sofonisba, que procede de la pequeña aristocracia con poco poder económico y con una familia de seis hijas y un varón, sus aptitudes y su puesto como dama de corte hicieron que la familia no estuviera abocada a la ruina por tener que pagar la dote de seis mujeres.
La exposición engloba muchos autorretratos en los que las autoras quieren mostrarse como virtuosas (no solo en pintura, también en música o literatura) y además mujeres comme-il-faut, con comportamientos adecuados para jóvenes de su época. Sofonisba se vuelve una mujer muy afamada, hasta el gran pintor Miguel Ángel se tomará el tiempo de ver sus dibujos; cuando Felipe II contrae nupcias con Isabel de Valois, se la solicita como Dama de Corte, lo máximo a lo que puede aspirar socialmente. Fue además una mujer que fue contra las convenciones sociales, que no tuvo hijos, que se casó a los 41 años con su primer marido y que no pidió permiso al rey para casarse con el segundo. Sobre todo, es importante porque fue, en palabras de Dña. Leticia Ruiz, “un paraguas como parangón para muchas mujeres que vinieron detrás y que se dieron cuenta de que se podía ser lo que la sociedad quería de las mujeres y, además, una profesional”.
Lavinia Fontana fue la primera pintora profesional de la historia. Su marido, también pintor, entendió que ella era la virtuosa de la pintura y, a pesar de las chanzas de la gente, abrieron el primer estudio abierto Lavinia Fontana, convirtiéndola en la primera mujer en la historia de la pintura con estudio abierto. Su obra fue fructífera, hizo retratos y también aposto por subgéneros: grupos, miniatura, retratista; reflejó muy bien el lujo dela sociedad protagonizada por las mujeres de Bolonia. Además, fue la primera pintora que realizó desnudos a gran tamaño (cuyas mejores obras estarán recogidas en esta exposición) y que realiza imágenes tan novedosas como un ser humano tocando a dioses.
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