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Divine Marilyn
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Divine Marilyn

GALERIE JOSEPH PARIS (116 rue de Turenne, 75003 Paris)

Hasta el 23 de septiembre

Exposición dedicada a Marilyn Monroe. La oportunidad de (re)descubrir la fotogénica de este icono planetario.

Por primera vez en Francia, esta gran exposición de 850m2 reunirá a cuatro de los nombres más importantes de la fotografía estadounidense (André de Dienes, Sam Shaw, Milton Greene y Bert Stern) que inmortalizaron a Marilyn Monroe en diferentes momentos de su vida a través de casi 200 fotos o documentos.

Lejos de ser la "pin-up rubia" que dijo ser, descubrimos aquí en esta exposición a una mujer juguetona, sencilla y verdadera, lejos de la imagen a la que a menudo está unida.

“Divine Marilyn” es una verdadera inmersión en el mundo de la burbujeante y sublime Marilyn Monroe.

André de Dienes (1913-1985) contrató en 1945 a una Norma Jeanne de 19 años. La chica necesitaba fotos para inscribirse en Blue Book, agencia de modelos de Los Ángeles. Juntos, pasaron cinco meses de 1946 por las rutas de California, Nevada y Nuevo México. Las fotos, frescas, sin retocar, se convirtieron rápidamente en cubierta de revista. En agosto de 1946, la huérfana identificada de pequeña por la matrícula 3463, ya célebre modelo, se rebautizó Marilyn Monroe.

Milton H. Greene (1922-1985) se cruza en su camino en 1953. Marilyn es una actriz conocida y Greene referencia de la foto de moda. Entre las más de cincuenta sesiones que los reunirán, la de octubre de 1954 es la más importante para la economía de ambos y la posteridad del fotógrafo. De ahí sale la serie Ballerina Sitting. En una de las imágenes Marilyn aparece descalza, sentada y risueña: como en todas las fotos de la serie, debe sostener el corsage, el cuerpo del vestido, que Emy, la esposa de Greene, le ha comprado, equivocadamente, dos tallas más pequeño.

En junio de 1962, Bert Stern (1929-2013), que había recibido un encargo de Vogue, convence a Monroe de encerrarse con él en una suite del Bel Air, de Hollywood. La actriz tiene 36 años y es más que famosa. Pero la Fox acaba de ponerla de patitas en la calle. El calamitoso fin del rodaje de Something’s got to give, de George Cukor, con un Clark Gable terminal, fue la excusa. Monroe se aburre. Para distraerse, decora su nueva casa, en Brentwood, y dedica 45 minutos diarios a su psicoanalista, el doctor Greenson. Ni la decoración ni el análisis la salvarán: muere la noche del 4 al 5 de agosto, cinco semanas después del shooting de Stern, 2.500 fotografías que por eso mismo llevarán por título The Lost Sitting.

Si hay una foto que el mundo entero conoce esa es sin duda la de Marilyn sobre una boca del Metro, la falda inflada por el aire. Obra de Sam Shaw (1912-1919), quien además le hizo un amplio reportaje en 1957, en el jardín de la casa de Amagansett, cerca de Nueva York, en la que vivía con el dramaturgo Arthur Miller, su esposo desde junio de 1956.

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