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Thomas de Quincey. Judas
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Thomas de Quincey. Judas

Los ensayos más negros y lúcidos del primero de los escritores malditos

martes 27 de febrero de 2018, 14:02h

Ha salido a la venta ‘Judas y otros ensayos sobre lo divino y lo humano’, del primero de los escritores malditos, Thomas de Quincey.
Este volumen recoge algunos de los textos que mejor definen a Thomas de Quincey y mejor plasman su compromiso con la inteligencia, la verdad, el humor y la polémica.

Este volumen recoge algunos de los textos que mejor definen a Thomas de Quincey, y que mejor plasman su compromiso con la inteligencia, la verdad, el humor y la polémica. Con «Judas Iscariote», ensayo tremendamente célebre en su época, levantó ampollas al cuestionar la maldad del apóstol. Para De Quincey, Judas había sido elegido por Jesús, y si lo había traicionado era, en palabras de Borges, «para obligarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma».

En «Sobre la guerra», De Quincey plantea el imposible final de los conflictos armados; «Sobre el suicidio» es una reflexión sobre las posibles justificaciones de ese acto definitivo a la luz de un gran poema de John Donne; finalmente, en «Sobre la superstición moderna», discute la supuesta racionalidad de su época (y la nuestra) y elabora un catálogo tan curioso como sorprendente de supersticiones que han muerto o que perviven. Judas y otros ensayos sobre lo divino y lo humano explica por qué Jorge Luis Borges consideraba a De Quincey uno de los pensadores más agudos y originales de cualquier época.

Thomas de Quincey

Thomas de Quincey (1785-1859) fue uno de los escritores ingleses más notables del romanticismo y también uno de los más polémicos. Hijo de un rico comerciante, recibió una educación exquisita en las mejores instituciones de Inglaterra. Rebelde y curioso, se hizo adicto al opio en 1804, cuando estudiaba en la universidad de Oxford. Nunca se graduó. Fue editor de un periódico conservador, The Westmoreland Gazette, y cuando se arruinó mantuvo a su mujer y a sus ocho hijos gracias a sus colaboraciones en distintos periódicos y revistas. Sus ensayos Confesiones de un opiófago inglés, de 1822, y Del asesinato como una de las bellas artes, de 1827, son auténticos clásicos. Su estilo influyó en escritores tan célebres como Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire y Jorge Luis Borges.

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