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‘Papá, ayuda a todos los niños ucranianos que puedas, pero por favor ten muchísimo cuidado’
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(Foto: Tino Martínez )

‘Papá, ayuda a todos los niños ucranianos que puedas, pero por favor ten muchísimo cuidado’

miércoles 25 de mayo de 2022, 10:04h

Desde INOUT VIAJES nos hemos acercado a la realidad de la población ucraniana que está sufriendo desde hace tres meses la invasión de Rusia, lo que supone la primera gran guerra en suelo europeo del siglo XXI. Lo hacemos gracias a Tino, un reportero gráfico que ha traído, junto a sus fotografías, una experiencia humana, que ha compartido con nosotros. Todo un testimonio de la crudeza y la incertidumbre que se está viviendo en este país.

Esta invasión de Rusia a Ucrania, iniciada el 24 de febrero pasado, prosigue, con fuertes combates y una incesante salida de refugiados, que supera ya los 5 millones de ucranianos que se han visto obligados a huir de su país.

La invasión de Rusia a Ucrania supera ya los 5 millones de ucranianos que se han visto obligados a huir de su país

La dureza de la guerra fuerza a mujeres, niños y ancianos a huir de la barbarie, y gracias a acciones humanitarias promovidas por organizaciones e instituciones de diferentes países, entre ellos España, lo logran.

‘Papá ayuda a todos los niños que puedas, pero por favor ten muchísimo cuidado’ eran las palabras más repetidas de Lucia (Kuki), la hija de Agustín Martínez (conocido por Tino), que ya ha estado en dos ocasiones en la frontera con Ucrania, con dos organizaciones diferentes, llevando a cabo acciones de ayuda humanitaria con el fin de aliviar, en lo posible, el sufrimiento y proteger la dignidad humana en este tipo de situaciones de emergencia.

Dos viajes que han supuesto un antes y después para Tino. De su experiencia y de las sensaciones vividas durante esta emotiva aventura, hemos hablado con él. Asegura que trae imágenes de sufrimiento y dolor, pero también palabras y gestos de agradecimiento que le animan a decir ‘ha merecido la pena’. Una experiencia difícil de olvidar y que, sin duda, se le ha quedado muy corta.

Pero su esfuerzo y deseo de ayudar y aportar su granito de arena a los más desprotegidos de esta guerra, no cesa y tras sus dos aventuras tiene prevista una tercera, Tino nos confirma que a partir del 15 de junio vuelve a realizar otro viaje de ayuda humanitaria a Ucrania, concretamente a Leópolis, Odessa y el Donbàs.

La idea es llevar ayuda humanitaria. Tenemos contactos con soldados ucranianos y guías que cooperaran con nosotros’.

En esta ocasión ayudará a On board to hope, la operación que encabeza la agencia Indie PR cuyo objetivo es llevar ayuda humanitaria desde España hasta la frontera con Ucrania y regresar con más de doscientos desplazados.

Toda la satisfacción y gratitud que ha traído de estos dos viajes en su mochila, se refleja en sus palabras de entusiasmo y fuerza, a pesar del frio, de las horas sin dormir y de la falta de comida caliente que ha tenido que soportar durante esta travesía.

Hablaba todos los días con su hija Lucia para que supiese que se encontraba bien, ya que ‘lo pasó muy mal, no paraba de decirme que me cuidase. Tenía muchísimo miedo’.

Primer viaje (8 días)

El pasado viernes 11 de marzo comenzó esta aventura, a la que se enroló sin pensarlo mucho, moviéndole las ganas de estar en primera línea de ayuda y fotografiar los rostros de aquellos seres humanos que están padeciendo en primera persona la crueldad de esta guerra.

Ver sus llantos de emoción y agradecimiento era muy gratificante

Este primer hacia la frontera de Ucrania viaje lo realizó con la Fundación Madrina con el objetivo era llevar material sanitario, comida y recoger a todos los refugiados que pudiesen para traerlos a España.

