1. Fuente Prior y Arija. La primera se encuentra en las proximidades de Burgos ciudad, inmersa en el parque de Fuentes Blancas, una zona que cuenta con varias áreas de ocio, anillos verdes y arenas finas para poner la sombrilla y tomar el sol durante todo el día. En cuanto a la segunda, situada en el Embalse del Ebro a su paso por la localidad de Arija, cuenta también con zonas de arena, rincones para avistar aves que habitan en este territorio, rutas de senderismo, bicicleta de montaña y un albergue con cabañas de madera.
2. Pozo Azul. Se trata de un manantial ubicado en el norte de la provincia, en Covanera. Es un pequeño paraíso en un escondido rincón de la frondosa naturaleza de Burgos, ya que surge como una pequeña cala de aguas cristalinas que, debido a la progresiva profundidad que gana según se aproxima a la roca, muestra diversos tonos azulados, dotando al lugar de ese aspecto tan idílico. Dos apuntes importantes a destacar: el agua está muy fría y es una joya para los espeleobuceadores, al tratarse de la cueva subacuática más larga de España.
3. Pedrosa de Tobalina. Considerada una de las siete maravillas de la provincia de Burgos, su cascada (El Peñón) esconde varios rincones mágicos debido a sus cerca de 100 metros de longitud y 12 de altura. Este espacio natural es visitado, durante todo el año, por cientos de viajeros, aunque en los meses con temperaturas más bajas, las aguas de esta cola de caballo cobran vida y belleza. Sin embargo, ahora en verano, es foco de visitas de grupos de amigos, familias y parejas que buscan darse un buen baño en la improvisada piscina donde quedan vertidas las aguas de la cascada.
4. El Pantano de Arlanzón. Se trata de una zona muy frecuentada por viajeros y habitantes de Burgos, al encontrarse a 30 kilómetros de la capital, entre los municipios de Villasur de Herreros y Pineda de la Sierra. Tanto para compartir una comida al aire libre, como para darse un baño y broncearse con los rayos de sol del cielo burgalés, esta es muy buena opción a tener en cuenta. Cuenta con 127 hectáreas y 15 kilómetros de costa, y en sus aguas se pueden practicar tanto la pesca como diferentes deportes náuticos.
5. Orbaneja del Castillo. Situadas en la comarca de Páramos, sus pozas han sido formadas por la erosión del agua sobre la piedra caliza, que produce socavones con formas parecidas a un jacuzzi y con aguas cristalinas de color turquesa que nada tienen que envidiar a las aguas caribeñas. Originadas por la caída de agua de la gran Cueva del Agua de Orbaneja del Castillo, que se precipita desde una altura de 20 metros, las Pozas conforman un conjunto natural que, además de servir para remojarse y refrescarse, forman una estampa única que son visita casi obligada.