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Movember; campaña solidaria de la salud masculina, con el bigote como distintivo

Milo Ventimiglia
Redacción | Jueves 05 de noviembre de 2020

Noviembre es desde hace algunos años el mes por excelencia de la salud masculina, en el que campañas como Movember, buscan concienciar a los hombres de aquellos problemas y enfermedades que les afectan o pueden llegar a afectarles, como el cáncer de próstata o testicular pero también la depresión, entre muchos otros. El distintivo principal de esta campaña de solidaridad es el bigote, del que nos hablan desde los salones David Künzle, aportando algunos consejos y tipos que más les pueden favorecer.

Aunque el objetivo de MOVEMBER (resultado de unir moustache + november) es el de recaudar fondos para la investigación de las diversas enfermedades que afectan a los hombres, entre ellas el cáncer de próstata y el testicular, otros optan por la solidaridad y la visibilidad, dejándose bigote cuando empieza el mes de noviembre, apoyando así una iniciativa que anima a todos ellos a dejar crecer el vello facial por esta importante y noble causa. Desde los salones David Künzle en Madrid, recomiendan pensar antes qué estilo es el que mejor nos puede quedar: “Llegado a una cierta edad, un hombre sabe perfectamente lo que le queda mejor, no está tan abierto a cambios como cuando se es joven. Pese a que el bigote simboliza en parte la masculinidad y una imagen un tanto ruda, no son muchos quienes se atreven con él, se prefiere la barba de largo e incluso la perilla. El bigote requiere de un tipo de cara muy concreta, mejor angulosa, alargada. Por la perilla suelen optar más quiénes buscan afilar el rostro si son de cara redonda u ovalada, así como por la barba, que más pronunciada en la parte de la barbilla, causa el mismo efecto”.

Las barbas por tanto, mejor en ancla o de candado real. Respecto al bigote, el chevron, un mostacho alto que roza la nariz: “Es un bigote muy denso, ancho y espeso, sólo para hombres con mucho vello facial, muy del estilo Sam Elliott, Sean Connery, Burt Reynolds o Tom Selleck en aquellos lejanos setenta, un bigote que cubría bien los labios y su comisura, y que se arregla recortándolo de vez en cuando y aplicando gomina al final”. También se puede jugar con la longitud e incluso con el color, pudiéndose teñir o decolorarse para darle un toque determinado: “Si hablamos de los tipos de bigote que se pueden probar, todo dependerá de lo lampiño o velludo que se sea. En el primer caso, obviamente un bigote lápiz o tal vez el inglés, y en el segundo, un buen moustache en herradura, walrus (que se mezcla con la barba), imperial o el ya citado chevron”.

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