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La Fundación Emilio Moro contribuye al reparto justo del agua potable en comunidades vulnera

Redacción | Miércoles 24 de noviembre de 2021

La responsabilidad social corporativa de la familia Moro se materializó en 2008 con la creación de Fundación Emilio Moro, nacida con un doble objetivo: contribuir a la causa de un reparto justo de agua entre las poblaciones más necesitadas y apoyar el acceso a la educación de jóvenes en riesgo de exclusión social. Durante más de una década y bajo el lema ‘El vino ayuda al agua’, una de sus principales áreas geográficas de actuación ha sido Latinoamérica, donde ha brindado apoyo en nutrición, seguridad alimentaria, acceso a agua potable, cuidados sanitarios e higiene a comunidades vulnerables. En la actualidad, Fundación Emilio Moro desarrolla proyectos en Colombia y Perú —países en los que su principal aliada es la organización humanitaria Acción contra el Hambre—, así como en México, de la mano de la asociación civil Cántaro Azul, todos ellos merecedores de visibilidad por su alcance y sus logros obtenidos.

‘PORQUE EL AGUA ES VIDA’ EN COLOMBIA

‘Porque el Agua es Vida’ es el eje rector de la alianza entre Fundación Emilio Moro y Acción contra el Hambre, con la que buscan impulsar la repartición justa de los recursos de agua en Colombia. El plan se inició en La Guajirita, Jericó, donde ya se ha apoyado a más de 500 personas, y en 2021 se ha hecho extensible a Santa Rosa, comunidad perteneciente al municipio de Ayapel, departamento de Córdoba, y considerada zona de riesgo por haber sufrido incontables desastres naturales fruto del cambio climático. A pesar de ser una región con una gran oferta hídrica, el 42 % la población no cuenta con acceso a agua potable y por ello se expone a todo tipo de enfermedades. Por ello, entidad y organización decidieron encaminar sus esfuerzos a esta área a través del diseño e instalación de un sistema para tratamiento del agua. Además, han formado un grupo asociativo para la administración del recurso a nivel comunitario.

Sobre la ampliación del proyecto, José Moro, presidente de Fundación Emilio Moro, comenta que «llegar a más comunidades dentro de Colombia supone un gran orgullo, principalmente en tiempos tan complicados como los actuales. Hemos visto que el proyecto ha cambiado la vida de los habitantes de La Guajirita y esperamos obtener los mismos resultados dentro de Santa Rosa, siempre de la mano del equipo de Acción Contra el Hambre».

LOS ALBERGUES SE ABASTECEN DE AGUA EN PERÚ

En el estudio realizado en Perú por Fundación Emilio Moro y Acción Contra el Hambre, se identificó un problema con las limitadas condiciones de los sistemas de agua y saneamiento en los comedores populares y albergues de población refugiada y migrante venezolana en tres distritos de Lima Metropolitana: Lima de Ate, de San Luis y de San Juan de Lurigancho. Para solventarlo, se han implantado diversas medidas: la mejora de los sistemas y la calidad del agua en los albergues; capacitaciones en el buen uso y mantenimiento de los sistemas de agua y desagüe; educación en el cuidado del agua potable y la importancia de un correcto lavado de manos como método de prevención de enfermedades. Hasta ahora, 202 personas —106 mujeres y 96 hombres— se han beneficiado directamente del proyecto.

MÁS DE 40.000 NIÑOS MEXICANOS YA DISFRUTAN DE AGUA SEGURA

Desde 2015 el programa ‘Agua Segura en Escuelas’, de la asociación civil Cántaro Azul en colaboración con Fundación Emilio Moro, se ha implementado hasta la fecha en estados de la república mexicana como Chiapas, Oaxaca, Puebla, Morelos, Veracruz y Tabasco. Durante estos seis años se han logrado generar esquemas integrales de servicios de agua, saneamiento e higiene en escuelas rurales, y se han fortalecido las capacidades de comunidades educativas para usar responsablemente los recursos con los que cuentan y generar hábitos saludables para los niños. A día de hoy, más de 40.000 estudiantes de nivel básico se han beneficiado de estas medidas.

La fuerza del proyecto ha hecho que en un contexto de emergencia sanitaria este no se detuviera sino que se flexibilizara, replanteando sus actividades y estrategias para mitigar los riesgos de contagio en el marco del regreso a las clases. En los próximos meses se hará seguimiento a las escuelas ya adscritas al programa y se sumarán diez nuevas escuelas de Chiapas. Para José Moro, «cada año cumplido de esta alianza es un gran orgullo, principalmente al sortear tiempos inciertos como los actuales, que lejos de hacernos parar, nos impulsan a seguir trabajando al ver la diferencia en la calidad de vida de los beneficiados desde el inicio del proyecto, resultados que gracias al equipo de Cántaro Azul siguen avanzando».

Con tres proyectos activos en un momento tan complicado a nivel global, la Fundación Emilio Moro demuestra que han bastado diez años para convertir una inquietud —devolver una parte de lo que la tierra nos da— en firme convicción. «El agua es un recurso asumido en muchos países, pero la realidad es que en muchos rincones del planeta no tienen acceso a él. La labor que hemos llevado a cabo durante más de una década ha sido muy gratificante para nosotros, con iniciativas que nos han llevado a facilitar el acceso a agua potable en las comunidades que más lo necesitan».

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