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Nutnut, el nuevo espacio para los amantes de los frutos secos

Dany y Marwan
Redacción | Martes 16 de octubre de 2018

Ubicado la madrileña calle Bravo Murillo, a escasos metros de la glorieta de Quevedo, Nutnut es un concepto inédito y pionero en nuestro país, que está inspirado en las roasteries de Oriente Medio (donde la cultura del fruto seco de calidad está fuertemente arraigada y cuenta con siglos de historia) y que tiene como objetivos romper tópicos en torno a los frutos secos (como que engordan), educar sobre su consumo (mejor al natural o tostados al momento que fritos) y poner en valor sus propiedades tanto organolépticas como nutricionales, recurriendo para ello a un producto fresco, de máxima calidad, seleccionado de su mejor origen posible y tratado de manera artesanal. En definitiva, Nutnut nace para convertir el fruto seco en un lujo asequible, en un ingrediente habitual en nuestra dieta diaria y en una auténtica delicatesen, apta incluso para regalar.

Desmontando mitos

Son ricos en minerales (magnesio, fósforo, potasio, calcio, hierro y oligoelementos como el zinc y el selenio, con propiedades antioxidantes), vitaminas (B1, B3 y E) y grasas saludables (entre ellas, omega 3 y 6); aportan proteína vegetal (y por tanto energía al organismo); contienen fibra (por lo que ayudan a controlar el apetito, a mejorar el tránsito intestinal y a regular el colesterol) y reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer, afecciones respiratorias, infecciones y diabetes*. Y además, según recientes estudios**, su consumo no solo «no conlleva un aumento del peso corporal» sino que «se asocia con menores tasas de sobrepeso y obesidad». Con todo, los frutos secos son fuente de salud y de sabor y los protagonistas absolutos de un nuevo espacio que pretende ser la punta de lanza para la modernización y democratización en nuestro país de la cultura de los frutos secos.

Creando cultura

Los artífices de Nutnut son Dany Sarrouf y Marwan Riachi, dos empresarios de origen libanés afincados en Madrid desde hace años y amantes de los frutos secos, que han dedicado parte de su vida y su carrera profesional a recorrer los principales países productores y a estudiar sus diferentes formas de consumo en cada región. A raíz de estos viajes descubrieron que en Europa no existía una cultura del fruto seco fresco y de calidad, siendo los más habitual tomarlos fritos en lugar de tostados al momento y de manera artesanal como se hace en Líbano, donde en el siglo XVIII se abría la primera roasterie o boutique especializada. España, «el corazón del fruto seco en el continente europeo», ha sido el país elegido por estos dos emprendedores -conocidos entre sus allegados como los «Roaster Brothers»- para abrir un rompedor espacio que tiene vocación de expansión.

Del mejor origen y tostados

La oferta de Nutnut incluye una amplia gama de más de 100 referencias entre frutos secos de cáscara dura -almendras, nueces, pistachos, cacahuetes, anacardos, avellanas, etc.- y frutas desecadas -como arándanos, dátiles, ciruelas pasas, coco y pasas sultanas, entre otras muchas-, que se dispensan a granel en un cuidado packaging de diseño convirtiéndolos en el obsequio perfecto para llevar a casa de amigos y familiares. El cliente tiene además la opción de confeccionar su propia mezcla u optar por algunas ya diseñadas como el mix Energético, el Exótico o el Corazón, el más indicado para la salud cardiovascular.

Todos los ingredientes han sido seleccionados personalmente según su calibre y traídos directamente de distintos países productores buscando el mejor origen posible: el pistacho es iraní, la almendra española, los anacardos de Brasil, India y Vietnam, las nueces de California y Chile y los cacahuetes de China y España. Los frutos secos se tuestan en verde en el propio establecimiento en una máquina tostadora fabricada a medida en Líbano, con lo que consiguen mantener toda su frescura, sabor y propiedades nutricionales.

Además de al natural y tostados, los frutos secos se ofrecen con distintos aderezos (se aliñan también al instante en el mismo local) entre los que pueden encontrarse sabores clásicos y otros de lo más originales como queso manchego, barbacoa, chili, limón y pimienta o wasabi, y en diferentes elaboraciones como el kri kri, consistente en recubrir el fruto seco con una capa de harina de maíz, para después saborizarla. En el apartado de dulces destacan los frutos secos y fruta deshidratada cubiertos de distintos chocolates (negro, blanco y con leche), caramelo, coco, canela, yogurt o tiramisú y la repostería tradicional de Oriente Medio como el “Malban/Turron” libanés, un dulce elaborado artesanalmente a base de frutos secos, muy difícil de encontrar en la capital.

Completan la oferta una variada carta de desayunos y meriendas (hay tostadas, repostería, zumos naturales y cafés y tés de distintos orígenes), en la que destaca el yogurt de leche fresca con toppings (frutas recién cortadas, frutas desecadas, semillas y frutos secos a elegir) y una carta para picotear entre horas en la que no faltan algunas propuestas saladas como tortilla de patata, hummus, tostas y tabla de quesos con nueces y pasas además de vinos por copas, cervezas artesanas, vermús y destilados premium.

Moderna boutique

Con una moderna y cálida decoración de inspiración europea que huye de guiños clásicos y orientales, Nutnut cuenta con 100 m² distribuidos en tres áreas: la tienda propiamente dicha, pensada para el take away (en envases al vacío para preservar la calidad, como en Líbano) y en la que son protagonistas tanto el producto a granel como la tostadora, una barra de degustación y una terraza a pie de calle con capacidad para unas 30 personas.

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