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Roberto Riesgo
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Roberto Riesgo

Nosotros nunca hemos tenido clientes, siempre hemos tenido amigos

Roberto Riesgo es el gerente de los únicos tres hoteles que podemos encontrar en el concejo asturiano de Belmonte de Miranda (Gran Hotel Cela, Hotel Las Cruces y Hotel Calzada Romana), un pequeño pueblo situado en un enclave idílico, rodeado de montañas, naturaleza y encanto.

Roberto es un hombre entrañable, afectuoso y cordial que lleva toda su vida dedicado a la hostelería, y desde hace veinte años al frente del negocio que levantaron sus padres antes de que él naciera. Es el responsable, en definitiva, de estos alojamientos en los que cada día trabaja, con mucho esfuerzo, para que todos y cada uno de sus clientes se sientan como en casa.

Según transcurre nuestra conversación, vamos descubriendo a un ser humano modesto, cercano, orgulloso y feliz por todas aquellas personas que ha conocido, pero también a un hombre con una vida muy sacrificada, volcado en su negocio y, sobre todo, en sus huéspedes, para que se sientan cómodos y bien acogidos, ‘para mí todos son iguales, no me importa de dónde vienen y lo que tienen, todos son iguales’, afirma de forma rotunda.

Fui a la Escuela de Hostelería de Gijón a formarme y luego empecé a trabajar

Roberto nos cuenta, de manera sencilla, y sin tapujos, lo que supone para él regentar tres hoteles rurales. También nos habla de lo que desea ofrecer a sus visitantes, y de cómo continuó con el negocio familiar, poniendo mucha ilusión, ganas y cariño, a pesar de los problemas e inconvenientes que han ido surgiendo en el camino.

Aunque en estos momentos dirige tres hoteles, el buque insignia del negocio familiar es, sin duda, el Gran Hotel Cela.

Todo comienza con el Gran Hotel Cela, háblanos de cómo empezó todo

Los comienzos datan del 1902, cuando una familia de Galicia construyó este hotel. Su nombre era Fonda Cela, las fondas eran los hoteles de lujo de Asturias. Fue pasando por varios propietarios, hasta que en febrero de 1969 mis padres bajaron del pueblo donde vivían, Villaverde, con el fin de iniciar una nueva andadura profesional, personal y familiar….

¿Hasta ese momento, a que se dedicaban?

Mi padre era oficial de albañilería, construía casas por aquí, en el concejo de Belmonte de Miranda, mis abuelos, por parte de mi madre, tenían una casa de labranza, ganadería… y ella comenzó a trabajar en un bar con habitaciones, de esa forma inició su andadura en el mundo de la hostelería, ayudaba en el bar y este trabajo la gustó muchísimo.

Tanto es así, que cuando se casó con mi padre le convenció para coger un negocio. Vieron varios… hasta que dieron con el edificio de la antigua posada de Belmonte de Miranda. Entonces mi abuelo les dejó el dinero para el traspaso.

Llegaron en febrero de 1969, yo ya estaba en la barriga de mi madre, porque nací en septiembre. Y de esta forma empezó toda la historia nuestra aquí.

Comienza con el edificio de una antigua fonda…

Así es… era un edifico antiquísimo, y mi padre, como era albañil, poco a poco fue arreglándolo, las habitaciones, los baños…, y en 1975, más o menos, compraron un piso, un bajo, y en 1987 inauguramos una cafetería que se puso de moda, que en aquellos momento hizo furor. Más adelante añadimos restaurante, cogimos otro local de al lado e hicimos una cafetería restaurante.

¿Siempre trabajaste con ellos?

