El kintsugi (en japonés: ‘reparación dorada’) es una técnica de origen japonés para arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto, y que deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia.
Denom lanza quinto disco en solitario: una oda a cómo enorgullecerse de las cicatrices a través de un ejercicio de introspección con el que nos abre el alma.
‘Kintsugi’, un disco con 11 temazos con los que crea belleza partiendo del dolor
Denom, uno de los raperos de referencia de la escena urbana nacional, llega a las plataformas digitales con ‘Kintsugi’, el cuarto álbum de estudio en su discografía y el más íntimo y personal de todos ellos. Una declaración de intenciones que pone sobre la mesa con el propio título: esa técnica japonesa que repara las piezas de cerámica rotas con oro. Esa manera de enorgullecerse de las cicatrices en vez de taparlas.
A lo largo de las 11 piezas de las que consta este nuevo trabajo, el artista madrileño hace un ejercicio de desnudez emocional para sacar al mundo todo lo que lleva dentro. Para mostrar, también con orgullo, esas marcas que le han ido dejando el tiempo y las vivencias. Y un viaje que lleva a atravesar tres etapas muy marcadas: el dolor, la introspección y la aceptación final. Un disco al que ha dado forma, de manera íntegra, en Japón y cuyos videoclips -esenciales para entender la narrativa del álbum, aunque sigan un orden distinto a ese con el que juega en el ‘tracklist’- grabados en Tokio.