TURISMO NACIONAL

La Herrería de Compludo, un icono de la arquitectura industrial medieval

Compludo. Panoramica
Redacción | Miércoles 05 de septiembre de 2018

Valle del Meruelo arriba, rodeado de una exuberante vegetación en la que abundan bellos ejemplares de castaños, robles y encinas, se esconde uno de los monumentos más interesantes de la comarca leonesa de El Bierzo, la Herrería de Compludo, un recurso turístico del Valle de la Abadía de Compludo que cada año aumenta el número de visitantes, deseosos de saciar de su curiosidad sobre esta antigua fragua que todavía continúa en funcionamiento.

La senda que conduce hasta allí es un remanso de paz que prepara nuestros sentidos para la sorpresa. De pronto, entre la vegetación, afloran los recios muros de piedra de la herrería acompañados del murmullo del agua que alimenta el ingenio mecánico. Declarada Monumento Nacional en 1968 gracias al herrero D. Manuel Sánchez Martínez, abuelo del actual herrero, D. Manuel Sánchez Guerrero; y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando emitió un dictamen recomendando su nombramiento por su antigüedad y su peculiar sistema de funcionamiento del Martillo Pilón y su Fragua, en la cual se ve perfectamente el llamado “Efecto Venturi” o “Tromba Romana”, único en España que lo posee, y su mecanismo accionado con madera y refuerzos de hierro, lo que da un valor añadido indiscutible y exclusivo.

Muchas son las teorías sobre el origen de este icono de la arquitectura industrial medieval, pero nada contradice su vinculación con el poblamiento de la zona asociado a las fundaciones monásticas. Si ya en el exterior llama la atención los golpes secos que produce el mazo en funcionamiento, el interior nos deja atónitos al ver esa mole de hierro y madera golpear rítmicamente el metal incandescente con una coreografía inalterada desde hace siglos gracias a la pericia y conocimiento del herrero de Vita Natura et Legenda. Mientras el sonido y los claroscuros de los rayos de luz que se filtran por el techo recrean una atmósfera mágica, la fragua del fondo resopla, lanzando al aire miles de chispas impulsadas por la corriente de aire generada por el agua que alimenta una turbina.

Gracias al buen hacer de Vita Natura et Legenda Proyecto Histórico Cultural, empresa gestora y mantenedora de la Herrería de Compludo y por supuesto, al valor histórico, cultural y etnográfico de la propia herrería, el número de visitantes se incrementa cada año. Desde el pasado mes de marzo, momento en que se inició la campaña de 2018 y hasta el 31 de agosto, han pasado por la herrería un total de 4.988 personas, de las que casi la mitad lo hicieron en los primeros veintiséis días del mes pasado; en concreto, 2.486 personas, lo que supone un número importante de visitantes. Y como reconocimiento a la importancia e interés de la Herrería de Compludo, recientemente le ha sido concedido el Certificado de Excelencia de TripAdvisor, el sitio web de viajes más grande del mundo.

A partir del 1 de octubre, y hasta el 1 de abril el horario para poder visitar la Herrería de Compludo es de 11:00 a 13:30 horas y de 15:30 a 18:00 horas, de miércoles a domingo y festivos. El lunes y el martes permanecerá cerrada.

Y más…

Además de la Herrería de Compludo, el Valle de la Abadía de Compludo ofrece otras opciones muy interesantes y atractivas. Empezando por sus pueblos, Espinoso, Compludo, Carracedo y Palacios, muy bien conservados y que regalan bellas estampas gracias a los magníficos ejemplos de arquitectura popular que conservan.

De visita obligada en Espinoso es el Espacio Expositivo “Artebaida” que muestra una gran maqueta en la que se reproduce fielmente y de manera magistral el Castillo Templario de Ponferrada, además de castros prerromanos, poblados de pallozas como Campo del Agua, bellas y representativas muestras de la arquitectura tradicional y escenas costumbristas; el Aro de la Miédola, antigua balsa utilizada para el lavado de oro que data de la misma época que Las Médulas; pasear por el Valle del Meruelo entre extensos bosques de robles hasta el paraje de Santa Eulalia, donde se encontraba uno de los dos campamentos romanos que hubo en la zona; continuar hasta la “La Igrisuela”, donde podremos ver los restos de un barracón, construido sobre antigua iglesia medieval, y que sirvió de residencia para los trabajadores de la mina de wólfram cuya bocamina podremos ver situándonos a la derecha de la construcción y finalizar en los Prados de Vegamolín, donde se encuentran los Molinos de Arriba y de Abajo, mencionados por primera vez en el Registro del Marqués de la Ensenada.

El lugar donde se encuentra Compludo fue el elegido por San Fructuoso para fundar en el siglo VII el primer monasterio visigodo dedicado a los Santos Justo y Pastor, dando lugar a un movimiento eremítico y monástico desconocido hasta ese momento en la Península Ibérica. Recorrer sus calles sin asfaltar, descubrir rincones donde el tiempo parece detenerse, pararnos a admirar la pequeña iglesia del siglo XVI que formó parte de un convento desaparecido a causa de una gran riada y, por supuesto, disfrutar de su arquitectura popular hace que Compludo se convierta en un recuerdo imborrable. Muy cerca del pueblo se encuentra el Paraje de Chanillos, un lugar mágico donde podremos admirar algunos de los más bellos y centenarios ejemplares de castaños de la zona.

A través de una carretera ascendente que discurre entre árboles centenarios llegamos al caserío de Carracedo. Abandonado hasta hace unos años, excepto por la existencia de alguna explotación ganadera y la presencia de magníficos ejemplares del mítico mastín leones. Afortunadamente en la actualidad se están rehabilitando algunas viviendas que servirán para devolver la vida a este genuino pueblo, desde donde es posible disfrutar de algunas de las mejores vistas de los Montes Aquilanos. Los alrededores regalan algunos de los rincones más bellos del valle, siendo uno de los lugares preferidos por los senderistas. Un sendero de montaña, que parte desde el mismo pueblo, nos lleva hasta la Cascada del Gualtón, la más alta de El Bierzo.

Por último, Palacios al que accedemos desde Compludo. Otro ejemplo más de un pueblo que llegó a estar completamente abandonado, pero que de unos años a esta parte se ha recuperado de forma sostenible gracias a iniciativas privadas. Hoy es una reserva ornitológica modélica, y se ha convertido en lugar habitual de vacaciones, gracias a sus impresionantes paisajes y a su arquitectura popular magníficamente recuperada. Desde aquí podemos llevar a cabo diferentes rutas de senderismo como la Ruta del Valle del Oso, una ruta circular de 4 kilómetros con una dificultad media por una senda perfectamente señalizada.

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