La Compañía Nacional de Danza (CND) ha presentado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid su nuevo programa, NumEros, un proyecto que reúne obras de George Balanchine, William Forsythe y Jacopo Godani y que se podrá ver a partir del día 11 de diciembre.
En el acto participaron Muriel Romero, directora de la CND; Jacopo Godani, coreógrafo de Echoes from a Restless Soul; Manuel Coves, director musical de Serenade; Gustavo Díaz-Jerez, pianista solista en Echoes from a Restless Soul; Colleen Neary, responsable de la puesta en escena de Serenade (The George Balanchine Trust); y José Carlos Blanco, responsable de la puesta en escena de Playlist (Track 1, 2). La presentación estuvo conducida por Isamay Benavente, directora del Teatro de la Zarzuela.
Un concepto: entre el deseo, la inspiración y la forma
El título del programa, NumEros, es un portmanteau que fusiona eros y numen: dos fuerzas aparentemente opuestas que, sin embargo, constituyen pilares esenciales de la creación en danza.
NumEros propone un diálogo entre estas tres dimensiones —lo sensible, lo inspirador y lo formal— para explorar cómo se articula el pensamiento coreográfico contemporáneo.
Un recorrido por tres visiones coreográficas
El programa reúne obras de Balanchine, Forsythe y Godani, autores que han profundizado en un enfoque coreográfico donde la estructura numérica convive con la fisicidad del cuerpo.
En sus trabajos, los intérpretes se enfrentan a sistemas numéricos —proporciones, repeticiones, permutaciones o secuencias— no como simples herramientas compositivas, sino como experiencias encarnadas. El cuerpo no se limita a ejecutar formas: las habita, las altera y las transforma. La danza surge así del encuentro entre la precisión estructural y la energía afectiva del gesto.
Un cuerpo que piensa
Con NumEros, la CND se sitúa en una línea de pensamiento coreográfico que entiende el cuerpo no como mero ejecutor, sino como agente activo de un pensamiento en movimiento.
El programa traza un puente entre tradición e innovación, mostrando cómo la danza contemporánea puede surgir del equilibrio —y la tensión— entre lo racional y lo sensible, entre la medida y el impulso.
En NumEros, los bailarines navegan sistemas de proporciones, permutaciones y repeticiones, pero esos patrones no funcionan como jaulas, sino como territorios desde los que impulsar el movimiento hacia lo inesperado. Cada secuencia es una negociación entre la norma y el instinto, entre el cálculo y el temblor interior del gesto.