En pleno corazón de Malasaña, Brodis está revolucionando la forma de entender el kebab. Este nuevo restaurante urbano de carne asada propone una experiencia gastronómica diferente: disfrutar de sus platos con una carta de vinos “frikis” –auténticos, atrevidos y llenos de personalidad– diseñada para sorprender tanto a los curiosos como a los paladares más exigentes.
La propuesta, tan original como bien pensada, busca potenciar el sabor y la textura de cada receta. ¿Un ejemplo? El intenso Barbadillo Manzanilla, elaborado con uva Palomino Fina y crianza biológica, resulta perfecto para acompañar carnes y salsas potentes, como las empanadillas de carne kebab. Para los amantes de los matices delicados, un espumoso del Penedés (Chardonnay, Xarel•lo y Macabeo) con notas de brioche resalta el umami del bowl de pollo karaage.
En los blancos, la diversidad marca la pauta: desde el tropical y persistente Verdejo de Rueda (Pandora) hasta el fresco y cítrico Godello con Palomino de Valdeorras (Carballal). También hay guiños a zonas menos habituales, como el vibrante Escolinas de Cangas, que realza el contraste dulce-salado del hummus de calabaza y mango, o el elegante Can Matons de Alella, con un largo postgusto ideal para el naan de queso panir. El favorito de la casa, el Albariño Eido Da Fonte, se presenta como el compañero infalible del naan de pollo kebab.
La selección rosada tampoco deja indiferente: un Primitivo-Susumaniello de Puglia (Menhir), vibrante y refrescante, y un Tempranillo de Ribera del Duero (Arzuaga), ligero pero con nervio, suavizan el toque picante de las bravas Brodis.
Para los amantes de los tintos, la carta alterna clásicos y propuestas rompedoras. Desde un aromático Rioja Alta hasta opciones más expresivas como Martín Berdugo (Ribera del Duero), Copaboca (Valtiendas) o San Cobate, con estructura y carácter. El toque francés lo pone el Domaine De Montahuc (Pays d’Oc), elaborado con garnacha, syrah y cariñena, perfecto para equilibrar el ahumado del naan de ternera kebab o del sorprendente bikini de naan con pastrami.
Más que un simple acompañamiento, el vino en Brodis es parte esencial de la experiencia. Cada etiqueta ha sido elegida por su alma, autenticidad y capacidad de transformar un kebab en alta gastronomía urbana.