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Monasterio Taktsang
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Monasterio Taktsang

Los hoteles más recónditos del mundo: Un viaje de lujo a los confines de la Tierra

jueves 16 de junio de 2022, 09:20h

La pandemia ha disparado el interés por viajar a lugares remotos y ha renovado el deseo de sumergirse en la naturaleza, evitando las grandes aglomeraciones. Para aquellos que quieran experimentar este tipo de viajes en su máxima expresión, Atlántida Travel, referente en la organización de viajes de lujo personalizados en España, ha reunido una selección de los hoteles de su portfolio en los que no faltará ni lujo ni desconexión, pero sí interacción social.

Fogo Island Inn (Canadá)

Fogo Island Inn, situado en Terranova, dispone de solo 29 habitaciones y suites con vistas de infarto al océano. El destino cuenta ni más ni menos que con siete estaciones, entre las que se incluye la época de recolección de bayas y la temporada de hielo, que permiten descubrir la isla desde perspectivas completamente diferentes. Enmarcado en el agreste paisaje subártico, las inmediaciones del alojamiento ofrecen docenas de rutas ideales para adentrarse en la inigualable belleza del entorno. Durante su estancia, los viajeros podrán realizar actividades que van desde el avistamiento de ballenas, la pesca de bacalao hasta talleres de bordado y cerámica o clases de fabricación de barcos. Aquí, la llamada de la naturaleza nunca ha sido tan clara.

White Desert Whichaway Camp (Antártida)

White Desert puede presumir de ostentar el título del campamento de lujo más remoto del planeta y es la prueba de que la exclusividad y el confort pueden brillar incluso en los parajes más inhóspitos. Aunque no lo parezca, acampar a cuarenta grados bajo cero en lo más profundo del desierto helado no solo es posible, sino que también deseable. El complejo hace realidad los sueños de los viajeros más aventureros: disfrutar de una sauna con vistas al glaciar, practicar senderismo por túneles de hielo o convivir con pingüinos emperadores. Es, además, una propuesta de alojamiento sostenible, ya que desde 2007 ha conseguido la neutralidad de carbono.

Three Camel Lodge (Mongolia)

Solo ciertos lugares tienen el poder de despertar el lado más salvaje del viajero, y ese es el caso de Three Camel Lodge, ubicado en la franja mongola del desierto de Gobi, uno de los más grandes del mundo. El complejo, formado por 40 yurtas (gers) tradicionales utilizadas por los nómadas mongoles, permite acceder a experiencias únicas como recorrer las sinuosas curvas de las dunas de Moltsog Els a lomos de un camello, conocer en primera persona la cultura de los pueblos nómadas o degustar platos regionales en un picnic gourmet bajo el manto estrellado del desierto.

Amankora Bumthang (Bután)

Existe un lugar en donde cultura y tradición se entremezclan en singular armonía. Se trata del distrito butanés de Bumthang que, literalmente, significa “campo hermoso” y en el que se localizan 29 templos y monasterios. Allí, junto al Palacio Wandichholing, se encuentra el Amankora Bumthang Lodge, en el que los viajeros pueden embarcarse experiencias marcadas por la cultura y la espiritualidad, como participar en la inolvidable ofrenda de lámparas de mantequilla en el monasterio de Taktsang, aprender a dominar el arte milenario del tiro con arco o practicar rafting en las aguas bravas de los ríos Pho Chu y Mo Chu. Bután ha sido, tradicionalmente, conocido como uno de los países más felices del mundo, y este reconocimiento no es casual. En los cinco spas del hotel, los huéspedes podrán realizar tratamientos a base de plantas y hierbas del Himalaya para renovar cuerpo y alma.

Sheldon Chalet (Denali, Alaska, EE.UU.)

Situado en un enclave privilegiado, prácticamente en la cima de un nunatak, en el glaciar Ruth, Sheldon Chalet es más que un refugio en la montaña: es un auténtico oasis entre los picos de la cordillera de Alaska, con vistas a la naturaleza helada del Parque Nacional Denali. Solamente accesible en helicóptero y sin cobertura ni Wi-Fi, es el lugar idóneo para aquellos que buscan desconectar del mundo sin renunciar a la calidez hogareña o a la comodidad de contar con un chef privado. Al sobrevolar los glaciares del valle de Susitna, los viajeros probablemente podrán observar a los lugareños: alces, osos, caribúes o coyotes, entre otros. El espacio, de forma hexagonal, ofrece cinco lujosas habitaciones con vistas panorámicas excepcionales para contemplar las auroras boreales.

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