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Lituania, un destino cultural con lazos históricos con España
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Lituania, un destino cultural con lazos históricos con España

jueves 08 de mayo de 2025, 09:39h

Aunque Lituania se encuentra a miles de kilómetros de las costas mediterráneas de España, las conexiones culturales entre ambos países son más estrechas de lo que a simple vista podría parecer. Este destino báltico, lleno de historia, arte y modernidad, ofrece a los viajeros españoles una experiencia única. Desde calles que rememoran el legado de escritores españoles hasta monumentos que recuerdan la solidaridad entre ambos países, Lituania invita a descubrir una Europa menos conocida, pero profundamente conectada.

Vilna, una ciudad de contrastes entre tradición y vanguardia

La experiencia comienza en Vilna, la capital de Lituania, una ciudad que deslumbra por su equilibrio entre pasado y presente. Su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un mosaico de estilos arquitectónicos que conviven en equilibrio con espacios contemporáneos donde la creatividad y la innovación tienen un papel protagonista.

Una visita obligada es el Automuziejus (Museo del Automóvil), una colección histórica de automóviles ubicada en una antigua cochera de taxis de la era soviética. Aquí el gran protagonista es un lujoso Hispano-Suiza H6B, una joya de la ingeniería española de los años 20 pionero en la incorporación de los servofrenos, una tecnología aún presente en los coches. Propietarios célebres como Pablo Picasso, Coco Chanel y Albert Einstein hicieron del Hispano-Suiza un símbolo de prestigio en su época.

Otro de los atractivos de Vilna es el Museo de la Energía y la Tecnología, situado en la primera central eléctrica de la ciudad. Este museo combina la ingeniería con la creatividad y es el equivalente lituano al Matadero de Madrid: un antiguo espacio industrial transformado en un centro cultural de vanguardia.

Para los curiosos del valor del dinero a través del tiempo, el Museo de la Moneda del Banco de Lituania ofrece la posibilidad de comparar las antiguas pesetas con las litas lituanas y admirar una pirámide formada por más de un millón de monedas, galardonada con un Récord Guinness.

Otro de los atractivos de Vilna es el Museo de la Energía y la Tecnología, situado en la primera central eléctrica de la ciudad. Este museo combina la ingeniería con la creatividad y es el equivalente lituano al Matadero de Madrid: un antiguo espacio industrial transformado en un centro cultural de vanguardia.

Para los curiosos del valor del dinero a través del tiempo, el Museo de la Moneda del Banco de Lituania ofrece la posibilidad de comparar las antiguas pesetas con las litas lituanas y admirar una pirámide formada por más de un millón de monedas, galardonada con un Récord Guinness.

Las huellas españolas también son visibles en los alrededores de Vilna, donde comerciantes y diplomáticos de nuestro país dejaron su impronta entre los siglos XVI y XVII. La arquitectura de la ciudad conserva las influencias que llegaron a Lituania a través de estos intercambios culturales.

Kaunas, capital del diseño y la memoria compartida

A solo una hora y media en tren desde Vilna, Kaunas sorprende por su energía creativa y su elegante arquitectura. Reconocida como Capital Europea de la Cultura en 2022, esta ciudad combina el dinamismo urbano con un rico patrimonio arquitectónico, destacando la estética modernista de entreguerras visible en el bulevar peatonal Laisvės Alėja.

Entre sus tesoros arquitectónicos se encuentran los edificios Bauhaus de los años 30, cuya candidatura para ser Patrimonio Mundial de la UNESCO subraya su valor histórico y estético.

Durante tu aventura, mantén los ojos abiertos. Kaunas alberga una calle que lleva el nombre de Miguel de Cervantes como símbolo del aprecio cultural entre ambos países. También cuenta con un monumento en honor a los soldados españoles que lucharon junto a los lituanos en su Guerra de Independencia en el siglo XIX, como símbolo del apoyo de España en esos tiempos.

La gastronomía lituana también ofrece sorpresas para el paladar español. La cultura del café está muy arraigada y propone combinaciones reconfortantes como el café con canela, muy popular entre los locales. Para acompañarlo, nada mejor que un trozo de šakotis, un pastel tradicional horneado en forma de árbol, cuya textura y sabor recuerdan a los bizcochos bundt españoles.

Viajar a Lituania es mucho más que conocer un nuevo país: es descubrir cómo las culturas se entrelazan de forma inesperada y enriquecedora. Monumentos, sabores, nombres y objetos que nos resultan familiares se reinterpretan en un nuevo contexto, invitando al viajero a conectar con la historia y a mirar Europa desde otro ángulo.

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