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La Carne de Conejo, aliada cardiovascular en el Día Mundial del Corazón

Redacción | Lunes 01 de octubre de 2018

La carne de conejo tiene reducido contenido en colesterol y es una opción ideal para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y evitar el sobrepeso. Con una adecuada proporción de grasas insaturadas (mono y poli insaturadas), aporta micronutrientes y hierro imprescindibles para una alimentación saludable.

Es magra, con bajo nivel de grasa y contiene ácidos grados insaturados (mono y poli insaturadas). La carne de conejo es una buena opción para el óptimo funcionamiento del sistema cardiovascular sin olvidar la necesaria actividad física, un mensaje que cobra especial protagonismo de cara al Día Mundial del Corazón, que se conmemora mañana 29 de septiembre.

Las enfermedades cardiovasculares representan hoy la principal causa de muerte en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que es trascendental que la población tome conciencia del problema y apueste por introducir en su día a día pautas de alimentación y modos de vida más saludables. La carne de conejo, por sus características nutricionales, es muy buena para la salud y para las dolencias relacionadas con la actividad cardíaca, entre otras. La carne de conejo forma parte de la tradición gastronómica europea desde hace siglos y es una pieza destacada de la Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Una alternativa saludable para una correcta alimentación, que contrasta con propuestas menos recomendables que están avivando una las actuales pandemias que sufren las sociedades modernas más desarrolladas, la obesidad, tal y como ha subrayado la Organización Interprofesional Cunícula (Intercun).

Considerada como una carne blanca, el conejo es una de las especies que menos grasa contiene, lo que aumenta su digestibilidad, y asimismo destaca su contenido en proteínas de alto valor biológico, las que mejor asimila nuestro organismo. Esta carne, que además es muy fácil de preparar, se erige como una opción clave para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y el control de peso gracias a su bajo aporte calórico y reducido contenido en colesterol. Según recoge un artículo publicado en Archives of Internal Medicine en el que se analizó a medio millón de personas, existe una relación inversa entre el consumo de carne blanca y la mortalidad total, y esa relación inversa sigue dándose si se analiza solo la mortalidad por cáncer, tanto en hombres como en mujeres, recuerda la Fundación del Corazón (“La carne blanca, una aliada para la alimentación saludable; blog “Impulso Vital”).

Asimismo, la mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca tiene déficit de hierro, según esta Fundación. Conviene recordar que el conejo es una fuente de este mineral, como también lo es de zinc, magnesio o de vitaminas del grupo B y E y, no menos importante, tienen bajo contenido en sodio, cuestión clave para prevenir ciertas enfermedades.

De acuerdo con el consenso de la comunidad médica y científica, la carne de conejo debe formar parte de una dieta sana y equilibrada en todos los grupos de edad y, en suma, es especialmente apta para personas con colesterol alto, diabetes, mala circulación, sobrepeso o que hacen dieta, hipertensas, o con elevado ácido úrico.

INTERCUN destaca que una ración de 200 gramos de carne aporta 45 gramos de proteínas de calidad superior a las de origen vegetal mientras que el aporte calórico se sitúa solamente en 135 kilocalorías por cada 100 gramos.

La carne de conejo no sólo está recomendada para prevenir enfermedades cardiovasculares (bajo contenido en sal, fundamental contra la hipertensión; fuente de potasio para mantener la presión arterial normal y bajo contenido calórico para mantener a raya el sobrepeso) sino que es muy nutritiva y deliciosa. Entre las propuestas, este plato de arroz y conejo.

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