IWC Schaffhausen presenta el nuevo Portugieser Tourbillon Rétrograde Chronograph, una sofisticada pieza de alta relojería que une tres complicaciones maestras en una edición limitada a tan solo 100 unidades.
Este modelo exclusivo combina un tourbillon volante de minutos, una indicación de fecha retrógrada y un cronógrafo flyback en una elegante caja de 43,5 mm elaborada en Armor Gold® de 18 quilates, una aleación de oro con una dureza notablemente superior a la de los materiales tradicionales.
La esfera, en un profundo tono obsidiana, es fruto de un meticuloso proceso de fabricación que incluye 15 capas de laca transparente aplicadas en 60 pasos, lo que le otorga una profundidad visual y un efecto casi tridimensional. Las manecillas y apliques en oro macizo realzan el carácter refinado del diseño. El conjunto se completa con una correa de piel de aligátor negra firmada por el reconocido artesano italiano Santoni, con cierre desplegable también en oro Armor Gold®.
Un tourbillon volante de vanguardia
El tourbillon es una de las complicaciones más admiradas de la relojería por su precisión técnica y su belleza en movimiento. En este modelo, el tourbillon volante de minutos se sitúa a las 6 horas, integrado por 56 componentes y con un peso total de tan solo 0,675 gramos. Su rotación constante, una vez por minuto, reduce el impacto de la gravedad sobre el órgano regulador, optimizando así la precisión del reloj.
Gracias a un sistema de parada exclusivo, el tourbillon puede detenerse por completo para permitir un ajuste exacto de la hora. Además, el áncora y la rueda de escape están fabricados en silicona y recubiertos con Diamond Shell®, una tecnología propia de IWC que reduce la fricción y mejora la eficiencia energética, lo que se traduce en una reserva de marcha de hasta 68 horas.
Fecha retrógrada y cronógrafo flyback
El Portugieser Tourbillon Rétrograde Chronograph incorpora también una elegante indicación de fecha retrógrada situada a las 9 horas. Una aguja señala la fecha en una escala arqueada del 1 al 31 y, al finalizar el mes, vuelve automáticamente a su posición inicial.
Por su parte, el cronógrafo flyback —ubicado a las 12— permite medir intervalos de tiempo con gran precisión y reiniciar el cronómetro al instante mediante un solo toque, sin necesidad de detenerlo previamente.
Corazón técnico: el calibre 89900
En el interior late el calibre 89900 de IWC, un movimiento automático de alta complejidad compuesto por 375 piezas, decorado con motivos Côtes de Genève y graneado circular. Visible a través del fondo de caja en cristal de zafiro, su masa oscilante de oro macizo es tanto una joya técnica como estética.
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