TURISMO NACIONAL

Castell Vell; castillo almohade que se considera el origen de la actual Castellón

Redacción | Jueves 07 de mayo de 2020

El más cautivador turismo activo en la capital de la Plana es ascender al cerro de la Magdalena para visitar el lugar donde se gestó la ciudad.

Habitado desde el neolítico, los musulmanes erigieron allí un castillo almohade en el siglo X que se considera el origen de la actual ciudad. Pero dos siglos más tarde, tras ser conquistado por los cristianos, el rey Jaime I autorizó en 1251 el traslado de la población desde la agreste montaña hasta un lugar mucho más fértil y rodeado de huertas: la alquería de Benirabé. Allí, Castellón de la Plana fue creciendo y consolidándose como referente del Mediterráneo. Además, como guinda, puede visitarse la ermita de la Magdalena, lugar de peregrinación de la Romería de les Canyes, momento álgido de las principales fiestas castellonenses.

Ascender tranquilamente al cerro de la Magdalena supone no solo una excelente manera de practicar senderismo a las afueras de Castellón sino también emprender un apasionante viaje en el tiempo de once siglos, para conocer el origen de la ciudad y admirar este patrimonio arqueológico catalogado como Bien de Interés Cultural. Durante todo el año el Castell Vell y su Centro de Interpretación pueden visitarse por cuenta propia mediante paneles explicativos o a través de audioguía para móviles.

El recorrido consta de seis paradas bien señalizadas:

1–Estructura del Castell Vell, distribuido en tres recintos amurallados independientes. 2–El Albacar, refugios temporales para la población. 3–La Alcazaba, en la parte más elevada, donde se administraba el distrito catastral. 4–La casa andalusina, la más conocida del conjunto, de planta rectangular y 85 m2 de superficie. 5–El Territorio del Castell, o estructura del entorno. 6–El Poblado, donde residía la mayor parte de la población.

La ermita de la Magdalena, integrada en la zona del Albacar, está excavada en la roca. En el siglo XV se construyó el pórtico, la capilla y el establo; y dos siglos después, la cocina y el aljibe. En un muro exterior hay pinturas murales del siglo XIV.

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