‘Formamos un convoy de tres autobuses y dos furgonetas. Yo conducía una de ellas. Llevábamos medicinas, agua y comida. También venían con nosotros un equipo de sanitarios. A la vuelta los autobuses vendrían ocupados por los refugiados, niños junto a sus madres’, nos explica.

El largo trayecto por carretera (Madrid - Irún - Toulouse -Paris - Dresde- Varsovia) comienza el 11 de marzo a las 12 de la noche. Según nos cuenta fue agotador, y por supuesto no faltaron algunas anécdotas, por ejemplo, recuerda que tuvieron que regresar a San Sebastian para evacuar a una de las sanitarias, que cayó enferma durante el viaje.

‘Fueron 12 horas conduciendo, luego descansamos un poco en uno de los autobuses y al caer la noche de vuelta al volante’, según nos relata.

Tino hace constantemente hincapié en la preocupación de su hija Lucia, quien le dice muy emocionada en una de sus llamadas, ‘Papá te hemos visto en televisión, en las noticias. Por favor ten mucho cuidado’.

Nos narra que conforme iban acercándose al destino ‘Había que prepararse para lo que íbamos a encontrarnos. Tendríamos que ser fuertes y actuar con tranquilidad para ayudar a todos los refugiados que pudiéramos.’

Y por fin, tras el largo camino por carretera, llegan a la frontera con Polonia, el domingo 13 de marzo. En este punto nos asegura que ‘me sorprendió muchísimo el incesante movimiento de tropas’.

En la ciudad polaca de Wroclaw (Breslavia), fronteriza con Alemania, gestionan la primera recogida de refugiados, ‘luego, ya con los primeros en los autobuses, continúanos camino a Varsovia. Allí en el lobby de un hotel descansamos unas horas. El personal del hotel era fantástico y nos atendió de maravilla’

Además nos aclara que el convoy debía parar cada cuatro horas, ya que ‘es obligatorio para que los conductores de los autobuses descansen

El infierno fronterizo

Según se acercan a la frontera, Tino nos cuenta que los bombardeos generan incesante movimiento de heridos. ‘El lunes 14 de marzo un compañero y yo llevamos una carga de medicamentos a la frontera de Medyka. Después de descargar los medicamentos en un campo de refugiados donde se encontraban miles de niños y mujeres con bebes, hacemos noche en la furgoneta.’

Existe en mi vida un antes y después de esta experiencia

‘Quisimos llegar a Leópolis (ciudad ucraniana a 70 km. de la frontera con Polonia, por donde se canaliza casi todo el flujo de refugiados a la zona OTAN) porque recibí la llamada de una mujer ucraniana que me ruega, entre lágrimas, que recogiéramos en esta ciudad a sus padres, que son muy mayores. Pero fue una misión imposible. El ejército ruso estaba bombardeando el aeropuerto, y desgraciadamente no pudimos llegar’ dice con consternación. Pero ‘al final me comunican que consiguieron salir de Ucrania y llegar a Madrid. Me han dicho que les gustaría conocerme’ nos dice aliviado y con alegría.

‘En esos momentos llevaba 5 días sin dormir, solo había estado dos horas en una cama en el hotel de Varsovia. El estrés emocional y físico era enorme’, afirma.

Cuando nos habla del cansancio y el agotamiento vivido subraya que ‘me di cuenta que lo que más necesitaba era ducharme, mucho más que dormir. En esos momentos darme una ducha suponía para mí como haber dormido 20 horas’

El martes 15 de marzo vuelven para Varsovia. ‘En unas horas regresaríamos a España. Los autobuses ya estaban llenos de refugiados, pero a las 12 de la noche nos llega un aviso de una familia que acababa de llegar de Kiev (una abuela con su hija y sus dos nietas) e inmediatamente atravesamos Varsovia y conseguimos recogerlos y que subieran al autobús rumbo a España con el resto de refugiados’.

