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Laila Ripoll: Mañanas de abril y mayo es abrir una ventana y que nos entre aire fresco
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Laila Ripoll: Mañanas de abril y mayo es abrir una ventana y que nos entre aire fresco

LAILA RIPOLL, DRAMATURGA, DIRECTORA DE ESCENA Y ACTRIZ.

Cuando Adolfo Marsillach funda a finales de los 80 un curso en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, para formar a jóvenes actores para recuperar el patrimonio del teatro clásico español, Laila hace el curso y al terminar en 1991 crea la compañía de teatro Micomicón junto a otros compañeros de ese curso.

En noviembre del 2019 asumió la dirección artística del Teatro Fernán Gómez, en Madrid, puesto en el que sigue actualmente.

El público que llena una sala en el siglo XXI no es el mismo público que iba a los corrales o los coliseos en el XVII

En marzo del pasado año estrenó la obra 'Tea Rooms', basada en la novela de Luisa Carnés, que fue todo un éxito y se tuvo que reponer en octubre de ese mismo año.

Con esa obra, en los Premios Max 2023 ha sido elegida finalista como mejor adaptación o versión teatral.

Ahora vuelve a dirigir y lo hace con "Mañanas de abril y mayo", un Calderón, en versión de Carolina África, que se podrá ver en el Fernán Gómez hasta el 14 de mayo en la Sala Guirau de este espacio escénico .

¿Por qué has elegido 'Mañanas de abril y mayo'?

Porque es Calderón, porque es una comedia, muy divertida, es brillante, es efervescente. Después de todo lo que ha pasado, de estos años de encierro, de enfermedad, de muerte, de tristeza, de oscuridad, es un poco como abrir una ventana y que entre el aire fresco y nos llene de alegría y de brisa de primavera.

¿Qué es lo que más ha costado adaptar de la obra de Calderón a estos tiempos?

Creo que el trabajo que ha hecho Carolina África con la versión ha sido muy minucioso, ha respetado absolutamente la versificación, la manera en que está contada, pero sí que ha aligerado mucho el texto. Quizá eso es lo más complicado, porque hay que conservar la esencia, pero teniendo en cuenta que el espectador del siglo XXI no es el mismo del siglo XVII, y el público que llena una sala ahora no es el mismo público que iba a los corrales o los coliseos donde no había ningún otro entretenimiento más allá del teatro y los toros, y no existía la acumulación de imágenes que tenemos ahora, con el cine, internet, etc .

Laila ha situado la acción de esta comedia en los años 50.

¿Por qué llevarla a esa época?

A veces los textos te piden cosas, y este texto, no sé por qué, visitando una exposición que hubo en CaixaForum de vestuario cinematográfico, vi un figurín, un vestido que llevaba Brigitte Bardot, de los años 50, y me dije que ese era el vestuario de la función, me lo estaba pidiendo a gritos. Hay veces que suceden esas cosas, unos textos por la razón que sea, te piden una ambientación concreta o una estética concreta y eso me pasó.

Según has comentado, el desarrollo está basado en el cine de Blake Edwards, en concreto en 'La Pantera Rosa'. y me da la impresión de que también en 'El Guateque'.

Así es, hay un guiño a 'El Guateque' clarísimo, hay guiños a Peter Sellers y 'La Pantera Rosa', hay un personaje que directamente está basado en Peter Sellers y en definitiva hay muchas cosas, incluso una coreografía es un homenaje a la primera Pantera Rosa.

En la obra hay un personaje que directamente está basado en Peter Sellers

¿Y la música también hace referencia a ese tiempo?

La música es original de Mariano Marín, pero que ha bebido directamente de Henry Mancini, como no podía ser de otro manera y creo que ha quedado muy bien.

Mucha gente se creerá que va a ver un clásico, y esta función es un clásico pero menos, si se puede decir así. ¿El espectador lo va a aceptar?

Yo creo que la gente ya está acostumbrada a ver los clásicos de cualquier manera. Hemos visto a los clásicos en vaqueros, los hemos visto sacar un teléfono móvil, los hemos visto futuristas, los hemos visto de todas las formas, y esto no deja de ser un clásico, de una época más reciente, pero no deja de ser un clásico de época. Creo que la gente ya está acostumbrada. Hace años, cuando empezó la Compañía Nacional de Teatro Clásico, era algo más raro ver esos montajes, pero ahora mismo están acostumbrado y no deja de ser un vestuario de época, cuidado y que no van en chándal, que también se ha hecho así.

Reconoces que eres de Lope de Vega, y esta obra es un Calderón. ¿Qué ha sido lo que más te ha costado hacer?

Pues eso, lo que más me ha costado ha sido traicionar a Lope, por lo menos al principio, pero una vez superado el duelo por Lope -dice entre risas - ha sido un gozo el sumergirse en Calderón.

El teatro no va a morir nunca y después de las crisis siempre sale reforzado

Y ya saliéndonos de esta obra ¿qué significa para ti ser directora del Fernán Gómez?

Para mí significa hacer algo que no había hecho hasta ese momento, que es llevar la dirección artística de un teatro como es el Fernán Gómez y tener la posibilidad de dotarle de un contenido y hacer una especie de dramaturgia, de narrativa de la programación, que es en lo que todavía estoy durante el tiempo que me queda.

¿Has conseguido sacar adelante todos los proyectos que tenías pensado?

Sí. Ha sido posible hacer muchas cosas, en especial porque tengo un equipo que es el equipo del centro, que hace magia, por eso ha sido posible y fácil hacer cosas.

Pero siempre surgen problemas.

Hombre. me ha tocado Filomena, y lo peor es que me ha tocado la pandemia nada más entrar, confinados en casa, y todo el horror que ha sido esto de que cada día nos levantábamos con un número de muertos superior al del día anterior, y la muerte tocándonos por todas partes, la muerte de padres, de amigos, de familiares, esa cosa tan dolorosa que no se nos debería olvidar, que pensábamos que íbamos a salir mejores .

Eso mismo te iba a comentar .

Y no solo no hemos salido mejores, parece que hemos salido peores.

Y en cuanto a la cultura quedó muy tocada, pero el teatro, en cambio, se ha recuperado bien.

Como decía un profesor, adorable, que era don José Estruch, el teatro es como un enfermo crónico que nunca acaba de morirse y es una cosa que lleva más de dos mil años funcionando y que todo el mundo lo entierra y cada vez resurge con más fuerza. los que tenemos pasión por el arte escénico sabemos que el teatro no va a morir nunca y que después de las crisis siempre sale reforzado.

Por el contrario el cine sigue perjudicado

El cine se puede ver en casa, el teatro no.

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