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Capilla Jerónimo de Carrión: Nuestra propuesta musical va directa al corazón del oyente
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(Foto: Quintas)

Capilla Jerónimo de Carrión: Nuestra propuesta musical va directa al corazón del oyente

Capilla Jerónimo de Carrión, es, aunque no lo parezca, el nombre de un grupo musical, pero no al uso y consumo habitual si no de la denominada música sacra. Creado en 1996, y dirigido desde su fundación por Alicia Lázaro, reúne un elenco de cantantes e instrumentistas especializados en la interpretación de la música de los siglos XVII-XVIII.

Esta formación ha dado recientemente un recital, bajo el nombre de ‘Del templo al teatro. Dos siglos de música sacra y profana’, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, dentro del ciclo Notas del Ambigú, con las entradas agotadas…

¿Qué tal la experiencia?

Estupenda. La acogida del público a este repertorio - menos habitual - ha sido muy buena, han entrado en la propuesta, disfrutado de los contrastes vocales, los instrumentos … Estamos muy contentos.

La acogida del público, en el recital del Teatro de la Zarzuela, a este repertorio - menos habitual - ha sido muy buena

¿Cómo fue llegar a actuar en ese Teatro? ¿Quién os lo propuso?

Daniel Bianco, que dirige este teatro con muy buen pulso, hace ya un año me pidió una propuesta. Su idea, que me parece muy acertada, es colocar en ese espacio, el ambigú, programas diferentes, que no tendrían cabida en el escenario, que son otra cosa: música de cámara, solistas, música de diferentes estilos para el disfrute cercano de los espectadores.

Del templo al teatro ¿Es fácil o difícil ese paso y cómo se da?

La Capilla nació, hace más de 20 años, justamente para poner al alcance del público las investigaciones que hacíamos en el Archivo Musical de la Catedral de Segovia, de la mano de la Fundación Don Juan de Borbón que tiene su sede en esa ciudad. Por otra parte, nuestra directora, Alicia Lázaro, trabaja mucho como directora musical en el teatro más antiguo, con compañías especializadas (Nao d'amores, Compañía Nacional de Teatro Clásico). Nuestra arpista Sara Águeda, la viola María Saturno, han combinado también estos dos mundos. Ninguno de los dos nos era ajeno, y mezclarlos en un programa de concierto, poner en relación la música sacra y la profana, tan relacionadas en su momento, nos parecía interesante. Un aporte más al conocimiento y el disfrute de nuestro patrimonio musical, que es muy variado, mucho.

¿Repetiríais la experiencia?

Claro, de hecho el Teatro de la Zarzuela nos ha propuesto repetir la experiencia una vez pasen los estragos pandémicos, y queremos proponerlo también en festivales, ciclos de música antigua, o incluso de música sacra, porque este programa tiene cabida en ambos espacios, las iglesias y los auditorios.

Capilla Jerónimo de Carrión tiene como base del grupo a los cantantes y el acompañamiento, generalmente de órgano, pero también de arpa, a veces reforzados con instrumentos melódicos…

¿Cuántos miembros sois?

Tenemos actualmente dos formatos. Un formato amplio, de nueve músicos, (con cuarteto vocal e instrumentos), y otro más reducido (de trío a quinteto), que nos permite girar con más facilidad en estos tiempos.

De estos cantantes y músicos… ¿cuántos son estables?

Todos, dentro de la “estabilidad” de los grupos independientes de música, que se reúnen en torno a cada proyecto. El grupo ha ido variando lentamente en estos más de veinte años, pero nos gusta mantener la continuidad de los equipos. El trabajo de los grupos requiere identificarse con la manera de hacer, con el estilo propio, y esto no se consigue en tres ensayos y un concierto.

¿De dónde sale el nombre de vuestra formación nombre?

Jerónimo de Carrión (1660-1721) fue un maestro de capilla segoviano. Su música nos gusta especialmente. Es muy inspirada, y tiene ese “toque de gracia” que caracteriza a los buenos autores. Fue además el primer autor que rescatamos del archivo. De ahí el homenaje que le hacemos poniendo su nombre al grupo.

