En el corazón de Jerusalén, bajo la silueta milenaria de las piedras del Muro Occidental, se vive cada año una de las experiencias más emocionantes y conmovedoras del calendario judío: las oraciones de Selijot, antiguos poemas litúrgicos y plegarias de perdón, misericordia y renovación espiritual.
Durante estas noches sagradas, la Plaza del Muro Occidental se convierte en un espacio de recogimiento, emoción colectiva y fe compartida. Para miles de fieles y visitantes, escuchar las voces elevarse al unísono frente al Kotel es un recordatorio de la continuidad del pueblo judío y de la conexión viva con la tradición ancestral.
La costumbre de las Selijot varía según las comunidades. Los judíos sefardíes comienzan a recitarlas desde el inicio del mes de Elul, conocido como el “mes de la misericordia”. Los judíos asquenazíes, por su parte, las entonan a partir del sábado anterior a Rosh Hashaná, y todos confluyen en el punto álgido: los Diez Días de Arrepentimiento, que culminan con la solemnidad del Yom Kipur.
Este año, se espera la llegada de decenas de miles de fieles y visitantes al complejo del Muro Occidental. Para acoger a la multitud, se dispondrán servicios adicionales con sistemas de sonido avanzados, pantallas gigantes y transmisión en directo que permitirá seguir las oraciones desde cualquier parte del mundo.
Más allá del acto litúrgico, en los últimos años han surgido iniciativas que enriquecen la experiencia. Los llamados “tours de Selijot” recorren rincones históricos de Jerusalén: los Túneles del Muro Occidental, el barrio de Bukharim, Najalot y el bullicioso mercado de Majané Yehuda, donde tradición y vida contemporánea se entrelazan en un ambiente único.
El momento culminante de las Selijot tendrá lugar este año en fechas clave:
Este año, la emoción de las Selijot adquiere un significado especial: a las palabras milenarias se suma la súplica por el regreso de los rehenes, por la sanación de los heridos y por la paz en Israel y en el mundo. La fuerza de estas oraciones compartidas resuena más allá de Jerusalén, uniendo a las comunidades judías de la Diáspora con quienes oran frente al Muro Occidental.
Un tiempo de espera, esperanza y despertar espiritual que convierte a Jerusalén en el epicentro de una vivencia única, donde lo ancestral se funde con lo actual y cada palabra de las Selijot se eleva con renovada intensidad.