HASTA EL 1 DE FEBRERO DE 2026
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen, una muestra realizada junto al Museum Berggruen de Berlín que revela la conexión artística entre dos genios del arte moderno, Pablo Picasso y Paul Klee.
Comisariada por Paloma Alarcó, jefa de Pintura Moderna del Museo Thyssen, y Gabriel Montua, director del Museo Berggruen, la exposición rinde homenaje al legado de Heinz Berggruen, uno de los marchantes y coleccionistas más relevantes del siglo XX, a través de más de 60 obras, la mayoría de ellas pertenecientes al museo alemán.
Cuenta, además, con la colaboración de la Comunidad de Madrid.
Con motivo de la remodelación de su edificio, el Museo Berggruen organiza desde 2022 una serie de exposiciones internacionales en Japón, China, Australia y en Europa para mostrar lo más destacado de su colección.
En el caso del Museo Thyssen, se propone un diálogo visual e intelectual entre estos dos artistas, los favoritos del coleccionista de Heinz Berggruen: Pablo Picasso y Paul Klee.
Es cierto que Picasso y Klee no pueden ser más opuestos. Pertenecían a dos mundos muy diferentes y poseían dos personalidades antitéticas: meridional, terrenal, excesivo y sensual, el primero; nórdico, espiritual, introspectivo e intelectual, el segundo. Ahora bien, también es indudable que compartieron ciertos repertorios temáticos, un mismo espíritu de experimentación, una análoga estrategia reductora y deformadora que los llevó a dislocar formas y cuerpos, tanto por medio de la geometría como por la mutación orgánica, y, además, un similar sarcasmo para utilizar el arte como arma de transgresión. En buena medida, sus dos fórmulas –antagónicas, pero igual de revolucionarias–, que los llevaron a destruir la realidad a través de un lenguaje plástico de enorme radicalidad, transformaron para siempre el modo de mirar y de acercarse al mundo del hombre contemporáneo.