TURISMO NACIONAL

Rutas por las juderías de España

Redacción | Martes 19 de julio de 2022

Viajar por España y descubrir destinos desde una perspectiva diferente es posible siguiendo el relato de la huella de la población judía que habitó, durante siglos, las ciudades de la Red de Juderías de España.

España no puede entenderse sin su herencia judía. Durante siglos, Sefarad, el nombre que los judíos dieron a la Península Ibérica, fue un rico entramado cultural del que hoy son testigos y herederas las ciudades de la Red de Juderías. Poblaciones muy diferentes entre sí, pero con un objetivo común: proteger, difundir y poner en valor el patrimonio material e inmaterial de su legado judío.

Las 21 ciudades que forman la asociación, repartidas a lo largo y ancho de la Península Ibérica, pueden ser visitadas de forma independiente, o siguiendo rutas identificadas por su proximidad geográfica.

Ruta por las juderías del noroeste

La esquina noroccidental de España es un destino de viaje imprescindible, y lo es aún más siguiendo la herencia sefardí preservada en las ciudades de la Red. En Ribadavia, el paseo por su judería es todo un viaje en el tiempo. Recorrer las estrechas callejuelas de su judería de aire medieval es encontrar detalles sefardíes a cada paso: estrellas de David esculpidas en fachadas, menorás…

El legado sefardí de Tui está presente en lugares como la Sinagoga, la Casa de Salomón, la menorá de la Catedral, y los Sambenitos del Museo Diocesano, únicos en Europa. En la cercana Monforte de Lemos, todo nos habla de su pasado medieval, desde las estrellas de David de la Torre del Homenaje, hasta el rastro de las antiguas casas judías en calles como la Falagueira, Zapaterías o Pescaderías, que conservan todo el sabor de la época en que los sefardíes hicieron de la ciudad una de las más ricas en cultura de la España.

El pasado judío de la ciudad de León está representado por en dos lugares: Puente Castro, la judería más antigua de la ciudad en la que se ubica el Centro de Interpretación de las Tres Culturas, y en su famoso Barrio Húmedo que se extiende por lo que fue la segunda judería de la ciudad.

Ruta por las juderías de la frontera

Por su carácter de tierra de frontera, el pasado judío es especialmente rico en las ciudades de la Red de Juderías de Cáceres y Salamanca. El corazón sefardí de Cáceres late en dos juderías: la más antigua, en el actual barrio de San Antón, donde se puede visitar el Olivar de la Judería, un pequeño jardín al pie de la muralla que fue el huerto de una antigua casa judía; y la más moderna, en los alrededores de la Plaza Mayor.

En Plasencia, el Palacio Carvajal Girón, un espectacular palacio del S. XVI, ocupa el mismo solar en el que se construyó la Sinagoga Nueva, y junto a ella, en dos calles que aún hoy serpentean hacia el centro de la ciudad –la de Trujillo y la Rua Zapatería- guarda el aroma de aquellos tiempos.

La de Hervás es una de las juderías mejor conservadas de toda España, como podremos comprobar al caminar por la calle Rabilero, y la vista de la población que se tiene desde el puente de la Fuente Chiquita, que cruza el río Ambroz, transporta a épocas medievales.

Muy cerca de Hervás, ya en la provincia de Salamanca, espera Béjar. Su judería no estuvo separada, como en otros lugares, del resto de la ciudad; hoy, en sus calles aguardan a sus visitantes lienzos de su pasado sefardí en numerosas viviendas y en el Museo Judío David Melul, que exhibe una magnífica colección de historia judía de la ciudad.

Ruta por las juderías andaluzas

En Lucena, la Perla de Sefarad, el patrimonio judío siempre es protagonista, pues fue la única ciudad de su época habitada exclusivamente por judíos, y cuenta con la mayor necrópolis judía excavada y la mejor conservada en Europa. A un paso de Lucena se encuentra Córdoba, que en el siglo XI se convirtió en el lugar más importante para los judíos en la Península Ibérica. Su judería ha conservado su trazado típico. En la calle Judíos se encuentra su sinagoga, y en la plaza de Tiberiades se erige la estatua dedicada a Moises Ben Maimon, Maimónides, probablemente la figura hebrea más importante nacida en la península ibérica.

