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Estonia, empezar el año con tres rituales de bienestar
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Estonia, empezar el año con tres rituales de bienestar

Ponerse en forma o comer mejor encabezan las listas de propósitos de Año Nuevo. Sin embargo, a estos clásicos objetivos se suman nuevas metas: estresarse menos, conectar mejor con el entorno, permanecer más anclados al presente. El país estonio, tranquilo y sin aglomeraciones, es toda una fuente de inspiración para lograr estos propósitos. Con una filosofía de vida profundamente ligada a la naturaleza y el bienestar, Estonia es el destino ideal para los viajeros que buscan un nuevo comienzo.

Reconectar con la naturaleza… y con uno mismo

Casi una quinta parte del territorio estonio está protegido, albergando ecosistemas clave y una rica vida salvaje. Adicionalmente, más del 50% de su territorio está cubierto por bosques. Sus habitantes saben aprovecharlo bien: a cada oportunidad disponible, organizan escapadas para dar paseos entre bellos paisajes, respirar aire puro y disfrutar del silencio.

Ya sea a pie, en trineo o en canoa, estos entornos invitan a los visitantes a adoptar ritmos más lentos y reconectar con la naturaleza a través de la actividad física. El Parque Nacional de Lahemaa es uno de los mejores lugares para ello, ya que se cuenta entre los más extensos del país y abarca los cabos e islas más norteñas de Estonia, pero también Soomaa o Matsalu enamoran a los visitantes con sus pintorescas vistas.

Vuelta a la gastronomía “de siempre”

La cocina estonia es un reflejo directo de su sincronía con la naturaleza y su apuesta por la producción local, volviendo a lo más esencial en sus recetas: ingredientes naturales, elaboraciones tradicionales y sabores auténticos. Cada temporada cuenta con su propia gastronomía; por ejemplo, el invierno está marcado por las conservas, empleando setas, verduras o pescados que fueron recolectados y marinados a lo largo de las estaciones anteriores. Adicionalmente, algunas de esas técnicas para preservar los alimentos, como la fermentación, han demostrado tener múltiples beneficios para la salud. El sauerkraut (chucrut), las elaboraciones a base de cerdo o anguila, o la calabaza en escabeche o el pan de jengibre son algunas de las estrellas de las mesas estonias.

Para aprender a aplicar los ancestrales conocimientos del comer estonio, los viajeros pueden asistir a una clase de cocina que les muestre los básicos, aunque también se recomienda disfrutar de una reinterpretación moderna de estas recetas en restaurantes como Kaerajaan o Tuljak, comprometidos a conservar lo mejor de los platos tradicionales con giros innovadores.

El camino hacia la desconexión total

Los estonios hacen del bienestar una parte esencial de su día a día con experiencias como las sesiones de sauna, una costumbre esencial para liberar tensiones y revitalizar cuerpo y alma. Estonia cuenta con más de 100.000 saunas, ofreciendo desde las opciones más clásicas, como la sauna de humo de la región de Võromaa, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2014, como originales ejemplares en forma de iglú o construidas sobre cuerpos acuáticos.

Sin embargo, la relajación continúa en los reconocidos spas del país. Pärnu, situada a orillas del mar Báltico, es el principal destino turístico de wellness en Estonia, mientras que Haapsalu es ideal para quienes buscan un retiro en plena naturaleza. A través de terapias de barro y otros tratamientos especiales, el viajero accede a un descanso pleno para comenzar el nuevo año de la mejor forma.

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