TURISMO INTERNACIONAL

Explorar las atracciones más eco-friendly de Reino Unido viajando en tren

Acantilados blancos de Dover
Redacción | Lunes 07 de marzo de 2022

En cada paseo en la naturaleza, uno recibe mucho más de lo que da”, es una de las citas más celebradas del pionero escocés en la defensa de los espacios naturales John Muir. Y parece que la mayoría de sus compatriotas están de acuerdo. Solo hay que darse una vuelta por el medio rural para ver que el amor de los británicos por la naturaleza es incontestable. Su capacidad para conservar espacios naturales y para disfrutar del medio ambiente y de la naturaleza es palpable desde el jardín urbano más humilde hasta el parque nacional más espectacular.

En los últimos años han surgido una serie de proyectos eco-friendly a lo largo del país que tocan temas tan interesantes como mostrar que el destino de los humanos está interconectado con el de la naturaleza, y que complementan a la perfección las atracciones naturales de toda la vida, como los acantilados blancos de Dover. Os dejamos aquí algunos de los más interesantes y cómo acceder a los mismos en transporte público.

Knepp Wildland, Sussex (Inglaterra)

Knepp Wildland, Sussex

Este lugar lo tiene todo para que su historia pudiera convertirse en una serie de televisión: aristócrata de familia con pedigrí –los Burrells tienen conexiones con la zona desde el siglo XV- hereda unos terrenos, incluyendo un palacio, a unos sesenta kilómetros de Londres, en Sussex. Viendo que la ganadería convencional les reporta cada vez menos beneficios, deciden darle un giro al sistema tradicional que estaba implantado en sus fincas agrarias desde los tiempos de sus abuelos, creando un espacio salvaje donde la naturaleza manda, en lugar de estar sometida. Un lugar totalmente distinto a lo que era hace dos décadas, cuando comenzaron la reconversión.

Isabella Tree, escritora y consorte del heredero, publicó recientemente un libro sobre esa transición, Wilding, y en el mismo narra la aventura que ha sido este cambio de paradigma, cómo sus vecinos estaban horrorizados con ver que su finca, hasta entonces cuidada de modo convencional, se convertía en un espacio verde salvaje y en opinión de muchos, descuidado. Y, sin embargo, lo que estaba pasando es que la naturaleza estaba retomando de algún modo lo que era suyo. Desde que iniciasen el gran cambio han conseguido por ejemplo que aves como la tórtola hayan vuelto a dejarse caer por la zona, unas aves que antiguamente se avistaban fácilmente en los veranos británicos y cuyos números cayeron un 93% desde 1994. Además de recuperar hábitats para decenas de especies, Knepp es también un lugar privilegiado desde donde observar la naturaleza.

Knepp Wildland ofrece varias opciones de alojamiento, como glamping y camping. El destino tiene fuelle para hacer de él lo que se quiera, desde un fin de semana romántico, a una escapada solitaria con un libro bajo el brazo, merece la pena visitarlo y zambullirse en esa abundancia de vida salvaje, incluyendo los safaris que permiten explorar las más de 1.400 hectáreas de terreno.

Los acantilados blancos de Dover (Inglaterra)

Esta atracción natural, impresionantes acantilados que parecen un lienzo de tonos marinos azules y de piedra caliza blanca, es uno de los paisajes más icónicos del país. Visitar los acantilados blancos de Dover permite ver de cerca el Canal de la Mancha y la costa francesa, ver esa distancia física que separa a Reino Unido de la Europa continental. La mejor forma de explorarlos es a pie, pues dando un paseo se puede disfrutar con todos los sentidos, no solo de las impresionantes vistas, sino también de la suave brisa salada.