La Capilla nació para poner al alcance del público las investigaciones que hacíamos en el Archivo Musical de la Catedral de Segovia

¿Cómo nace este grupo?

En 1996 nuestra directora, Alicia Lázaro, inicia un trabajo de investigación en el Archivo de la Catedral de Segovia, con el encargo añadido de la Fundación de resucitar algo de música para ser interpretada en la propia Catedral, dentro de los festivales y ciclos de la ciudad. El trabajo se fue continuando, y año tras año, hemos ido realizando proyectos sobre diferentes autores, maestros de capilla de la Catedral, cuya estupenda música se desconocía, o bien grandes nombres de la música barroca española, de los que el archivo conservaba obras.

Contadme un poco de vuestra historia.

Hemos hecho durante estos años al menos un proyecto anual monográfico sobre diferentes autores. Esto hace un bagaje de obras importante. El primero fue una Misa de Batalla de Jerónimo de Carrión, y el penúltimo, la reconstrucción de unas Vísperas del siglo XVII de San Frutos, el patrón de la ciudad, con el grupo de gregoriano Schola Antiqva, y la Escolanía de Segovia. Entre estos dos proyectos hay más de veinte, con autores como Miguel de Irízar (un maestro navarro cuya música se conserva íntegra en Segovia), Juan Pérez Roldán (un gran maestro, viajero en varias catedrales y que recaló en Segovia), Sebastián de Vivanco, Juan Bonet de Paredes (de Orihuela, otro músico viajero), y de grandes músicos como Sebastián Durón o Juan Hidalgo, cuya música viajó por España y América ya en su momento. Además, hemos hecho alguna incursión en la música del siglo XVIII (Mir y Llusá, José de Nebra, Montón y Mallén). Hemos cantado en latín (Misas, Lamentaciones), pero sobre todo, hemos procurado indagar en el repertorio en castellano, los tonos a lo divino, los villancicos, los romances, un tesoro musical de nuestros archivos. Es un repertorio pequeño en la forma, pero grande en la expresividad musical y literaria. De este trabajo surge también el programa “Del Templo al Teatro”, para el que hemos contado con el musicólogo Raúl Angulo, nuestro colega que está realizando un trabajo magnífico sobre la música teatral del barroco. Juntando las dos experiencias, los dos saberes, hemos creado este último proyecto.

¿Por qué música sacra?

Un porcentaje enorme (no me atrevo a citar una cifra, pero es muy grande) de la música española del barroco se conserva en archivos eclesiásticos. Seguramente porque las catedrales han sufrido menos impacto de guerras, destrucciones o incendios. Los papeles de música, además, se libraron de las desamortizaciones del siglo XIX, porque ¿a quién le interesaban unos viejos papeles? Por eso, y porque abrir esos archivos al disfrute de todos (creyentes, no creyentes, agnósticos o mediopensionistas) nos parecía una tarea interesante, iniciamos este trabajo. Hay que decir que la colaboración del Cabildo segoviano ha sido estupenda, la Fundación firmó un convenio en su momento, las obras se estrenan en la propia catedral siempre que es posible, y el archivo guarda y difunde nuestros trabajos.

¿Hasta qué punto influye Segovia en vuestra creación?

Mucho. Segovia es una ciudad de cultura activa. Esta iniciativa, de trabajo continuado sobre un archivo, que en su momento fue pionera, seguramente no habría podido realizarse en otro sitio.

¿Seguís estudiando y formándoos?

Claro. Todos nosotros. No se puede ser músico en activo si no estudias a diario.

Este tipo de música no es precisamente comercial ¿qué tal funciona?

No nos hacemos ricos precisamente con este trabajo, pero hay otras satisfacciones. Oír, y hacer oír por primera vez, una música que ha estado dormida durante trescientos años, descubrir la belleza del repertorio, hacerlo revivir para el espectador del siglo XXI...