Sí, tras venir de la mili con 21 años, empecé a trabajar en esto, después de formarme en la Escuela de Hostelería de Gijón. En el año 2003, la inquietud que teníamos, nos llevó a levantar el hotel totalmente nuevo. En ese momento no pensamos en muchas cosas en las que hay que pensar, en la viabilidad del negocio,… en realidad lo que había eran ganas. Mi madre todavía era joven, y aunque mi padre nunca fue una persona emprendedora, era muy trabajador, mi madre en cambio sí. Entonces tiramos el edificio y lo hicimos nuevo. Nos gastamos más de un millón de euros en la reforma, que comenzamos en el 2003, y en el año 2006 abrimos el hotel tal y como está hoy, en líneas generales, porque se han ido cambiando algunas cosas.

En el año 2006 abrimos el Gran Hotel Cela, tal y como está hoy, en líneas generales

En esos momentos, tuvimos muchos puntos a favor, porque en el 2008 volvió a reabrir la mayor mina de oro que hay en Europa que está aquí, en Boinás, además fue el estallido del turismo rural,… fueron unos cuantos puntos a favor, pero también hemos puesto toda la carne en el asador, trabajando muchísimo, nos hemos entregado a este trabajo y a nuestros huéspedes,... nosotros nunca hemos tenido clientes, siempre hemos tenido amigos.

Mi actual mujer, trabaja en la enseñanza y es muy trabajadora en todo lo que es la administración, las relaciones externas del hotel, Marta, que es su nombre, empezó a interesarse por la hostelería desde el punto de vista del desarrollo de redes sociales, de las páginas web, de todas las relaciones externas, de esta forma también ella ha contribuido a nuestra expansión.

Esa expansión también supone que ahora diriges tres hoteles…

Si.., hace unos cinco años el hotel que había aquí de dos estrellas, el Hotel Calzada Romana, la persona que lo llevaba lo dejó, y lo cogimos, y empezamos a lanzarlo, dándole, poco a poco ,viabilidad.

Y el verano pasado, nos hicimos con el hotel de tres estrellas Las Cruces, que abrió un año antes que nosotros el Cela. Era un hotel que no estaba bien llevado, no se le estaba sacando el rendimiento óptimo Nos lo ofrecieron y ahora estamos embarcados en ese nuevo proyecto, que ya no ha sido como el primero que nos tiramos con un parapente a volar sin motor. Por aquel entonces había unos señores que nos dijeron que nos tiráramos que íbamos a volar, que eran los señores de los bancos, y empiezas a volar muy bien, porque el viento viene a tu favor, pero dejas de tener viento y caes en picado y llamas a esos señores pidiendo un paracaídas y te dicen, ‘lo siento se han agotado, búscate la vida’.

Este último hotel lo hemos cogido por seis años en alquiler, con opción a compra, por si acaso, ya veremos porque el futuro es muy largo y no hay que apurarse, lo estamos arrancando.

¿Algún otro proyecto?

De momento no, pero no puedo decir nada, esta vida es una aventura, porque cuando empezamos pasamos muy malos momentos, la crisis, los bancos empezaron a cerrar los grifos, y estoy aquí gracias a un primo mío de Grado y a otros familiares que me dejaron dinero… yo sufrí la entrada del negocio en plena crisis, y sin la ayuda familiar no hubiese podido soportarlo.

Siempre has tenido el respaldado de la familia…

Si, mi primo me decía Roberto tú debes creer en ti y ver que tus padres han dejado un legado muy importante para los huéspedes, pero tu llevas veinte años y eres importante, tienes que creer un poco en lo que has hecho, no siempre atribuir los éxitos a tus padres, o a nosotros por haberte ayudado , tu también vales.

¿Qué dirías tú que ofrece un hotel de este tipo?

Nosotros aquí ofrecemos un hotel rural familiar, esto quiere decir que no se puede venir a nuestra casa con una idea preconcebida de un hotel de tres estrellas, porque es un hotel pequeño, entonces todo ese protocolo que hay en otros hoteles, nosotros no lo tenemos. Nosotros podemos fallar en un momento dado… pero en lo que no fallamos es en que cualquier cosa que se necesite se pida y se trata de solucionar, que se sienta como en su casa, que al huésped no le importe que tenga que esperar para desayunar o comer, que no lo tenga en cuenta, porque usted se siente como en su casa.

