AVENTURA

Tarragona tiene una red de 75 kilómetros de caminos para senderismo

Caminos de Tarragona
Redacción | Martes 03 de octubre de 2017

A sus tres Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO –entre ellos el legado arqueológico romano de Tarraco–, la capital de provincia catalana une otro de carácter natural que puede ser descubierto practicando senderismo. Se trata de ‘Caminos de Tarragona’, una red viaria que muestra cómo se conectaban los campos y pueblos en sus alrededores, descubriendo entre la naturaleza masías medievales, canteras, torres de defensa, generosas huertas o playas. El más completo de estos caminos es la ‘Anilla verde’, que une las desembocaduras de los ríos Francolí y Gaià en 34 kilómetros que pueden hacerse a tramos, tanto a pie como en bicicleta.

Tarragona tiene de todo para cautivar a quien la visita: Un gran patrimonio cultural arqueológico romano reconocido por la UNESCO, una gastronomía basada en la dieta mediterránea, cuatro rutas urbanas –romana, medieval, modernista y de los Primeros Cristianos de Tarraco–, playas… pero también una sorprendente y poco conocida apuesta senderista.

Caminos de Tarragona

Se trata de ‘Caminos de Tarragona’, una red viaria de 75 kilómetros integrada por antiguos caminos de carro, de herradura y sendas que nos devuelven a los orígenes del municipio para descubrir cómo estaba conectado con los campos y pueblos de los alrededores. Algunos son viejos caminos reales de interior y otros, como los de ronda, servían para vigilar los peligros que llegaban desde el mar y controlar el contrabando.

La señalización de esta red de caminos está realizada con marcas amarillas, excepto las que coinciden con tramos de GR, en blanco y rojo; o de PR, en blanco y amarillo, de los itinerarios de la Federación de Entidades Excursionistas de Catalunya. Y se han recuperado también sus nombres tradicionales. Todo ello, permite al visitante pasear relajadamente, hacer senderismo al aire libre y descubrir durante el trayecto masías medievales, canteras, un acueducto romano, torres de defensa, generosas huertas o acantilados sobre el Mediterráneo.

Recorrer cualquiera de estos caminos supone seguir los imaginarios hilos de la memoria histórica que guardan mil secretos: de campesinos que bajaban a los mercados, de las criadas que servían en las grandes casas, de los niños que iban a vender el pescado, del hielo de las montañas de Prades que se utilizaba para bajar la fiebres o preparar granizados mezclados con aguardiente... Muchos son caminos humildes, sin pavimentar, y que cuando llueve huelen a tierra. Pero todos ellos integran el patrimonio natural y rural de Tarragona, que la ciudad quiere conservar y mostrar.

De estos caminos, el más completo es uno de los que transcurren por el espacio natural llamado Tomb a l’Anella Verda En concreto, la ruta de 34 kilómetros que une los dos ríos que desembocan en Tarragona, el Francolí y el Gaià, y que puede hacerse a pie o en bicicleta (en este caso, solo la parte que transcurre por el interior). Una buena idea es hacer el recorrido a tramos y utilizar el transporte público –autobús urbano o tren– para regresar.

El recorrido de esta ruta arranca en el parque del río Francolí y pasa por el famoso Pont del Diable, acueducto romano que es una de las señas de identidad patrimoniales de Tarragona); las masias dels Arcs, Granell y Pastor; el camino del Gurugú, en recuerdo de una triste batalla de la guerra de Marruecos; la cantera romana del Mèdol, el río Gaià, y el bello pueblo fortificado de Tamarit, donde ya se continua por la costa.

La ‘Anilla verde’ prosigue por el paseo de ronda de la montaña de Sant Joan, la playa de la Móra, el bosque de la Marquesa, las playas de Becs y l’Arboçar, la punta de Creueta, con los restos de otra angigua cantera romana; la playa Llarga, los acantilados de Morrots, que esconden la playa dels Capellans y conectan con la playa de la Savinosa, la playa de l’Arrabassada, el pequeño parque de la Punta Grossa, para terminar en la Punta del Miracle, a los pies de Tarragona.

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