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Daniel Bianco: Creo profundamente en nuestro género lírico
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Daniel Bianco: Creo profundamente en nuestro género lírico

Lo primero, muchas felicidades por tu renovación.

Muchas gracias.

Quién así nos contesta es Daniel Bianco.Hace pocas fechas, en concreto el pasado 28 de enero,le renovaron como director del Teatro de la Zarzuela hasta 2023… Vamos a entrevistarle y nos recibe en su despacho, en la calle de Los Madrazo, frente a la entrada de artistas del Teatro de la Zarzuela… y hablaremos de esa renovación, así como del pasado y del futuro del coliseo de la calle Jovellanos, entre otras cosas…

A Daniel Bianco el pasado 28 de enerole renovaron como director del Teatro de la Zarzuela hasta 2023

Daniel es un hombre educado, amable, buen conversador y aparentemente tranquilo, pero cuando habla de música se le nota la pasión que sale por todos los poros…

Vinculado al mundo del teatro desde que finalizó sus estudios de Bellas Artes, especialidad en escenografía de teatro y cine. Trabajó como ayudante de escenografía y vestuario en producciones de ópera y teatro. Ha sido director técnico del Centro Dramático Nacional, de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y del Teatro Real, y director artístico adjunto del Teatro Arriaga de Bilbao. Como escenógrafo ha realizado producciones de ópera, zarzuela, ballet y teatro de prosa.

Desde noviembre de 2015 ocupa el cargo de director del Teatro de la Zarzuela.

Nos puedes hacer un balance de estos algo más de cuatro años

Es un balance muy positivo.Llegué,por un concurso, con unas ideas y unos objetivos claros.Lo principal para mí era abrir puertas y ventanas para renovar el aire. Creo profundamente – lo recalca – en nuestro género lírico; forma parte de nuestro patrimonio y me parecía imprescindible cumplir firmemente lo que indican los estatutos de este Teatro: salvaguardar la música española ya sus intérpretes. Por tanto, las tres prioridades a seguir eran: Por un lado, respetar, atender y festejar a toda esa gente que, asistiendo al Teatro temporada a temporada, ha hecho posible que la zarzuela siga existiendo; a ese público fiel. Por otro, una parte importante de todo ese nuevo ímpetu lo teníamos que dirigir a todas esasotraspersonasque aún no sabían lo que hacíamos aquí dentro, que desconocían lo que es nuestro género, y por tanto teníamos que mostrárselo; y por otra parte, era fundamental (es fundamental) enseñar a la gente joven que el género de la zarzuela es parte de su patrimonio cultural,y que, como tal, han de verlo sin prejuicios.¿Y cómo se hace esto?Sin faltar al respeto pero actualizando con la mirada de hoy, de este tiempo que vivimos. Y esto no significa que uno se ponga moderno, eso es algo que ni soy, ni me gusta…

Es que hay modernidades que dan miedo…

A mí mucho, y ademásno soy así.Actualizar la mirada es entender que estamos hoy, en el año 20 del siglo XXI, haciendo este espectáculo de la misma manera que la Royal Company Shakespeare, por poner uno de tantos ejemplos, tambiénactualiza y brinda los ojos de hoya aquellas obras que se escribieron en el siglo XVI, en el XVII.Modernizar es también ofrecer un espectáculo de la máxima calidad. Tratar de elevar el nivel musical de la orquesta con grandes directores; el nivel de los intérpretes…; hacer de esta una casa de todos los cantantes españoles.Y además, enaltecer la estética;no olvidarme de que la zarzuela o cualquier hecho teatral musical,es la música que se ve, y por tanto hay que cuidar la estética hasta sus últimas consecuencias… Rechazar el feísmo en cualquiera de sus manifestaciones.No es un problema de dinero, sino de estética y al mismo tiempo de ética… Siempre digo que la zarzuela, cuando hay un buen director de orquesta y unos buenos cantantes, es comparable, para entendernos, a un Strauss y el objetivo se habrá cumplido. Pero cuando no es así… Y pienso que a fecha de hoy el objetivo con el que llegué al Teatro de la Zarzuela se ha cumplido.

¿Por qué se puede afirmar eso?

