Oficios como la seda, la cerámica, la cestería o la elaboración de puros siguen vivos en la isla canaria, donde mercados locales, centros de exposición y pequeños talleres permiten conocer de cerca un legado único en Europa
La artesanía es uno de los pilares culturales y económicos de la Isla de La Palma. Más allá de su valor estético, los oficios tradicionales que perviven en la isla reflejan una forma de vida conectada con el territorio. Puros hechos a mano, cestas de mimbre, tejidos bordados o cerámica sin torno forman parte del día a día en mercados, talleres y puntos de venta repartidos por todo el territorio.
En el sureste de La Palma, el municipio de Villa de Mazo concentra algunos de los espacios más representativos de su patrimonio artesanal. El Centro de Exposición y Venta de Artesanía es uno de los principales escaparates del trabajo de más de un centenar de artesanos. El centro ofrece una cuidada selección de productos certificados, que incluyen bordados, cestería de mimbre y palma, cerámica, trabajos en madera, cuchillería tradicional, lana y jabones naturales elaborados con ingredientes locales.
En el mismo municipio se encuentra la Casa Roja, sede del Museo del Bordado y Corpus Christi, un espacio que documenta una de las fiestas más emblemáticas de La Palma. Cada año, en el mes de junio, Villa de Mazo se transforma con alfombras florales, arcos y tapices bordados a mano que decoran calles y plazas durante el Corpus Christi, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional. En el museo se pueden contemplar algunos de los bordados más representativos y conocer la historia de esta tradición única en Canarias.
El puro palmero y la seda: dos oficios con historia
En el barrio de San Pedro, en Breña Alta, se encuentra el Museo del Puro Palmero, un espacio dedicado a la tradición tabaquera de la isla, íntimamente ligada a su historia agrícola y cultural. El museo ofrece un recorrido por el proceso de elaboración del puro palmero, desde el cultivo del tabaco hasta el liado manual, poniendo en valor el trabajo artesanal que ha sido transmitido de generación en generación. Fotografías históricas, utensilios originales y demostraciones en vivo permiten al visitante comprender la importancia de este oficio en la economía local.
Por su parte, en el municipio de El Paso, el Museo de la Seda conserva una de las tradiciones artesanas más singulares de Europa: la elaboración artesanal de seda. En este espacio se puede conocer todo el proceso, desde la cría del gusano de seda hasta el hilado y tejido de las fibras, una técnica ancestral que se mantiene viva gracias a la labor de maestras artesanas. La seda de La Palma, reconocida por su calidad y autenticidad, representa una conexión única entre la naturaleza y la creatividad humana.
Mercadillos: el pulso artesanal de la isla
Además de estos centros y talleres, La Palma cuenta con una red de mercadillos donde la artesanía local se exhibe y se vende directamente al público. El Mercadillo de Villa de Mazo, que se celebra los sábados y domingos junto al Centro de Artesanía, es uno de los más completos. Aquí se pueden encontrar cestas de mimbre, piezas de cerámica hechas a mano, textiles bordados, utensilios tradicionales, ropa de lana tejida a mano y productos naturales como jabones, velas o miel. La proximidad de los productores permite, además, entablar conversación con los artesanos, conocer su proceso y adquirir piezas únicas con historia.
Por otro lado, en la capital, Santa Cruz de La Palma, se encuentra la Casa Salazar, un edificio histórico que acoge una cuidada selección de piezas elaboradas por artesanos locales. Bordados, cerámica, cestería, jabones y tejidos conviven en este espacio, pensado para que visitantes y residentes accedan a productos únicos que reflejan la identidad cultural de la isla.
La Palma también cuenta con una red de mercadillos del agricultor que, en muchos casos, incluyen puestos de artesanía local. Entre los más destacados están los de El Paso, Puntagorda, Puntallana y Barlovento —este último se celebra una vez al mes—. En estos espacios, productores locales ofrecen frutas, verduras, quesos, miel y otros productos de la isla, junto con piezas artesanas como cestería, cerámica, bordados o jabones naturales.