Thompson Madrid, ubicado en la plaza del Carmen, guarda un secreto en su sótano. El hotel acaba de inaugurar Jack's Club, un nuevo speakeasy de espíritu británico que rinde homenaje a las bibliotecas clandestinas. Con una coctelería íntima y sofisticada, el club ocupa el lugar de la ya desaparecida Iglesia de San Luis Obispo. Sus paredes susurran historias pasadas y se conservan detalles como arcos y relieves de hace más de 200 años.
Este espacio exclusivo está inspirado en los clubs de gentleman de George Street, en Edimburgo. Murray Lemmon, creador del concepto, recuerda las memorias de la biblioteca del abuelo de Jack: velas consumiéndose lentamente, cartas sobre la mesa, copas generosas y conversaciones que se estiran hasta el amanecer. Un lugar que reivindica el placer de estar presente.
Una coctelería con historia
La carta se construye a través de relatos; cada cóctel se inspira en un capítulo distinto del mundo escocés y británico: literatura, folclore y guiños a la historia familiar de Jack y su familia o referencias a lugares que marcaron su vida. Se trabaja con buenos ingredientes y una presentación que respeta el carácter del club.
Con una iluminación tenue que invita a agudizar los sentidos, la música marca el tempo de la velada y cada cóctel ofrece una experiencia pensada para degustar sin prisa. Su piano bar actúa como epicentro, creando una atmósfera cálida y seductora que evoluciona a lo largo de la noche. De jueves a sábado, un pianista interpreta versiones de rock, pop, soul y jazz con un estilo propio que aporta carácter al espacio. A medida que avanza la noche, la banda sonora se transforma hacia ritmos funk y house suave que animan el ambiente sin romper la atmósfera, manteniendo intacto ese aire nostálgico y sofisticado que envuelve al club.
Una atmósfera ‘old money’ con acento británico
Un espacio protagonizado por madera oscura noble, cuero y una luz cálida crea una atmósfera acogedora que invita a quedarse. Sofás Chester, tonos marrones, cuero pulido y telas escocesas se combinan con antigüedades y piedras decorativas en bronce. En sus paredes destacan obras de inspiración campestre británica, concebidas por el artista Francisco Segarra, que acentúan ese aire de club privado atemporal.
La discreción es parte esencial del ritual, en Jack's Club no se permite tomar fotografías ni vídeos, preservando un ambiente en el que la intimidad sigue teniendo peso. Para muchos, ese es el verdadero lujo.
Abierto de lunes a domingo, Jack’s Club se suma a la escena nocturna más refinada de la ciudad, un lugar donde convive el gusto por la elegancia y la nostalgia. Una unión entre la sensibilidad refinada y un amor por la cultura.