Hay dos líneas de trabajo para la Capilla, que estamos iniciando en estos meses, y que nos ilusionan especialmente

¿El espectador y oyente cómo reacciona?

Muy bien. Este repertorio no requiere, para ser disfrutado, ser ningún experto aficionado, saber mucho de música o haber ido a muchos conciertos. Va directo al corazón del oyente, porque para eso se escribió, para mover el ánimo, conmover las emociones, hacer reír, llorar o pensar.

¿Dónde existe más tradición de este estilo, tanto en España como en el exterior?

En Europa, Holanda y Suiza fueron, en los años 60-80 del siglo pasado, pioneras en la recuperación de la música barroca. Algunos de nosotros, los mayores, nos formamos fuera, porque en España no había posibilidad de formación especializada. Actualmente, la música antigua va entrando en los Conservatorios, además de los cursos de verano, y hay grupos de música antigua en todas las comunidades españolas. La Capilla es miembro fundador de GEMA (Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua) que tiene ya más de cincuenta grupos asociados.

¿Algunos de vosotros dais conciertos o tenéis actuaciones fuera del grupo?

Casi todos. Nuestra directora trabaja para el teatro, las voces en el Coro Nacional, el Coro RTVE, y otros grupos, como los instrumentistas. Pero todos somos fieles al trabajo que realiza la Capilla, con su estilo propio, una “forma de hacer” que requiere experiencia de grupo.

Estos tiempos que nos han tocado ¿cómo los lleváis?

Con paciencia, y también con esperanza. Hemos demostrado que la cultura, el arte, la música, no solamente son imprescindibles, sino que son seguras. Diría incluso que han sido ejemplares en estos meses difíciles. No sabemos de ningún brote de contagios en conciertos, festivales, teatros. No ha sido fácil, ensayar y tocar con distancias, con mascarillas, en condiciones a veces duras para desplazarnos, comiendo cualquier cosa en los camerinos porque no había restaurantes abiertos, por ejemplo. No ha sido fácil, no, pero aquí estamos, y seguiremos.

La música, tanto la sacra como la profana ¿están en crisis debido a la actual situación?

El arte está en crisis permanente, y casi diría que es algo consustancial a la creación, porque como sabéis, el significado de “crisis” es “cambio”, y sin esa pulsión de cambiar, de buscar, de ser curiosos, y de no conformarse, el arte sería algo inane, tontorrón, estático y aburrido.

Hemos hecho durante estos años al menos un proyecto anual monográfico sobre diferentes autores

Si nos referimos a la crisis económica, evidentemente, no va a ser fácil, pero las estructuras están ahí, y la necesidad del público de gozar del arte, también, incluso reforzada por estos meses de encierro. Hay ganas de salir, de disfrutar, y estoy segura de que cuando la protección sanitaria se generalice, va a haber una eclosión artística importante.

Por último ¿qué futuro os espera, musicalmente hablando?

Hay dos líneas de trabajo para la Capilla, que estamos iniciando en estos meses, y que nos ilusionan especialmente. Uno, el didáctico, con proyectos para niños, jóvenes y familias, del que pronto, en marzo, presentaremos los resultados (una publicación, dos programas de concierto). Otra, continuar difundiendo fuera de Segovia nuestros programas. Especialmente, los programas de maestros de capilla viajeros, que ejercieron aquí y allá, de los que conservamos música en Segovia que queremos rescatar y difundir. Mucho por hacer en ese campo, pero ya lo hemos iniciado con éxito desde 2016 y vamos a continuar.

Y se puede contar algún proyecto

Claro, encantados. En estos tiempo de cancelaciones y cambios de fechas, es estupendo poder dar fechas seguras. En la Catedral de Segovia el 27 de marzo, con nuestro programa para niños y jóvenes, en abril en Madrid con un programa especial de poesía y música, y después en Cáceres, Santander y otros festivales, con nuestro programa en trío, en Ourense con un programa de música gallega del XVII, y otras citas que irán concretándose. No vamos a parar de hacer música, porque, ya sabéis…

#laculturaessegura

Y eso sí es seguro…

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