Nosotros ofrecemos familiaridad y siempre lo digo, y me repito y me reitero, que esos grandes negocios están construidos de hormigón, nuestro hotel está construido de las personas, de sus corazones, cada persona es una piedra angular de nuestro negocio.

¿Alguna gran empresa os ha querido comprar?

No, aquí no han venido, y si vinieran habría muchas cosas que pensar. Porque esto es como un matrimonio que a veces piensas que lo dejarías, pero luego piensas lo que quieres a la otra persona. Esto pasa con el negocio, cuando lo llevas de esta manera, que muchas veces te dan ganas de decir mañana lo dejo... pero piensas en las personas que pasaron por aquí, que te llaman, que vuelven a tu casa, que te recomiendan... y te das cuenta que no puedes dejarlo jamás.

Nosotros aquí ofrecemos un hotel rural familiar

Esto es una gran familia, la personas que trabajan aquí llevan muchos años con nosotros, pero el capitán tiene que estar aquí, y para que el capitán esté aquí tiene que dejar de lado a su mujer a sus hijos... y estar todo el día preocupado, y tu vida se acaba.

¿Pero…te ha merecido la pena?

Me ha merecido la pena por la gente que viene aquí, las personas que conozco y he conocido, per por la vida sacrificada que he llevado no. Lo que más valoro de esto es la gente.

¿Por qué dirías tú que hay que visitar Asturias?

Asturias es una región, que a día de hoy, está muy bien comunicada, y por ejemplo Belmonte es un sitio de interior que logísticamente está a una hora en coche de todos los puntos de visita obligada de Asturias.

Primero, Asturias goza de una red de carreteras muy buena, segundo tiene unos parajes inigualables, y tercero tiene una gastronomía que es un recurso turístico muy importante.

Además, Asturias tiene unas capitales maravillosas, Oviedo, con el Bulevar de la sidra para que la gente conozca la gastronomía asturiana, Avilés que es una ciudad recuperada de la industria, y por supuesto Gijón que es una ciudad realmente preciosa.

Grandes negocios están construidos de hormigón, nuestro hotel está construido de las personas, de sus corazones

En definitiva, Asturias tiene tres ingredientes principales, vamos rápido, comemos muy bien y vemos cosas muy bonitas.

¿En qué época recibís más turistas?

En agosto, porque el huésped que viene por aquí, viaja en una época en que tenga días de vacaciones.

¿Mayoritariamente, de dónde llegan vuestros clientes?

Vienen, un poco, de todos los sitios.

¿Extranjeros?

Extranjeros de momento vienen pocos. Esta zona, la centro sur occidental de Asturias, no es muy visitada por extranjeros, pero los que llegan son muy fieles. Tenemos algunos grupos de motoristas, que suelen volver. Donde se sienten bien y se les da familiaridad regresan, y para ellos el turismo gastronómico es muy importante, son gente que les gustar comer y beber bien.

A ti… ¿dónde te gusta viajar?

En cuanto a viajar te diría que soy una persona que me gusta variar de sitios, conocer gente…me gusta ir a esquiar, pero un día o dos, a la playa, pero lo que más me gusta es cambiar de lugares...

Y por último, ¿cómo convencerías a una persona para que venga a algunos de los hoteles que diriges?

Estos hoteles están destinados a personas que buscan una zona tranquila, que tengan servicios básicos, que estén bien comunicados y que tengan su cuartel general aquí, y luego desarrollen sus visitas por Asturias, porque estamos muy bien comunicados; los medíos de trasporte son muy buenos. Y luego, que en nuestro hotel tengan cubiertas todas las expectativas, y que, sobre todo, se encuentren como en su casa, eso es como yo les invito a que vengan aquí, y que pasen unos días inolvidables.

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