TURISMO INTERNACIONAL

Un documental narra la presencia española en Taiwán en el siglo XVII

Isla Heping
Redacción | Miércoles 04 de agosto de 2021

Producido por el Ministerio de Cultura de Taiwán y la Oficina de Asuntos Culturales de Keelung, el documental “Redescubrir el Fuerte San Salvador en la Isla Heping“, narra la historia del descubrimiento del más importante asentamiento de españoles durante el siglo XVII en la ciudad de Keelung, al norte de Taiwán, donde hoy se lleva a cabo un importante proyecto arqueológico que ha sacado a la luz los restos del antiguo Fuerte de San Salvador y de la Iglesia de Todos los Santos, las más evidentes pruebas de la presencia histórica de España en Taiwán.

Al noreste de la ciudad de Keelung se encuentra la Isla Heping, también conocida como “Gallinero”, hoy unida a la ciudad por dos puentes. Según explica en el documental el profesor español José Eugenio Borao, de la Universidad Nacional de Taiwán, allí se llegó a identificar, gracias a documentos y mapas antiguos, la existencia del mayor asentamiento español en Taiwán, en el periodo de 1626 a 1642.

Como consecuencia, Taiwán y España pusieron en marcha un importante proyecto conjunto de investigación para redescubrir el pasado español de la isla, gracias al cual han salido a la luz importantes piezas arqueológicas así como restos humanos que han sido identificados como de procedencia europea, de acuerdo a las pruebas genéticas.

Cruz de Caravaca

Históricamente, se sabe que en 1626 el imperio español desplazó una flota de buques de guerra desde Manila al extremo norte de Taiwán y estableció una pequeña colonia llamada Formosa Española. El Fuerte de San Salvador fue construido allí para contrarrestar el poder holandés en el sur de Taiwán y para salvaguardar los intereses españoles en la ruta marítima entre la provincia china de Fujian y Filipinas. Sin embargo, el imperio de España en Taiwán, después de varios años de lucha, cedió ante el mayor poder de los holandeses en la isla y abandonó Taiwán en 1642, entregando el fuerte a sus enemigos.

Según se cuenta en el documental, los españoles, además de su interés por el comercio marítimo, promovían el catolicismo desde la Península Ibérica hacia Asia. Así lo prueban por ejemplo el descubrimiento de la base de la pared de piedra de una iglesia y de una Cruz de Caravaca partida.

A juicio de la profesora de la Universidad de Cantabria, Mª Cruz Berrocal, que dirige el equipo español que participa en las investigaciones arqueológicas, la presencia de tal símbolo de origen español atestigua que en la zona habría un cementerio católico.

Pero a medida que han ido avanzando las investigaciones y se han ido desenterrando restos en la Isla Heping, se ha descubierto que la zona hay reliquias mucho más antiguas y anteriores a la llegada de los españoles, y que se remontan incluso a la prehistoria.

Debido seguramente a su excelente ubicación geográfica, los marineros que navegaban por las costas de China y de Japón fácilmente se fijaron en unas montañas redondeadas, a las que entonces llamaron “Gallinero” debido a su semejanza con las jaulas que se utilizaban para guardar gallinas. El lugar se convirtió en un identificador muy importante para la ruta que debían seguir.

Refiriéndose a la Isla Heping, la profesora Berrocal habla del “primer registro de la globalización”, porque en la zona, que bien puede identificarse como “el lugar más internacional de Taiwán”, hay huellas dejadas no solo por españoles, sino por personas procedentes de todos los continentes.

Emociona ver en el documental cómo son los propios habitantes de la Isla Heping quienes participan directamente en las excavaciones y en la recogida y limpieza de restos, y cómo así se han convertido en protagonistas de un proyecto conducente a redescubrir su propia historia.

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