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¿Vale la pena pagar una tarjeta premium para viajar? Ventajas frente a las tarjetas básicas

Redacción | Jueves 25 de septiembre de 2025

Viajar siempre implica tomar decisiones, desde el destino hasta el tipo de equipaje. Pero hay otra elección que puede marcar la diferencia: la tarjeta de crédito que usas en el camino. Entre tantas opciones, las tarjetas premium prometen privilegios y ventajas exclusivas. Sin embargo, surge la duda: ¿realmente compensan frente a una tarjeta básica?

Viajar es una experiencia que combina logística y placer, y la tarjeta de crédito puede convertirse en una herramienta clave para ahorrar dinero y ganar comodidad. La pregunta no es menor, porque elegir bien puede ahorrarte sorpresas desagradables durante el viaje.

¿Qué distingue a una tarjeta básica de una premium?

Las tarjetas de crédito básicas ofrecen lo esencial: posibilidad de compras, pagos aplazados y, en algunos casos, un pequeño programa de puntos. Son prácticas para el día a día, fáciles de conseguir y sin costes elevados.

Las tarjetas premium, en cambio, van un paso más allá. Se asocian con beneficios exclusivos como acceso a salas VIP en aeropuertos, seguros de viaje completos, programas de recompensas más generosos y atención personalizada. Por supuesto, estas ventajas llegan acompañadas de una cuota anual más alta.

Beneficios concretos de las tarjetas premium para viajeros

Aquí está la clave. ¿Qué obtienes realmente por pagar más?

  • Seguros incluidos: muchas tarjetas premium cubren retrasos de vuelos, pérdida de equipaje o asistencia médica en el extranjero. Esto evita contratar seguros adicionales.
  • Comodidad en aeropuertos: acceso a salas VIP, prioridad en embarque o descuentos en traslados. Pequeños lujos que cambian la experiencia.
  • Recompensas y puntos: los programas suelen ser más generosos, con millas o puntos que se acumulan más rápido en compras y viajes.
  • Asistencia global: atención 24 horas en cualquier país, algo especialmente útil en emergencias.

¿Y qué pasa con los costes?

Aquí aparece la balanza. Una tarjeta básica suele ser gratuita o tener un coste bajo. Las premium, en cambio, implican cuotas anuales que pueden superar fácilmente los 100 euros. ¿Compensa?

La respuesta depende de tu perfil de viajero. Si solo viajas una vez al año y no sueles gastar demasiado en compras en el extranjero, probablemente no. Pero si tu agenda está llena de vuelos, reservas y estancias, el coste de la cuota se diluye frente a las ventajas.

Situaciones reales que marcan la diferencia

Pensemos en un retraso de vuelo de más de seis horas. Con una tarjeta básica, asumes los gastos adicionales. Con una premium, el seguro suele cubrir comidas y alojamiento. Otro ejemplo frecuente: pagar en moneda extranjera. Algunas tarjetas premium reducen o eliminan comisiones, algo que puede suponer un ahorro importante en viajes largos.

El factor emocional

Más allá de los números, hay algo intangible. Viajar con la tranquilidad de saber que tu tarjeta te respalda en caso de imprevistos no tiene precio. Esa seguridad psicológica de que no tendrás que improvisar ante un problema es, para muchos, el verdadero valor de una tarjeta premium.

Entonces, ¿qué deberías elegir?

La decisión final está en cómo y cuánto viajas.

  • Si haces escapadas ocasionales, una tarjeta básica con bajo coste es suficiente.
  • Si los viajes son parte esencial de tu vida, una premium puede ser la compañera perfecta.

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