TURISMO INTERNACIONAL

Descubrir la parte más veraniega de la montaña, en Andorra

Redacción | Jueves 09 de agosto de 2018

Con el buen tiempo, Andorra ofrece un amplio abanico de planes tanto para los que buscan sol como naturaleza, abriendo las puertas a cualquier visitante con pasión por el deporte, la cultura y el espectáculo, entre otros

Los beneficios de la montaña son conocidos popularmente y, de hecho, varios estudios destacan las ventajas que tiene hacer senderismo en este entorno no solo físicamente, sino mentalmente y para la salud. En este sentido, un estudio de la Universidad de Colorado de 2016 señala que a cierta altitud hay menos oxígeno y los glóbulos rojos se adaptan, pero, además, permiten absorber oxígeno extra durante meses tras volver de la montaña1.

En un entorno como Andorra en el que 72 picos superan los 2.000 m de altura, parece imprescindible incluir un plan de senderismo en cualquier escapada de este verano y completarla con muchas otras actividades.

Entre los planes más recomendados para esta época en el Principado encontramos:

Respirar aire puro sin aglomeraciones

La montaña permite desconectar y, a su vez, conectar con uno mismo. Y qué mejor manera de explorarla haciendo senderismo. Andorra tiene más de 60 itinerarios con los que descubrir todos los rincones verdes del Principado y admirar los lagos, muchos de origen glaciar, de sus parques naturales. En concreto, el Valle del Madriu-Perafita-Claror fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2004. Además, existe un total de 28 refugios de montaña repartidos por el Principado y disponibles en verano.

Ponerse en forma en la montaña

Andorra es un enclave idóneo para la práctica de deportes de aventura, como la escalada o las vías ferratas, que permiten ponerse en forma y ver el Principado con vista de pájaro. Los aficionados a la escalada pueden acercarse a la zona Solà d’Enclar, la que cuenta con más vías de todo el país, y elegir entre diversas opciones de dificultad media-alta; mientras que aquellos que busquen vías ferratas de dificultad media pueden probar las de Roc de Quer (Canillo) y Roc d’Esquers (Escaldes-Engorday), con unas vistas espectaculares. Eso sí, sus pasos verticales no dejan lugar alguno para el vértigo.

Asimismo, el barranquismo es otra de las modalidades que Andorra invita a experimentar y que es apto para todos los niveles: desde el barranco de Segudet, idóneo para iniciarse en este deporte, hasta el barranco de la Canaleta (150 m de desnivel), que tiene los rápeles más largos de Ordino y un nivel de dificultad alto. Para aquellos que prefieran las dos ruedas, el ciclismo es uno de los deportes por excelencia de Andorra, albergando un año más escenario La Vuelta en sus últimas etapas. Para los aficionados a este deporte, la ruta Coll d’Ordino que sale de Canillo es accesible y asciende a la cima de Casamanya, una de las más visitadas.

Aprovechar el tiempo sin renunciar al relax

Si la playa es ideal para empaparse de vitamina D bajo el sol, la montaña lo es para no parar quieto. Además de disfrutar de múltiples opciones de turismo activo, Andorra también es un icono del wellness gracias al piramidal edificio de Caldea y, desde hace unos años, a Innú. Ambos establecimientos son un paraíso para la desconexión, pudiendo disfrutar de la familia en Caldea y de terapias más personalizadas, solo o con pareja, en el exclusivo centro Innú.

Descubrir pueblos con encanto

El conjunto de casas que, con sus tejados de pizarra y vistosas flores en los balcones, dan vida a curiosos pueblos andorranos merecen una visita obligada. Y más si se trata de pueblos con un gran patrimonio histórico como Ordino, que reúne las casas museo Casa Rossell y d’Areny-Plandolit; Les Bons o Pal, con iglesias del siglo XI y XII; o con la singularidad de Auvinyà, una localidad donde perderse entre casas sin numerar, torres mediables y puentes románicos.

Con un 90% del territorio siendo pura naturaleza, verano es una estación ideal para recorrer Andorra a pie o descubrir sus lagos y valles a caballo o desde lo alto de la montaña escalando. Asimismo, la fuerte vertiente de turismo activo en época estival siempre puede completarse con la oferta constante del Principado: más de 1.000 comercios que abren de lunes a domingo; bordas andorranas que invitan a deleitarse con cocina tradicional de calidad; aventuras en las estaciones de esquí que en verano se renuevan para proporcionar aventura y entretenimiento a toda la familia, entre otros.

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