‘Al día siguiente, miércoles 16, informan que los conductores de los autobuses por seguridad han de detenerse 12 horas. En esos momentos estábamos en Alemania (frontera con Suiza) no teníamos hotel y debíamos acomodar a los refugiados sobre la marcha. Es entonces cuando nos ceden un polideportivo que en dos horas se consigue habilitar con camas militares para que las mujeres y los niños comieran y pudieran descansar durante unas horas. La parada que hacemos es desde las doce de la mañana hasta las doce de la noche’.

Nuevamente en marcha. El fin de la pesadilla para los refugiados estaba muy próximo, la frontera española quedaba muy cerca.

‘Mirando la cara de felicidad y tranquilidad de estas personas, pensé que todo el esfuerzo y los malos momentos habían merecido la pena. Ver sus llantos de emoción y agradecimiento era muy gratificante. Existe en mi vida un antes y después de esta experiencia’, afirma.

A partir del 15 de junio Tino vuelve a realizar otro viaje de ayuda humanitaria a Ucrania a Leópolis, Odessa y el Donbàs

Una vez en Madrid Tino nos dice que recapacitó sobre todo lo vivido y asegura que tuvo la sensación que la experiencia se le había quedado muy escasa, ‘tengo que hacer más….’

Y así fue. Unos días después, se embarca en un nuevo viaje…

Segundo viaje (duración 5 días)

Le preguntamos cómo surgió este segundo viaje.La Orden de Malta de Ucrania pidió ayuda médica, y como voluntario vuelvo a participar en esta nueva misión de ayuda al pueblo ucraniano. El equipo de sanitarios vuela hasta Cracovia, y yo nuevamente a la carretera con una carga de medicinas y material quirúrgico parto rumbo a Ucrania’.

Es el martes 5 de abril cuando marcha de nuevo hacia la frontera con Ucrania ‘ya que la situación era urgente, resultaba vital llegar cuanto antes. Los enfermos y refugiados necesitaban asistencia. Y salimos ese mismo día a las 11 de la noche’.

Sólo paramos para repostar, llegamos a Cracovia en 28 horas. Dejamos todo el material a los ucranianos y después de saludar a nuestros compañeros volvemos a España.’

Tino nos explica que Cracovia se encontraba repleta de refugiados que llegaban en tren desde Kiev, ‘era un crisol de personas, la mayoría mujeres y niños, y algún soldado ucraniano herido en combate’.

De vuelta a España decido hacerlo por Chequia, para conocer este país, y acertamos absolutamente, nos encontramos mucho menos tráfico y unos paisajes muy bonitos’.

‘Por fin tenemos un momento de relax, paramos a dormir en Brno (a 200 km de Praga) en un hotel precioso, buena cena y unas cervezas… una auténtica maravilla. Al día siguiente, madrugón y vuelta a la carretera.’

Para finalizar le preguntamos si tiene previsto otro viaje a Ucrania, y nos responde…‘Si. Concretamente a partir del 15 de junio tengo previsto regresar a Ucrania con la operación ONBOARD TO HOPE. En esta ocasión iremos a Leópolis , Odessa y el Donbàs con medicinas. Tenemos contactos con soldados ucranianos y guías que nos ayudarán y si podemos nos traeremos más refugiados. Estamos trabajando en los preparativos de esta acción, reclutando conductores e intentando conseguir fondos. Estoy preparando una exposición fotográfica para ayudar a este proyecto ’.

Posiblemente esto no acabe en este tercer viaje y Tino nos comenta que… ‘además volveré a viajar con la Orden de Malta. Ésta será una acción humanitaria y de reconstrucción. Pero hemos de esperar, ya que la ofensiva del ejército ruso está aún muy activa y al no respetarse los pasillos humanitarios, sería sumamente peligroso ir ahora.

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