The Eden Project, Cornualles
Una buena opción es caminar hasta el faro de South Foreland, dejando atrás el puerto de Dover –el puerto de pasajeros más transitado del mundo-. Además, al llegar al sitio del faro –el actual es victoriano, del siglo XIX, pero lleva habiendo uno en ese lugar desde el siglo XIV- hay una recompensa que los golosos y los amantes de lo tradicional disfrutarán especialmente: el salón de té de Mrs Knotts. Dulces caseros típicamente británicos, como scones con mermelada o tarta Victoria sponge, tés servidos en tazas de porcelana con distintos motivos y un tocadiscos que consigue evocar cierta nostalgia por los años cincuenta forman parte de su encanto vintage.

The Eden Project, Cornualles (Inglaterra)

¿Cómo sostiene el mundo natural a la humanidad? ¿Cómo la vida en la tierra puede estar tan interconectada, como si se tratase de una gran telaraña? Se puede encontrar la respuesta a todas esas preguntas y muchas más en un lugar, The Eden Project. Situado en el condado de Cornualles, en la esquina más occidental del país, esta organización sin ánimo de lucro, fundada por varios amigos hace dos décadas en el sitio de una cantera de arcilla en desuso que no tenía ni suelo ni plantas, ha crecido exponencialmente hasta lo que es hoy en día: un jardín global que recibe miles de visitas al año y que es una referencia en cómo construir relaciones entre los humanos y el mundo natural.

Explorando los distintos biomas (cada una de las grandes comunidades ecológicas en las que domina un tipo de vegetación) albergados en las icónicas cúpulas que son ya la imagen del proyecto se podrá comprobar esa conexión entre los dos mundos y cómo desde The Eden Project ponen todo su empeño en promocionar un planeta más respetuoso con el medio ambiente y en trabajar codo con codo por el beneficio de todos, la naturaleza y los humanos. Uno de los biomas acoge un ecosistema Mediterráneo, el otro, más espacioso aún, una selva donde se pueden encontrar más de 1.000 especies de plantas y hasta una cascada, y que además es la más grande del planeta situada en un espacio interior.

La cultura también tiene un hueco en el proyecto, pues en los meses cálidos tienen la temporada de conciertos veraniegos (The Eden Sessions) y también hay exposiciones durante todo el año, tanto de artistas locales y emergentes, como de profesionales más consagrados, además de performances, instalaciones y sesiones de storytelling.

The Royal Botanic Gardens at Kew, Londres

The Royal Botanic Gardens at Kew, Londres (Inglaterra)

Este paraíso de la botánica situado en el suroeste de Londres es muy accesible ya que se puede llegar en metro, y tiene todos los ingredientes para pasar un día perfecto en la naturaleza sin dejar la ciudad.

The Royal Botanic Gardens at Kew es uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo. Plantas carnívoras, un jardín japonés donde olvidarse del mundo, un espacio donde descubrir la ciencia detrás de su increíble colección de plantas, más de 14.000 árboles, el fabuloso kitchen garden de verduras y frutas donde aprender más sobre cómo producir alimentos de manera sostenible… las opciones son tan vastas como sus 120 hectáreas de terreno.

Además, no solo se puede disfrutar del mismo, sino también presumir de ello en las redes sociales, ya que las oportunidades para sacar fotos espectaculares son infinitas en cualquier época del año.

¿Cómo? Pues intentando pasar desapercibido entre las secuoyas californianas, o posando con alguna de las más de 1.500 especies nativas de regiones templadas que crecen en el invernadero victoriano más grande del mundo, Temperate House.

Findhorn (Escocia)
Findhorn (Escocia)

Este pueblo pesquero con un gran encanto situado en el noreste de Escocia, a 45 kilómetros de Inverness y autodefinido como el lugar en el que la gente, la naturaleza y la cultura se juntan, también es la cuna de la fundación sin ánimo de lucro Findhorn Foundation. Instituida con el espíritu progresista de los años sesenta, esta organización se dedica sobre todo a los programas educacionales y tiene asociado un eco-pueblo que se puede visitar. Allí se podrá explorar cómo es vivir realmente en sintonía con la naturaleza e incluso se puede reservar una experiencia de inmersión de una semana viviendo en el eco-pueblo, cuyos principios de base son escuchar a la voz interior, co-crear con la naturaleza y poner amor en el trabajo.

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