Entre viñedos bañados por el sol y campos infinitos, en la región portuguesa del Alentejo el vino es uno de los iconos de la identidad y la tradición local. Gracias a la calidad de sus referencias, tres bodegas alentejanas figuran en el ranking de las 50 mejores bodegas del mundo, un listado elaborado por los expertos de Virgin Wines, uno de los minoristas de vino más importantes del Reino Unido. A través de criterios como el patrimonio de las bodegas, la sostenibilidad o la innovación, la clasificación recoge a los productores más destacados:
Fitapreta. Las experiencias de Fitapreta guían al visitante para que se convierta en un viticultor más, viviendo en primera persona el arte de la producción vinícola. Fundada en 2004 por el aclamado enólogo portugués António Maçanita y el viticultor David Booth, esta bodega se enorgullece de recuperar variedades de uva autóctonas, ofreciendo también catas y otras actividades relacionadas con la vendimia y las diferentes fases de la elaboración. En Fitapreta incluso se produce Vino de Talla, que se consigue fermentando la uva en ánforas de arcilla; una técnica inventada por los romanos hace más de dos mil años. Por supuesto, no puede faltar la visita por las restauradas instalaciones de su Palacio do Morgado de Oliveira, una antigua finca del siglo XIV situada en las cercanías de Évora.
Herdade do Sobroso. A las orillas del lago Alqueva, rodeada por paisajes de gran belleza, se encuentra una bodega convertida en hotel: Herdade do Sobroso. Sofía Ginestal Machado y Filipe Teixeira comenzaron con este proyecto con la ilusión de preservar lo mejor de la tierra alentejana y conservar su legado vinícola para las próximas generaciones. Además de producir vinos con DOC Vidigueira, la finca abre sus puertas a los curiosos que deseen aprender acerca de este arte y los viajeros dispuestos a sumergirse en la naturaleza colindante.