Imagina un reino donde las arenas del desierto se funden con las aguas cristalinas del mar, y las modernas metrópolis se alzan junto a antiguas montañas. Este es el verdadero rostro de Arabia Saudita, una tierra de contrastes sorprendentes y belleza natural sin límites.
Y es que con una línea costera que se extiende a lo largo de más de 2.500 kilómetros, Arabia Saudí desafía las expectativas con sus playas que no tienen nada que envidiar a los destinos tradicionales de sol y playa. Más allá de la costa, las montañas del reino se yerguen orgullosas, con picos que alcanzan los 3.000 metros, desafiando las alturas de famosas cordilleras como los Alpes. Y sus vastos desiertos yacen majestuosos entre dunas albergando misterios de épocas pasadas.
Arabia Saudita es una tierra de contrastes sorprendentes y belleza natural sin límites
Arabia Saudita es, en esencia, un mosaico de paisajes, cada uno contando una historia diferente, cada uno invitando a ser descubierto.
Entre dos mares
Arabia Saudí está flanqueada por el mar Rojo al oeste y el Golfo Arábigo al este. Ambos mares están repletos de vida, y son el escenario de un universo acuático tan diverso como cautivador, que aguarda a ser descubierto por aquellos aventureros que se atreven a sumergirse en sus aguas.
Así, la exploración submarina en el mar Rojo ofrece una ventana a un mundo de belleza estremecedora y biodiversidad sin igual. Los arrecifes de coral son el hogar de una vasta gama de vida marina, desde los vibrantes peces tropicales hasta especies tan enigmáticas como el pez león y el pulpo. Con aguas de una claridad cristalina y temperaturas agradables durante todo el año, el buceo aquí se convierte en una experiencia que trasciende lo inolvidable.
Yeda, la perla costera, se presenta como un edén para los buzos. El pecio Ann Ann emerge desde las profundidades como un testamento de la majestuosidad submarina, prometiendo aventuras electrizantes a los buzos más experimentados. Otros sitios como el Boiler Wreck y el Miss Marie son ventanas a la historia marítima de la región, ofreciendo encuentros cercanos con la vida marina autóctona mientras se bucea entre los restos de un pasado sumergido.
Por su parte, bañadas por las aguas del Golfo Arábigo, las ciudades de Dammam, Al Khobar y Dhahran sirven como puertas de entrada a las maravillas submarinas que aguardan. Desde el arrecife artificial de Half-Moon Bay hasta los arrecifes vivos de Jubail, los amantes del buceo encontrarán un sinfín de lugares para explorar y maravillarse con la vida submarina que alberga este rincón del mundo.
Aquellos que prefieren quedarse en la superficie, el esnórquel constituye una oportunidad disfrutar de la belleza marina, nadando junto a bancos de peces coloridos y corales que forman auténticos jardines acuáticos en las aguas poco profundas de cerca de la playa de Jabal Al Lith o en las islas de Umluj.
Y, por supuesto, no hay que olvidarse de la gran variedad de deportes acuáticos que prometen diversión y emoción. Desde el kitesurf desafiando el viento hasta el esquí acuático surcando las olas, hay actividades para satisfacer a los buscadores de adrenalina de todos los niveles. Los complejos turísticos y clubes de playa ofrecen no solo el equipo necesario, sino también clases para aquellos que desean aprender nuevas habilidades en el agua.
De montañas y verdes valles
Tanto las montañas como los volcanes en Arabia Saudí sorprenden a aquellos que imaginan todo el país como un extenso desierto. Aunque la estación de esquí Trojena en NEOM aún esté en construcción, hay numerosas montañas por explorar. Las ciudades de Tanomah, con su impresionante cascada y sus cumbres cubiertas de enebros, y Abha, conocida por sus emocionantes paseos en teleférico sobre colinas verdes, son destinos montañosos en el suroeste que invitan a ser descubiertos y explorados.
La exploración submarina en el mar Rojo ofrece una ventana a un mundo de belleza estremecedora y biodiversidad
Entre Abha y Jeddah se encuentra posiblemente uno de los lugares más asombrosos de Arabia Saudí debido a su exuberante paisaje verde. Se tata de Al Baha. Ubicada a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar y con un clima notablemente más fresco y agradable que otras partes del país, alberga más de cuarenta bosques y verdes valles.
Otros destinos menos conocidos, pero igualmente gratificantes para los que disfrutan de la naturaleza, los encontramos en la zona del Hiyaz. Allí, encontrarás ciudades y pueblos entre los que se incluye Yeda, La Meca, Tabuk, Yanbu y Taif, así como las montañas del Hiyaz. Tampoco debemos olvidar las montañas de Asir, en el sur, que se encuentran en el Parque Nacional de Asir y son hogar de más de 300 especies de aves y cuenta con 60 campings desde donde se pueden explorar fácilmente.
