Ahora que el verano está a la vuelta de la esquina y las vacaciones de los más pequeños se acercan, es el momento de pensar en una escapada familiar. Resulta complicado encontrar un lugar que encaje con los gustos de los niños y que, al mismo tiempo, sea un momento de desconexión para los adultos, pero lo cierto es que Malta es capaz de reunir a todas las generaciones en un mismo lugar para que disfruten por igual de unas vacaciones bajo el sol del Mediterráneo.
Este archipiélago caracterizado por los tonos color miel de sus fachadas y por la luz mágica que baña los campos de las islas, es un destino ideal para cualquier tipo de viajero. A tan solo un par de horas de avión desde España, Malta cuenta con acantilados de infarto, cultura e historia que descubrir en cada una de las ciudades que forman parte de las islas, una gastronomía de influencias que se puede disfrutar en especial en su capital, Valletta, y atracciones para los pequeños (y no tan pequeños).
Popeye Village, el pueblo más bonito del mundo
Las grandes ciudades son lugares increíbles para hacer turismo, pero explorar rincones que regalan sensaciones únicas y privilegiadas es cada vez una actividad más codiciada. Road Affair, el blog de viajes estadounidense, quiso mostrar la magia de visitar los pueblos más bonitos del mundo a sus lectores, y Popeye Village, el icónico pueblo maltés del famoso marinero, encabezó la lista.
Este pequeño pueblo creado en 1980 para grabar la famosa película de Popeye resulta un lugar muy atractivo que descubrir acompañado de los más pequeños. Situado en Anchor Bay, cualquiera podrá subirse a las múltiples atracciones del parque, pasear y descubrir lo diferentes lugares del pueblo o asistir a un documental sobre la película filmada en los años 80.
Templos megalíticos, más antiguos que las pirámides de Egipto
Otra actividad imprescindible si se viaja con niños es hacer una visita en Malta a los templos megalíticos, uno de mayores tesoros de la isla. Estas construcciones que datan de los años 4000 y 2000 a.C , son más antiguas que las pirámides de Egipto y en su mayoría han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una forma excelente para que los más pequeños aprendan algo de historia y arqueología mientras se divierten. Los más destacados son los templos de Hagar Qim y el Hipogeo de Hal Saflieni.
Embarcarse en una expedición hacia Blue Grotto
Conocida como la Hollywood del Mediterráneo, Malta ha acogido a grandes directores de cine que han grabado sus películas en el archipiélago. Pasear por las calles y los escenarios que han visto rodar grandes filmes de la historia del cine, resulta otro plan infalible para hacer en familia.
Blue Grotto, uno de los lugares más bellos de Malta, fue testigo de la grabación de la película “Troya”. Formado por un total de seis cuevas marinas situadas a los pies de unos acantilados, estas cuevas hacen gala del nombre con el que fueron bautizadas ya que el azul de las aguas se refleja en las paredes de la cueva, creando mágicas combinaciones de tonos azulados.
Izar velas rumbo a Gozo
En tan solo 14 km de largo, Gozo esconde auténticas maravillas naturales donde reinan los valles, los acantilados, los senderos y las calas con aguas cristalinas. Visitar su capital, Victoria, y explorar la Ciudadela es hacer un viaje al pasado y adentrarse de lleno en la historia que forma parte de la isla, ya que en ella se encuentra la Catedral de la Asunción, construida entre 1697 y 1711.
Como paraíso natural que es, en Gozo se pueden explorar multitud de parajes secretos que ofrecen las mejores vistas panorámicas del Mediterráneo, como la cueva Tal Mixta. Situada cerca del pueblo de Nadur, es el fiel reflejo de la Cueva de Calipso que, según cuenta la leyenda, fue el lugar descrito en la Odisea donde Ulises fue prisionero de amor de la bella ninfa durante siete años.
Comino, la isla sin habitantes
Conocida como la hermana pequeña de Malta, esta isla de tan solo dos habitantes es perfecta para disfrutar de un día en familia. Aunque la Laguna Azul es la playa más famosa de Comino, lo cierto es que la isla tiene otras que bien merecen una visita, como St. Nicholas Bay y Santa Marija Bay, ambas playas de arena. Además, esta isla es ideal para realizar senderismo y descubrir los restos arquitectónicos de civilizaciones pasadas, como la torre de Santa Marija y las cuevas con el mismo nombre, al noreste de la isla, que tras cruzarlas permiten vislumbrarán unas piscinas cubiertas que atraviesan el acantilado.