PERSONAJES

Juan Luis Iborra, director de Oliver: Lo más difícil es encontrar niños que canten y bailen... y que no se aburran

Redacción | Miércoles 02 de julio de 2025

Juan Luis Iborra, fue el director de “Los chicos del coro”. Ahora vuelve a la carga con un nuevo musical protagonizado por niños: “Oliver Twist, el musical”, adaptación del clásico de Charles Dickens, que se estrenará el 12 de noviembre en el Teatro La Latina de Madrid.

Antes de conocerse el reparto definitivo, Juan Luis Iborra nos contó cómo afronta este nuevo reto escénico.

Oliver nos traslada a un Londres mugriento y oscuro del XIX, lo cual da mucho juego a nivel escenográfico y de vestuario

De ‘Los chicos del coro’ a ‘Oliver Twist’. ¿Un salto natural?

Así es. De una historia de niños… a otra historia de niños, pero del siglo pasado.

¿Qué diferencias y similitudes hay entre ambas propuestas?

La primera diferencia es la época. Oliver nos traslada a un Londres mugriento y oscuro del XIX, lo cual da mucho juego a nivel escenográfico y de vestuario. Pero ambas comparten algo esencial: son historias de sentimientos y de infancia olvidada.

En Los chicos del coro, los niños están recluidos en un colegio tras la Segunda Guerra Mundial. En Oliver, son pequeños abandonados, dejados al hambre y al azar de las calles. Creo que la productora ha apostado de nuevo por un tipo de musical muy concreto: con texto sólido, emociones profundas y dirigido a un público familiar.

Y esta vez, además, hay algo que no teníamos antes: coreografías. En Los chicos del coro había algún momento musical más contenido. En Oliver, las escenas de baile darán una dimensión más grande al espectáculo.

¿Qué es lo más difícil de montar esta versión de Oliver?

Sin duda era encontrar niños que no solo canten bien —que los hay y muchos—, sino que también bailen. Queremos que maravillen al público con sus voces angelicales… y también que se muevan con soltura sobre el escenario.

¿Es más difícil dirigir a niños o a adultos?

Todo el mundo me decía que trabajar con niños era muy complicado. Yo entré a Los chicos del coro con miedo, lo reconozco. Pero esos niños me hicieron muy feliz, y descubrí que me entiendo muy bien con ellos. Así que cuando me propusieron Oliver, acepté sin dudar. No es fácil, pero creo que lo hago bien.

¿Y los egos? ¿Son más sencillos de manejar con los más pequeños?

Muchísimo. Son vírgenes en ese sentido. Todo lo hacen desde la inocencia, desde la verdad, sin artificios. Con los adultos hay que buscar esa verdad, con los niños ya está ahí. Nuestro trabajo es evitar que se aburran y que sigan el guion… porque si no, te improvisan una obra distinta cada día (risas).

Como me pasaba con Los chicos del coro: la mayor recompensa es la emoción del público

¿Cómo se organizan los ensayos con niños, teniendo en cuenta el curso escolar?

Los ensayos empiezan en verano, cuando ya no hay colegio. Así podemos trabajar con jornadas más completas y dejar todo listo para octubre. En Los chicos del coro funcionó igual: el verano es ideal porque tienen más disponibilidad y energía.

¿Qué espera que sienta el público al ver Oliver?

Espero que se emocionen. Como me pasaba con Los chicos del coro: la mayor recompensa es la emoción del público.
En Oliver, aunque sabemos que el final es feliz, hay momentos dramáticos muy potentes, tanto en la historia del protagonista como en la de otros personajes. Es un musical que toca muchas fibras.

¿Es difícil adaptar una obra tan literaria como Oliver Twist?

Sí, muchísimo. Pero el texto lo ha adaptado Pedro Víllora, que ya hizo Los chicos del coro, y estoy seguro de que quedará precioso.

Quizás lo más desconcertante para el público sea que las canciones no son conocidas...

Es verdad. No hay grandes éxitos reconocibles. Pero eso también tiene su parte buena: estamos trabajando para que las canciones sean tan pegadizas que el público salga del teatro tarareándolas por la calle.

¿Qué le dirías a quien aún duda si comprar la entrada?

Que si vinieron a ver Los chicos del coro y les gustó, que no se pierdan Oliver. Y si conseguimos atraer a la misma cantidad de público… nosotros ya estaremos felices.

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