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La terraza de la Madreña inaugura nueva temporada

Redacción | Miércoles 16 de junio de 2021

Situada en el bulevar del paseo de la Castellana a la altura de María de Molina y con un total de 140 plazas, la terraza de La Madreña es una de las mejores opciones para refugiarse del calor y la rutina este verano

Cuenta con dos zonas, una acristalada con aire acondicionado y otra exterior cubierta por toldos, dotada de ventiladores, con nebulizador, súper refrescantes y completamente insonorizada

En ambas se ofrece un producto de primera, un servicio relajado y la posibilidad de alargar la sobremesa hasta la cena a ritmo de copas y cócteles al más puro estilo beach club

¿Qué tiene que tener una terraza para ser la reina de las terrazas? Una buena localización, amplias sombrillas para protegernos del exceso de sol y de calor –y de la lluvia, en primavera–, ambientillo, comida rica y la posibilidad de alargar al máximo la sobremesa vespertina ahora que es más difícil extender la nocturna. La de La Madreña Castellana, un restaurante consagrado al producto y la cocina tradicional con evidentes guiños al recetario y la despensa asturianos, tiene todo eso y mucho más. Está ubicada en una de las principales arterias de la capital, entre Nuevos Ministerios y María de Molina, aunque una vez sentado en sus mesas uno cree estar en algún paraíso natural alejado del tráfico y el asfalto; la vegetación del bulevar, la de los jardines del museo de Ciencias Naturales que actúan como telón de fondo y la que decora la terraza, así como un sofisticado sistema de mamparas de última generación que la insonorizan de la calzada, contribuyen a crear una atmósfera única. Es además una de las más amplias de todo el paseo con capacidad para 140 personas y dos zonas diferenciadas: una al aire libre –eso sí, cubierta de toldos negros, cuidadosamente decorada y con ventiladores con nebulizador, y otra acristalada con aire acondicionado.

ESPÁRRAGOS Y ALCACHOFAS PARA DESPEDIR LA PRIMAVERA

En esta maravilla de lugar, lo más parecido a un beach club en plena urbe, se puede disfrutar de una cocina honesta, basada en una materia prima de extraordinaria calidad y de rigurosa temporada que es seleccionada de su mejor origen posible. Como entrantes destacan especialidades fijas como la ensaladilla rusa con bonito del norte –en plena costera–, el pastel de cabracho al gratén de ajo negro, el calamar fresco de potera a la romana o la gamba de cristal –procedente de la costa andaluza con huevo campero frito y pimientos de Padrón y las ensaladas y verduras de estación. Ahora, pueden encontrarse ensalada de tomate mar azul con ventresca de atún o con perdiz, espárragos trigueros a la plancha con jamón, alcachofas hechas en casa con jamón, alcachofas naturales con almejas en salsa verde y alcachofas naturales con foie.

COCINA CON ACENTO ASTURIANO

Detrás de La Madreña se encuentran Marga y José Luis Rodríguez, dos hosteleros de pro cuya pasión por el oficio se nota en cada detalle del servicio y cuyo origen asturiano se deja ver tanto en la bodega –hay varias referencias de su Cangas del Narcea natal– como en muchos de los apartados de la carta: en los rotundos guisos con verdinas –las hay con centollo vivo y guisadas con langostinos de Huelva–, en la variedad de cachopos –de ternera roja asturiana con IGP–, en la selección de quesos que forman parte de la receta secreta de su tarta de queso –probablemente una de las mejores de Madrid– que afinan para La Madreña en una pequeña quesería de Asturias o en la querencia por la cocina marinera. Su soberbia selección de pescados frescos de lonja incluye sobre todo piezas del Cantábrico –merluza de pincho de Burela a la romana, al horno y a la sidra, lubina de estero, bacalao y auténtico pixín de barriga negra de Luarca– aunque también hay atún rojo de almadraba en temporada. No desmerecen las carnes, que selecciona, despieza y madura en cámaras propias el carnicero del grupo.

UNA TERRAZA PARA EL TARDEO

Otro de los encantos de este oasis urbano es el ambiente relajado y playero que se respira en él. Después de comer, el servicio no entiende de prisas y por sus mesas desfilan hasta la hora de cenar combinados prémium y cócteles clásicos preparados al momento: Mojito, Daiquiri –de limón o de fresa–, Cosmopolitan, Huracán –ron añejo, zumo de maracuyá y zumo de limón–, Tropical Cooler –frutos rojos y cítricos–, Margarita, Negroni, Vermoujito, Moscow Mule y Piña Colada.

La terraza cuenta con una amplia zona de aparcamiento disponible 24 horas junto al museo Nacional de Ciencias Naturales y abre desde las 7 de la mañana para desayunos.

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