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Alberto Reguera: Homenaje a Aert van der Neer. En el Museo Thyssen

Claro de luna con un camino bordeando un canal (Foto: Aert van der Neer).
Redacción | Martes 16 de febrero de 2021

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza expone, del 15 de febrero al 9 de mayo, una serie de 10 pinturas de Alberto Reguera (Segovia, 1961)

Y para presentar esta serie se ha celebrado una rueda de prensa virtual en la que han estado presentes el propio pintor junto a Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen y comisario de la muestra.

Estas 10 obras que Alberto Segovia (Segovia, 1961) ha realizado tienen como punto de partida la obra de la colección permanente ‘Claro de luna con un camino bordeando un canal’, del pintor holandés Aert van der Neer (Ámsterdam, 1603-1677).

Noche luminosa. Alberto Reguera

Las obras han sido realizadas expresamente para esta exposición y viajarán posteriormente a Hong Kong, donde se presentarán en el University Museum and Art Gallery, en otoño de 2021. La muestra está instalada en el balcón-mirador de la primera planta, con acceso gratuito y cuenta con la colaboración de Madrid Art Gestión de Arte.

Una de las características distintivas de la pintura de paisaje holandesa del siglo XVII es el protagonismo del cielo y las nubes, con sus infinitas variaciones. Esta es también una obsesión constante en la obra de Reguera. En sus paisajes abstractos, los pigmentos flotantes aportan levedad a la materia pictórica y sugieren sutiles estados atmosféricos y efectos luminosos.

Aert van der Neer fue el gran especialista de su tiempo en escenas nocturnas, habitualmente a la luz de la luna. La noche iluminada y el crepúsculo han inspirado a Reguera a lo largo de toda su carrera. El pintor segoviano explora los efectos de la luz que se filtra desde las capas subyacentes de la pintura y aflora hasta la superficie del lienzo, produciendo un efecto de deslumbramiento.

Las dimensiones de los cuadros de esta exposición se han determinado a partir de las proporciones de la tabla de Aert van der Neer, aumentando el grosor de los bastidores para recordar la presencia del marco que contiene el cuadro del holandés. Todo esto responde al énfasis de Reguera, tal como ha explicado, en su obsesión por el espacio, en la pintura como objeto tridimensional, dotado de volumen, que el espectador puede observar desde distintos puntos de vista.

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