Si de lo que se trata es de practicar actividades al aire libre, los amantes del senderismo podrán disfrutar de rutas que los llevarán por paisajes que nunca hubieran imaginado que encontrarían en Arabia Saudi. Tal es el caso de la caminata de entre 45 y 60 minutos hasta el fondo del Cráter de Wahba en Taif.
Además de esta, otras experiencias que merecen la pena realizar son la Ruta del Oasis Patrimonial en AlUla, que ofrece senderos entre oasis de gran belleza; un recorrido por Wadi Al Disah en Tabuk, conocido como "el valle de las palmeras"; admirar las espectaculares vistas desde Jebel Fihrayn, un acantilado de 300 metros de altura en Jebel Tuwaiq también conocido como el "Filo del Mundo"; o hacer la histórica Ruta de los Camelleros en las Montañas de Al Hada en Taif, una ruta que data de hace mil años y en la que se puede disfrutar de encuentros con beduinos y recorrer campos de rosas naturales. Para una opción más relajada, un teleférico lleva a los visitantes hasta la cima, ofreciendo una experiencia inolvidable a solo 35 minutos en coche desde Taif.
Recorrer los paisajes de Arabia Saudí en bicicleta también es una muy buena opción. Así, en Arabia Saudí hay rutas y paseos para todos los niveles de ciclistas y que van desde una agradable ruta que atraviesa las dunas de arena de AlUla, hasta rutas más exigentes como el paseo de Al Jaadah, al suroeste del reino en las montañas de Asir, y que es considerada como la segunda subida ciclista más dura del mundo al ascender, en sólo 12km, 1.500 metros con una pendiente media del 14,5%.
Arabia Saudí se encuentra enmarcada por majestuosas dunas y vastos valles de arena
Y para aquellos que lo darían todo por una buena acampada bajo las estrellas, seguro que la encuentran en Arabia Saudí. Lugares no faltan, como el Parque Nacional de Al Kharrarah, a 45 minutos de Riad. El Parque alberga el lago Kharrarah, también conocido como el "Lago de la Luz Líquida", que se forma durante la estación lluviosa por la abundancia de lluvia que cae. O el Valle de la Luna, en Yeda, otro lugar de acampada, rodeado de unas extrañas formaciones rocosas y cuyas asombrosas puestas de sol sólo son superadas por su mágico cielo nocturno.
Y, por supuesto, espectaculares desiertos
Y es que, Arabia Saudí se encuentra enmarcada por majestuosas dunas y vastos valles de arena, creando un paisaje que invita a la exploración y a la contemplación. Varios son los desiertos saudíes, pero todos ellos se caracterizan por sus imponentes dunas modeladas por el viento y rodeadas por montañas, ofreciendo escenarios de una belleza impresionante que pueden ser descubiertos en 4x4, buggy, globo, camello…
Uno de ellos es el desierto de Nefud, el mayor y más renombrado de Arabia Saudita, cuyas dunas alcanzan entre 700 y 1.000 metros de altura. Este vasto campo de arena dorada se extiende 90 km desde Jubbah hasta Sakaka y 300 km desde Zulfi hasta la frontera de Hail, abarcando una superficie de 103.600 km² en las provincias de Hail, Yauf y Tabuk. Algunas áreas de estas dunas ofrecen vistas panorámicas sobre el bosque fosilizado.
Por su parte, Rub al-Jali, conocido como "The empty quarter", es un vasto desierto de dunas onduladas que se extiende sin fin hasta el horizonte, alcanzando alturas impresionantes de hasta 250 metros. Con alrededor de 650.000 km², no sólo incluye varias provincias de Arabia Saudí, como la provincia Oriental y las provincias de Najrán y Riad, sino también partes de los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen. Las actividades más populares en este desierto incluyen la conducción por las dunas, el camping y salir en quad.
Otros desiertos saudíes en los que disfrutar de las dunas, son el desierto de Al Araqana, al este de Tabuk; el desierto de Jubbah, en Hail; o el desierto de Ad-Dahna (o pequeño desierto de Nefud) que discurre junto a la autopista de Dammam, a 80 km al este de Riad, y sirve como puente de arena entre el gran desierto de Nefud y Rub al-Jali.
Esta es sólo una muestra de todo lo que alberga Arabia Saudí, con innumerables opciones para disfrutar de una aventura única ya sea en el mar, entre las montañas o en sus magníficos desiertos. Lo fácil es divertirse. Lo difícil, decidirse por una única actividad.