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Para la Libertad: la memoria (de Miguel Hernández) que aún canta y emociona

Redacción | Miércoles 29 de octubre de 2025

Teatro Calderón, Rooftop Lírico. Estreno en Madrid.

PARA LA LIBERTAD SANGRO, LUCHO, PERVIVO

PARA LA LIBERTAD, MIS OJOS Y MIS MANOS,

COMO UN ÁRBOL CARNAL, GENEROSO Y CAUTIVO,

DOY A LOS CIRUJANOS.

La noche madrileña se abrió el pasado viernes sobre la terraza del Teatro Calderón con un aire de emoción contenida.

Allí, bajo las luces suaves del Rooftop Lírico, se pudo ver Para la Libertad, una producción de Okapi Producciones que rescata la vida y la voz del poeta Miguel Hernández desde la sensibilidad de Joan Manuel Serrat, medio siglo después de que aquel álbum conmoviera a toda una generación.

Con Gabriel Fuentes en la dirección escénica y Daniel Molina en la musical, el montaje propone un diálogo entre poesía, historia y música: un viaje íntimo a la conciencia herida del siglo XX español. Pablo Sevilla, Claudia Galán y Juan de Vera encarnan la fuerza del poeta, sus amores y su rebeldía, acompañados por música en directo que traduce en acordes la emoción de los versos.

La vida, el verso, la herida

Para la Libertad se construye sobre una idea poderosa: el teatro como eco de la memoria. La obra alterna fragmentos de la vida de Hernández con la interpretación en vivo de temas emblemáticos —El niño yuntero, Las nanas de la cebolla, Llegó con tres heridas, Elegía a Ramón Sijé—, cada uno transformado en escena en una suerte de confesión compartida.

TANTO DOLOR SE AGRUPA EN MI COSTADO,

QUE POR DOLER ME DUELE HASTA EL ALIENTO.

El resultado no es un recital ni un biopic, sino un tejido de emociones que fluctúa entre la ternura y la rabia. La puesta en escena, de una sobriedad elocuente, se apoya en el diseño de Isi Ponce y en la iluminación de Juanjo Llorens, que baña a los intérpretes en claroscuros donde el tiempo parece suspenderse. En el fondo, las proyecciones ideadas por Elvira Ruiz muestran imágenes de campos, cárceles y cielos abiertos: metáforas de un país que todavía aprende a mirar su propia historia.

La asesoría de Joan Manuel Serrat se percibe en cada gesto musical, en el respeto a los silencios y en la contención expresiva que evita la nostalgia fácil. Serrat no aparece, pero su sombra amable recorre la función como un testigo que sonríe desde la penumbra.

CONTAR SUS AÑOS NO SABE,

Y YA SABE QUE EL SUDOR

ES UNA CORONA GRAVE

DE SAL PARA EL LABRADOR.

Voces que responden

Tras el estreno, las funciones del sábado y domingo confirmaron la hondura del montaje. El público, diverso en edades pero unido por la emoción, respondió con largos aplausos y una sensación compartida de reconciliación. “He llorado y he cantado sin darme cuenta”, decía una mujer que recordaba haber escuchado a Serrat en vinilo junto a su padre. “No es solo teatro —comentó un joven espectador—, es una lección de humanidad”.

Entre el público del domingo, varios profesores de literatura coincidieron en destacar el valor pedagógico de la obra: “Miguel Hernández aquí no es una estatua, es un ser humano que duda, que ama y que muere por sus ideas. Eso lo hace contemporáneo”. También hubo quien subrayó la interpretación de Pablo Sevilla: “Tiene el acento justo de la tierra y la pasión del poeta sin necesidad de levantar la voz”, se escuchó decir al salir.

La emoción como forma de resistencia

La dirección de Fuentes logra que la emoción no se desborde, sino que se insinúe en gestos pequeños: una mirada hacia el horizonte, una pausa en medio del verso, una respiración compartida. Cada actor, sin protagonismos, parece parte de una misma voz coral que habla por todos los que alguna vez fueron silenciados.

EN LA CUNA DEL HAMBRE

MI NIÑO ESTABA.

CON SANGRE DE CEBOLLA

SE AMAMANTABA.

La música en vivo, ejecutada con delicadeza, nunca invade la palabra; más bien la acompaña, como si el piano y la guitarra respiraran junto al poeta. En ese equilibrio reside gran parte de la belleza del montaje: el arte de decir sin estridencias, de emocionar sin empujar.

Epílogo

Cuando las luces se apagan y suena por última vez Para la libertad, el público permanece en silencio unos segundos antes del aplauso final. Ese silencio —denso, agradecido— es quizás el mejor homenaje a Miguel Hernández: la certeza de que sus versos siguen vivos, de que su libertad aún nos pertenece.

Con esta producción, Okapi Producciones confirma su compromiso con un teatro que no solo entretiene, sino que ilumina. Para la Libertad es una obra que reconcilia generaciones, un canto al valor de la palabra y una invitación a recordar que la poesía, cuando se hace cuerpo, puede seguir cambiando el mundo.

Fechas y horarios del 24 de octubre al 30 de noviembre:

  • Jueves y viernes – 19:00h
  • Sábados – 20:30h
  • Domingos – 17:30h

Una nueva etapa para el Teatro Calderón y LÍRICO

La representación de Para la libertad marca el inicio de la programación de LÍRICO, un espacio escénico que busca acercar nuevas propuestas teatrales y musicales a la ciudad de Madrid en un entorno único.

Con esta programación, beon. Entertainment reafirma su apuesta por una cartelera variada y de calidad, capaz de emocionar, entretener y atraer a todos los públicos, consolidando al Calderón como uno de los referentes culturales de la capital.

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