TURISMO INTERNACIONAL

Budapest vive seis días de magia junto al Danubio por San Esteban

Redacción | Miércoles 13 de agosto de 2025

Del 16 al 21 de agosto, la capital húngara celebra San Esteban con seis días de experiencias inolvidables. Una cita mágica en un escenario privilegiado junto al Danubio.

En pleno verano, cuando los días se alargan y el Danubio refleja los últimos rayos del sol, Budapest se transforma. La ciudad se prepara para uno de sus momentos más especiales del año: el Día de San Esteban, la gran celebración nacional de Hungría.

Este evento no solo conmemora un hito histórico, sino que también es una oportunidad para que la ciudad cobre vida con sus tradiciones, arte y encuentros al aire libre.

Una cita con la historia y con el cielo

El Día de San Esteban recuerda el nacimiento del Estado húngaro en el año 1000, cuando el rey Esteban fue coronado y Hungría comenzó a formar parte del mundo cristiano occidental. Más de mil años después, esa fecha sigue marcando el calendario como un símbolo de identidad. Pero lejos de quedarse en el recuerdo, la celebración se ha convertido en un evento contemporáneo que atrae cada año a miles de personas.

Durante seis días, del 16 al 21 de agosto, la capital ofrece conciertos al aire libre, cocina tradicional reinterpretada, instalaciones artísticas, mercados, espectáculos familiares y un ambiente festivo que se cuela en cada rincón.

Sin embargo, el momento más esperado llega el 20 de agosto, cuando el cielo se convierte en el escenario principal y tiene lugar el mayor espectáculo de fuegos artificiales de Europa, iluminando Budapest de una forma muy especial.

Más de 45.000 efectos pirotécnicos, sincronizados con música, lanzados desde varios puntos de la ciudad y acompañados por proyecciones de luz sobre edificios como el Parlamento o el Puente de las Cadenas. Y, por si fuera poco, más de 1.000 drones dibujarán en el cielo figuras inspiradas en la historia, los mitos y los símbolos del país.

Sabores que cuentan historias

Además del espectáculo visual, Budapest invita también a celebrar desde el paladar. La ciudad se convierte en un punto de encuentro para los amantes de la gastronomía, con puestos, food trucks y espacios dedicados a los productos locales y a los sabores más representativos del país, como el clásico goulash o el lángos (una masa frita servida con nata agria y queso).

Tampoco faltan los pasteles oficiales del Día de San Esteban, dos creaciones únicas seleccionadas cada año a través de dos concursos nacionales: el Pastel de Hungría y el Pastel Sin Azúcar de Hungría. Ambos se presentan de forma oficial el 19 de agosto, durante una ceremonia en la que se cortan por primera vez y pueden ser degustados por el público. Cada receta ganadora, distinta en cada edición, busca representar el carácter innovador de la pastelería húngara con ingredientes locales y una cuidada elaboración.

Junto a ellos, el Pan del Día de San Esteban, elaborado con trigo procedente de distintas regiones del país, no participa en ningún certamen, pero protagoniza uno de los momentos más simbólicos de la celebración: su bendición y corte ceremonial evocan el final de la cosecha y la importancia del pan como símbolo de unidad y tradición.

Música en cada rincón

Las calles de Budapest también suenan diferentes en estos días. La programación musical abarca desde conciertos sinfónicos hasta folk moderno, jazz o música pop, con escenarios repartidos por toda la ciudad. La Isla Margarita se convierte en el gran punto de encuentro familiar, con actividades para los más pequeños, espectáculos de marionetas, juegos, circo y talleres creativos en plena naturaleza urbana.

Además, quienes buscan planes más tranquilos pueden visitar exposiciones temporales en museos y galerías que abordan desde arte contemporáneo hasta historia musical, como la nueva muestra en el Ludwig Museum o exhibiciones en el House of Music. Asimismo, durante la semana se ofrecen desfiles tradicionales, como la ceremonia del izado de la bandera húngara en la plaza Kossuth con un acto militar, o la procesión de la Santa Mano Derecha (“Holy Right Hand”) desde la Basílica de San Esteban.

También hay lugares dedicados a la artesanía tradicional: la Mesterségek Ünnepe, un mercado de oficios en funcionamiento desde hace décadas con talleres participativos y demostraciones de vestimenta, joyería y arte popular. Todo ello sin olvidar el Festival de las Artes de la Tabán, el Csárdfestival con cocina y música folclórica, y el paseo sonoro del Panorama Classical, con música clásica y adaptaciones contemporáneas filmadas en directo.

En definitiva, viajar a Budapest en estas fechas es ver la ciudad con otros ojos. Sea por la magia del cielo iluminado, por el aroma del pan recién horneado o por el simple placer de pasear entre conciertos y terrazas, el Día de San Esteban es uno de esos momentos en los que la capital húngara se vive como en ningún otro momento del año.

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