La Rioja en otoño se viste de ocres y púrpuras, y el aire huele a tierra mojada y hojas secas. Ahora mismo, tres espacios distinguidos con los premios de excelencia Best Of Wine Tourism te invitan a disfrutar de una ruta de enoturismo que redefine lo que significa sumergirse en la cultura del vino.
El viaje comienza en Ramón Bilbao, en Haro, donde la bodega ha transformado la visita enoturística en un recorrido sensorial que trasciende la cata convencional. Por primera vez, se abren espacios inéditos al público: la sala de depósitos de hormigón donde nace el carácter frutal de sus vinos, y la barrica más exclusiva donde envejecen las referencias más especiales. El recorrido en 3D por el clima riojano, las urnas de aromas diseñadas por Laura Dorado —directora de arte que ha trabajado para Loewe y Mango—, y la instalación lumínica "Luz de Envero" creada por Kauani Studio convierten cada sala en una experiencia inmersiva. Los grupos se limitan a 14 personas, garantizando una atención personalizada que culmina en el Wine Bar y el restaurante con cocina km0 de temporada.
A media hora en coche, en Nalda, entre la Sierra de Cameros y el valle del Iregua, la propuesta ofrecida por Palacios Vinos de Finca, Bodegas Nivarius y Proelio representa una apuesta radical por el terruño. Nivarius rompió moldes al ser la primera bodega riojana dedicada exclusivamente a blancos, trabajando con variedades autóctonas como la Maturana blanca en viñedos situados entre 700 y 800 metros de altitud. Su hermana Proelio —que en latín significa "batalla"— se centra en tintos de viñedos viejos y altitud, expresando con honestidad el carácter de cada parcela. Ambas comparten una filosofía ecológica y sostenible que recupera lo que los ancestros sabían: el vino más auténtico nace del respeto absoluto al territorio.
Se puede hacer un alto en el camino visitando el Museo Vivanco de la Cultura del Vino en Briones, galardonado con el premio Best Of vitalicio Special Achievement y considerado uno de los mejores museos del vino del mundo. Sus 4.000 metros cuadrados albergan desde arqueología hasta obras de Picasso, Sorolla y Chillida. El Jardín de Baco, con más de 220 variedades de vides de todo el planeta, es una lección viva de biodiversidad. Aquí la historia del vino se cuenta sin barreras arquitectónicas, con tecnología audiovisual y un carácter didáctico que hace que cualquier persona curiosa —no solo los aficionados al vino— quede cautivada por sus interesantísimas y curiosas colecciones.
La ruta puede completarse en un fin de semana largo, aunque merece dedicarle al menos dos días completos. Haro y Briones están separados por apenas 10 kilómetros, lo que permite combinar fácilmente Ramón Bilbao y Vivanco en una misma jornada. Nalda queda a 30 minutos en coche de Haro, ideal para una segunda jornada. Esta temporada es perfecta para darte el capricho: el paisaje está en su apogeo cromático y las temperaturas invitan a caminar entre viñedos.