Entre otras razones, porque hemos llegado al 93% de ocupación; por todo el proyecto dedicado a los jóvenes, el 25% de la programación, que han respondido de tal manera que hemos bajado la media de edad en nueve años.Y esta es muy buena noticia–sin por supuesto ofender a la gente mayor, que es la que siempre dije que hay que cuidar–,porque la gente joven está entrando ya de forma habitual y natural al Teatro de la Zarzuela. Un ejemplo: el otro día celebramoscon motivo de las funciones de “Cecilia Valdés” una charla sobre la mujer mestiza y la mujer en la zarzuela con las cantantes de la producción. Asistieron 400 chicos y chicas con edades entre 15 y 20 añosy cuando terminamos el encuentro, que duró hora y media, habían comprado 70 entradas para ver la obra.Además del éxito en la ocupación y en captar el interés del público joven, creo que una de las cosas que me había propuesto desde un principio y se han cumplidoes contar con una programación plural. No estoy aquí para hacer solo lo que me gusta, eso sería malo, altamente perjudicial. Hay que aspiraral equilibrioentre los grandes clásicos del repertorio,los descubrimientos,las obras contemporáneas… Y hablando de descubrimientos, este es otro de los objetivos que se estánconcretando, ya que hasta el momento hemos llevado a cabo 12 recuperaciones de obras olvidadas de nuestros grandes compositores.

Es fundamentalenseñar a la gente joven que el género de la zarzuela es parte de su patrimonio cultural

Has comentado que uno de los objetivos era abrir las puertas y las ventanas para que se renovara el aire ¿Cómo te encontraste estocuando llegaste?

Me encontré con un teatro un poco a espaldas de la ciudad, eso es cierto, y cambié mucho la estética y la imagen de los carteles y la publicidad. Cuando llegué me encontré con un teatro que hacía muchas cosas,pero el eco de lo que aquí sucedía no llegaba a la calle. Soy una persona, en general, muy positiva, y me parece que los teatros – y este es un teatro de 163 años a lo largo de los que en este despacho de director se han sentado ilustresartistas–,pienso, digo, que los teatros son la suma de muchas cosas.Igual queen una catedralencontramos partes del románico, partes del gótico, etc., en un teatro se suceden, se van sumando y quedan, los estilos de cada uno de sus directores y de sus equipos. Creo firmemente que todo lo que han hecho mis antecesores estaba ahí cuando yo llegué y sigue estando. Y a partir de mi llegada,también he contribuido con mi sello particular a que este Teatro de la Zarzuela siga avanzando. La clave es tener una organización muy clara y aprovechar y poner en funcionamiento todos los recursos. De esta manera, por poner un ejemplo de optimización del rendimiento,hemos pasado de 117 a 157 funciones, el máximo que puede albergar el teatro…

Porque está limitado por el espacio…

Eso es, pero mira:el pasado viernes teníamos ensayo general de “Farinelli”, feliz recuperación de la incomprensiblemente olvidada ópera de Tomás Bretón, un día después el estreno, al día siguiente concierto de Carmen Linares, al otrola segunda función de “Farinelli”,enseguida entramos con el Proyecto Zarza…Cuando los teatros no paran de rodar funcionan mucho mejor que cuando van a empujones.

¿Qué queda por hacer en los próximos años?

El impulsoque se ha dado es muy fuerte, muy bueno y se nota mucho (escoba nueva barre bien –dice con una amplia sonrisa–).Ahora tenemos que afianzar lo que hemos hecho.Tenemos que mantenernos.Conservar el nivel,que evidentemente no se mantiene solo.El teatro es una caja de sensibilidades, uno no sabe lo que va a ser un éxito y lo que no. Por eso es complicado mantener lo que ya se ha logrado.El secreto es seguir trabajando duro y dar pasos hacia delante. En este sentido, veo dos objetivos importantes: uno, me gustaría conseguir que la zarzuela se retransmitiera en cines;tenemos un continente enfrente y todos hablamos la misma lengua. Países que, además, en grandes periodos de emigración de España ha recibido la zarzuela, la ha disfrutado, la ha transformado y la ha hecho suya. Allí hay grandes, grandísimos teatros, y donde no hay ni tan siquiera cines, siempre están las casas de cultura, donde uno baja una pantalla y puede ofrecer la retransmisión en directo de una zarzuela desde el otro lado del Atlántico. Lo he vivido, lo he comprobado recientemente en México. Además, no creo que la retransmisión de una zarzuela equivalga a que no vaya a venir público al teatro, son dos caminos distintos. Por otro lado, cuando llegué no se retransmitían las obras por YouTube o Facebook y ahora hemos superado el millón trescientas mil personas que han visto nuestras obras a través de internet.Este de las retransmisiones es un objetivo crucial junto con el que antes comentaba de encontrar las respuestas para mantenernos y, por qué no, para seguir creciendo. No dormirnos, no creer en el éxito, sino en el trabajo diario (que es lo fundamental). Porque estoy absolutamente convencido de que esto es una carrera de fondo y lo importante no es llegar primero sino llegar, y ese es nuestro propósito principal.