En Jaén, la presencia judía se remonta al siglo VII: su antigua judería, estupendamente documentada, tenía su entrada en la Puerta de Baeza, que recuerda hoy una menorá gigante, y que franquea el paso a un dédalo de calles con joyas como la capilla de San Andrés, que fue en tiempos una de las sinagogas de la ciudad.

Ruta por las juderías del Ebro

El legado sefardí está también muy presente en tierras navarras, riojanas y aragonesas. Calahorra, Estella-Lizarra, Tarazona y Tudela son los puntos del mapa a marcar en esta ruta por las juderías del Ebro. En Calahorra, la plaza del Doctor García Antoñanzas marca el principio del recorrido de la antigua aljama judía. En Tarazona, hay que pasear por su judería y contemplar sus famosas Casa Colgadas, además, la casa de los conversos Casanate, reconstruida en 1371 conserva algunos capitales con forma de menorá.

En Estella-Lizarra, donde la presencia judía se remonta a 1135, aguardan los restos de dos juderías -la Vieja y la Nueva- bajo la ciudad, y la muralla que le servía de protección, visible a lo largo de 300 metros, en la colina que está encima de la calle Curtidores, y que forma parte del trazado del Camino de Santiago. Ya en Tudela, cuna del viajero judío Benjamín de Tudela, la antigua judería se extendía muy cerca de la Plaza de los Fueros, epicentro de la vida social tudelana, un lugar ideal para disfrutar de cualquiera de sus animadas terrazas.

Ruta por las juderías castellanas

El pasado judío refulge en Toledo. La ciudad de las Tres Culturas atesora un riquísimo legado sefardí: el yacimiento de la Sinagoga de Sofer, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la Sinagoga del Tránsito o el Museo Casa del Greco, que fue el hogar de Samuel Ha-Leví, gran rabino de la aljama de Segovia y tesorero del rey Pedro.

En Segovia, arropada por las cumbres del Sistema Central, la Judería se ha convertido en imprescindible lugar de visita para los numerosos viajeros que llegan a la ciudad castellana. Del paseo por su judería destacan la iglesia del convento de Corpus Christi, que fue la Sinagoga Mayor de la ciudad; el palacio de Abraham Senneor, donde se ubica el Centro Didáctico de la Judería -uno de los lugares más activos de Europa en la labor de la difusión de la cultura judía-, y el cementerio judío, excavado en El Pinarillo, y desde el que se tienen las mejores vistas de la capital segoviana.

A un paso de Segovia se encuentra Ávila, cuya judería se articulaba en torno a las actuales calles de los Reyes Católicos y del Pocillo. No puede faltar contemplar el atardecer desde el Jardín de Moshé de León, uno de los grandes místicos abulenses, con la puerta de la Malaventura de frente, la puerta de entrada y salida de la muralla, en la que se encontraba situado el barrio judío de Ávila y desde la que partieron al exilio aquellos judíos que no se convirtieron a la religión cristiana tras la expulsión.

Rutas por las juderías del Mediterráneo

Lorca tiene un rico patrimonio arquitectónico de todas las épocas y culturas que han pasado por la ciudad. En él destaca la Sinagoga, considerada única en el mundo por su estado de conservación, y también por ser la única sinagoga visitable actualmente en España que no fue transformada posteriormente en iglesia.

La cosmopolita Barcelona guarda gran parte de su memoria sefardí en el MUHBA El Call, ubicado en un edificio de origen medieval que se cree fue propiedad de un comerciante judío de la Edad Media, y donde se exponen diferentes piezas de cerámica, vidrio, orfebrería... y cualquier paseo por las calles del barrio gótico son una experiencia sensorial que nos transporta a la Edad Media.

En Sagunto, podemos encontrar las mejores huellas de su pasado judío en el Portal de la Judería, o Portal de la Sangre, un arco de medio punto por el cual se accedía a la aljama, y el mikvé, los baños rituales, dos auténticos tesoros del legado sefardí de España.

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