El país ha orientado sus recursos hacia la educación, la salud y la protección del entorno, consolidando un modelo de desarrollo sostenible. Esto ha convertido a Costa Rica en un destino seguro y equilibrado.
En un momento en que los viajeros priorizan destinos que transmitan seguridad, estabilidad y una relación equilibrada con su entorno, Costa Rica destaca por un modelo nacional que refleja justamente esos valores. Este 1 de diciembre, el país de la Pura Vida celebra 77 años sin ejército, un hito que ha marcado su historia y que sigue influyendo en su identidad y desarrollo. La reconocida hospitalidad de su población y la tranquilidad de sus ciudades y paisajes refuerzan esta imagen, consolidándolo como un destino fiable y acogedor.
Más educación, más salud y más naturaleza al servicio de residentes y viajeros
En 1948, tras el final de la guerra civil que sacudió al país, Costa Rica tomó la decisión histórica de abolir su ejército, un paso que buscaba evitar nuevos conflictos internos y asegurar que los recursos del Estado se destinaran al desarrollo social. Desde ese momento, el presupuesto que antes habría sostenido a las fuerzas armadas se orientó, principalmente, a la educación, la salud y la modernización institucional, sentando las bases del modelo costarricense actual.
Gracias a esa reorientación, el país cuenta hoy en día con uno de los sistemas educativos más consolidados de América Latina y un modelo de salud pública que cubre a más del 94% de la población, garantizando condiciones de bienestar de calidad. En materia ambiental, Costa Rica ha logrado algo poco común: el 26% de su territorio está protegido, un indicador que lo sitúa entre los países con mayor proporción de áreas conservadas en el mundo. Este compromiso también ha impulsado al país a generar cerca del 98% de su electricidad a partir de fuentes renovables de forma constante en los últimos años, un dato que refuerza su reputación como destino sostenible.
Así, tras casi ocho décadas sin ejército, Costa Rica ha convertido la paz en un elemento práctico y no solo simbólico. Esa ausencia de fuerzas armadas ha moldeado una mentalidad colectivamente orientada al diálogo, la institucionalidad civil y el bienestar común, factores que han contribuido a que el país mantenga una sólida reputación de confianza entre los viajeros internacionales. Esta percepción se refleja en un flujo turístico constante y de calidad, para un destino que ha logrado posicionarse gracias a su tranquilidad, su naturaleza bien gestionada y su compromiso con el bienestar.