Proyecto Zarza, siempre me pareció muy interesante, ¿este año también va a haber?

Sí – rotundo–, estrenamos “Agua, azucarillos y aguardiente” y con algo añadido que me gusta mucho: a la semana de terminar las funciones aquí nos vamos a Avilés, con loque el Proyecto Zarza (zarzuela hecha por jóvenes para jóvenes), que ya había salidoa Sevilla, vuelve a viajar. El Proyecto Zarzase ha convertido en un emblema de este teatro, tenemos once funciones, hay trece institutos en lista de espera y todo esto es producto de un trabajo minucioso que hay detrásen el que es muy importante la labor de Fran Prendes, coordinador de nuestros Proyectos Didácticos, quien lleva a caboun cuidadoso trabajo que entre otras muchas y variadas cosas consiste en hablar con los centros educativos y seducirlos con la propuesta. Yo tuve la suerte de acudir con mis padres al teatro desde muy pequeño, cuando lo habitual era que te llevaran al fútbol.Hoy, afortunadamente, los colegios llevan a sus alumnos a los teatros. Para que esta meritoria circunstancia tenga un valor real, preparamos una guía docente para explicar a los profesores lo que vienen a ver. El trabajo ha sido y es duro, pero vamos recogiendo los frutos.El Proyecto Zarza se mueve ya con una inercia positiva y ha logrado una continuidad que al menoslo llevará hasta la temporada 2023/2024, la última que me tocará inaugurar.

El Proyecto Zarza se ha convertido en un emblema de este teatro

Porque a partir de esa fecha no pueden renovarte más…

Ya no.El 1 de noviembre del 23 se cumplen ocho años desde que me hice cargo de la dirección del Teatro, y a partir de ahí no hay renovación posible. Pero considero que este margen de años es tiempo suficiente para asentar un proyecto artístico y cultural. Espero terminarlos bien, con buena salud – Nos comenta entre sonrisas.

Una curiosidad. Naciste en Argentina, pero ¿de dónde surge tu afición por la zarzuela y por la música española en general?

Mis abuelos eran asturianos que emigraron a la Argentina, aunque tengo de primer apellido Bianco, de origen italiano, mi segundo apellido es García y he vivido mucho más con mi familia española. La casa de mis abuelos era un poco una ONG, no sé cómo decirlo… Lugar de encuentro de españoles (también de argentinos, claro está) donde se cuidaban las tradiciones de aquella tierra que había quedado atrás, al tiempo que se absorbían las nuevas herencias y costumbres.Ahora llevo ya 36 años viviendo en España, pero cuando era niño, allí en Argentina, realmente no sabía qué era argentino y qué español.No sabía si Alberto Cortez era argentino o español, si Serrat era argentino o español, era todo una mezcla, y lo mismo me ocurría con la zarzuela: no sabía si era argentina o española.Esto se debe a que la emigración, que fue tan fuerte, utilizó la zarzuela como una banda sonora, no de forma nostálgica, sino igual que si uno se llevara una baldosa de una calle de Madrid o el mar de Galicia… Era un recuerdo de su patria, y ese recuerdo fue la música que en la distancia se hacía aún más grande.Lo recuerdo como algo muy impactante. Guardo en la memoria imágenes del Teatro Avenida donde se hacía zarzuela y el público colocaba mantones de manila en todos los palcos. Una imagen impresionante que se me ha quedado muy grabada.

Has traído zarzuela de Cuba, como “Cecilia Valdés”, ¿vas a traer alguna obra más de los países latinoamericanos?

En esos países hay muchas cosas… Solo Cuba tiene registradas 3.000 obras de teatro lírico.El objetivo era mostrar la pluralidad de la zarzuela, porque me molesta mucho cuando se cree que la zarzuela es un clavel puesto en la cabeza, una reja, los brazos en jarras…

Y de Madrid…

Eso, de Madrid, cuando la zarzuela es muy amplia, de todas las regiones, de todas partes.La zarzuela pone de relieve todas las españas que conviven en España. Y siempre ha ido a conectar con el alma popular. Una cosa que, por ejemplo, pasa en “Cecilia Valdés” muy claramente –como ocurre con Sorozábal en el País Vasco o con cualquier autor catalán–, es la manera en que esa música se fusiona, palabra de hoy en día(sonríe),con los ritmos populares del lugar.Y eso lo ves también en “Maruxa”, por poner otro de tantos ejemplos, donde la gaita tiene un singular protagonismo… Esas cosas son las que de alguna manera hacen que la zarzuela conecte con la gente.Que sea de la gente. Cuántas son las ocasionesen las que se escuchaun fragmento de zarzuelasin saber a qué obra pertenece, pero reconociendola música al instante… Y llegados a este punto, es necesario decir que la radio fue esencialen esta difusión generalizada de la zarzuela…

Es de suponer que seguirás con las recuperaciones…

Voy a seguir con las recuperacionesde grandes obras porque creo firmemente que esa labores una obligación para un teatro público.Y hay algo que a veces sedesconoce: cuando se hacen obras de repertorio, no hay problema para preparar las partituras. Están ahí. En cambio, detrás de cada recuperación hay un intenso y complejo trabajo para preparar todo el material de orquesta;muchas veces solo están los originales, que son ilegibles…

Escritos a mano…

Por ejemplo “Farinelli”, que es una edición crítica hecha por la SGAE y por el ICCMU (Instituto Complutense de Ciencias Musicales),nosotros la programamos dos días, pero a partir de ahora cualquier teatro del mundo puede presentarla porque ya están elaborados los materiales.Y así nos pasacon muchísimas obras.

Voy a seguir con las recuperaciones de grandes obras porque creo firmemente que esa labor es una obligación para un teatro público

Es que eso supone abrir una puerta…

Y sobre todo dejar esa puerta abierta para el futuro porque en ese sentido estamos muy atrasados en España, tenemos que cuidar mucho más nuestro patrimonio.

Pero en España eso ha pasado a todos los niveles, en música, en arquitectura, en pintura…

Sí, pero ahora hablamos de música, y eso pasa con la zarzuela sobre todo por prejuicio.No nos valoramos lo suficiente. A veces nos da vergüenza de que eso sea nuestro, pero si viaja al extranjeroy es un éxito, entonces ya sí, la cosa cambia… O cuando por ejemplo, y eso no me gusta nada, cogen a un autor y dicen que se parece a Strauss o tiene líneas de Wagner, entonces ya parece que fuese bueno por eso; y no, algo es bueno porque es bueno.También es verdad que, como en todo arte, hay muchísimas partituras que con razón y por suerte quedan guardadas en los cajonesde la historia. Pero“Farinelli” es un ejemplo claro de lo contrario. Olvidada desde su exitoso estreno hace 118 años, parece mentira que la escuchemos ahora por primera vez, que nunca haya estado en el repertorio, aunque sea un aria, nada…

Es que no se encuentra ninguna referencia de esa obra…

Nada. No hay grabaciones. El otro día, cuando sonó la orquesta por primera vez, me sentí orgulloso, sentíuna emoción especial al pensar que estaba oyendo algo que se había estrenado en 1902, y que ya nadie la había vuelto a escuchar. ¡Qué afortunados somos!

Y que quede ahí para la posteridad…

Todo eso me hace sentir orgulloso. Sí.

Hubo un momento difícil, que fue cuando se dijo que el Teatro Real iba a absorber al Teatro de la Zarzuela. ¿Eso sigue abierto?

No. Ya dijo la directora general del INAEM, Amaya de Miguel, que no estaba abierto, que era una puerta absolutamente cerrada. Yno hace mucho también el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, se manifestaba de igual manera…

Pero fue un momento malo…

Fue un momento muy malo porque las cosas hechas con nocturnidad y alevosía son malas.Pero creo que todo el mundo se dio cuenta de que no era posible hacerlo, no estaba bien planteado, esa es la frase.Es un fantasma que ya pasó, aunque nos dejó cosas que deberíamos aprender, y más en el tiempo que estamos viviendo.Por primera vez en esta democracia tenemos un Gobierno de coalición, hay que aprender a dialogar con el otro, aprender a convivir y a respetar. El Teatro Real, al que yo quiero profundamente porque allí he trabajado muchos años de mi vida, es un teatro magnífico, con una excelente programación, y es un teatro de ópera. Este de La Zarzuela es igualmente un extraordinarioteatro al que también quiero de forma especial porque aquí debuté como escenógrafo, porque además lo dirijo, lo cuido, lo mimo, lo amamanto, hago todo lo que hace una madre, yes único en el mundoen ofrecer solamente música española y zarzuela. Cada teatro tiene, pues,su propia historia, sus propios y diferentes cometidos y no deben mezclarse. Estamos solo a dos estaciones de metro y tenemos que convivir bien. Son cuestiones políticas que hubo en un momentoy que nos hicieron parecer enemigos, algo que por supuesto no somos.Lo crearon, lo motivaron, peroeso ya pasó.

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