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Hotel Aire de Bardenas, una joya arquitectónica en el desierto navarro
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Hotel Aire de Bardenas, una joya arquitectónica en el desierto navarro

En medio de un campo de trigo, junto al Parque Natural de las Bardenas Reales de Navarra se encuentra esta joya arquitectónica en un remanso de paz, el Hotel Aire de Bardenas. Si se busca desconectar y disfrutar de cielos estrellados...es perfecto.

El desierto, el amanecer, la luna, las estrellas, su espectacular arquitectura y diseño convierten a este peculiar alojamiento galardonado con veintiséis premios de Arquitectura e Interiorismo. Sus imágenes, sin duda, han dado la vuelta al mundo en más de trescientas cincuenta publicaciones por los cinco continentes.

En medio de un imponente paisaje con una fuerte presencia del viento de noroeste (el cierzo), el hotel se concibe como una sucesión de espacios interiores protegidos y confortables para contemplar el exterior.

Se trata de un hotel de 4 estrellas a 3 km del casco antiguo de Tudela y próximo a las Bardenas Reales de Navarra, un parque natural con paisajes desérticos espectaculares. El hotel que se desarrolla en planta baja, cuenta con 32 habitaciones, 13 de las cuales disponen de un jardín privado y diez habitaciones “burbuja”.

Su arquitectura

El hotel se presenta pues como una construcción ligera, desmontable y reciclable, asociada a las construcciones agrícolas que se encuentran en la zona. Desde el exterior, el edificio se confunde con el entorno. Cajas que habitualmente son utilizadas en la zona para recolectar y transportar fruta y verduras, forman la fachada principal del hotel. Se usan como cerramientos y rompevientos para los espacios exteriores del hotel ya que detienen el viento, pero permiten el paso del aire, no necesitan cimientos ni fijaciones y son fáciles de mover.

En su implantación el hotel guarda las formas de las construcciones nobles de la Ribera desarrolladas en torno a un patio central, ofreciendo así protección climatológica del lugar. Así el patio formado por una serie de construcciones ortogonales, da la espalda al Cierzo y se abre a sureste donde se proyecta un bosque de chopos y la piscina.

El edificio se compone de una serie de estructuras sencillas, monocromáticas y cúbicas. Su posición dispersa permite ver a través de los espacios intersticiales, minimizando una apariencia masiva y generando un juego de luces y sombras.

A través de un cultivo ordenado de cerezos, se accede al cuerpo principal del conjunto que alberga las zonas comunes -recepción, salón principal, sala de juntas, bar y restaurante- y 10 habitaciones con patio propio y árbol frutal. El resto de las habitaciones son pabellones exentos con grandes ventanas proyectantes que miran hacia el campo.

La arquitectura, los interiores y los jardines buscan acercarse al carácter rural y a la belleza del austero paisaje circundante, ofreciendo ambientes despejados, sencillos y silenciosos de descanso y confort.

Habitaciones

A la entrada de las habitaciones se encuentra un vestíbulo con un mueble abierto, que ofrece un lugar robusto y amplio para dejar las pertenencias, evitando que éstas invadan la vista en la zona de descanso. Este mueble alberga el minibar, caja fuerte y estantes con enchufes para recargar aparatos electrónicos. Las bañeras, platos de ducha y lavamanos -realizados en chapa plegada y esmaltada- así como la mayoría del mobiliario (camas, mesas, taburetes, sillas, butacas en el salón, armarios) fueron diseñados y desarrollados por los arquitectos exclusivamente para este proyecto.

Ventanas habitables

Para enfatizar la idea de las habitaciones como miradores protegidos tienen ventanas salientes sin el marco de la carpintería visible desde el interior.

De día la ventana se percibe como un simple hueco sin vidrio que crea una falsa percepción de grosor, no inherente a la construcción ligera utilizada.

Estas ventanas salientes se convierten en rincones para leer, ver la TV (integrada en los laterales) o contemplar el exterior. Cumplen también la función de sofá y de cama supletoria. Se orientan principalmente a noreste para ver el paisaje iluminado sin recibir el sol directo.

Habitaciones burbuja

El hotel Aire ofrece una variedad de experiencias en cuanto a alojamiento, todos ellos tienen algo especial. Por ejemplo, es una vivencia única y diferente alojarse en una de sus espectaculares habitaciones burbuja. Una oportunidad para conectar con la naturaleza en un entorno inigualable.

En mayo de 2015, el hotel Aire de Bardenas (30 premios de arquitectura e interiorismo) recibió el encargo de acoger durante casi dos meses, a más de 45 periodistas y medios de comunicación de todo el mundo para la presentación mundial de un vehículo de la empresa Renault. Como el hotel consta de 22 cubos y habitaciones, decidimos crear, en el espacio de una hectárea contiguo al hotel, la “Base Lunar Bardenas”.

El diseño corrió a cargo de Alejandro Ahedo, constructor de Aire de Bardenas y de Natalia Pérez, directora. Se construyeron varias calles con 28 “habitaciones burbuja” que miraban al amanecer, a la luna y a las estrellas.

Tras el gran éxito de este proyecto, se decidió mantener 10 burbujas para que los clientes que lo desearan pudieran tener la experiencia de dormir prácticamente al aire libre en un lugar libre de contaminación lumínica, ya que no se encuentra cerca de ninguna ciudad grande, en plena naturaleza del Parque Natural de Bardenas Reales, Reserva de la Biosfera. El Parque Natural de Bardenas Reales es un espacio de 42.000 hectáreas, el semidesierto más grande de Europa y uno de los lugares con más días de sol en España.

Las burbujas son espacios esféricos de algo más de cinco metros de diámetro y que constan de tres lugares. El receptáculo de entrada, donde se encuentra el minibar, un pequeño banco y un perchero. Una vez se accede se debe cerrar su cremallera para poder ingresar en la habitación principal. Además de la habitación, consta de un baño completo en el tercer espacio habitable con agua caliente y fría. Cuenta también con un toldo protector del sol y antifaz ya que puede haber personas que necesiten protegerse de la luz al amanecer (hay que decir que todas las burbujas apuntan hacia la salida del sol).

Debido a las condiciones climáticas de la zona, las burbujas tienen unos períodos de disfrute fundamentalmente en verano. Todas cuentan con potente calefacción y aire acondicionado. La sensación de calma, paz y tranquilidad hacen que las burbujas de Aire de Bardenas sean un destino turístico muy demandado por personas de todo el mundo que quieren una experiencia diferente a todo lo conocido, en un entorno único en Europa.

También es una aventura hospedarse en las habitaciones con bañera exterior, en las cuales la luz de la luna por la noche o el sonido de los pájaros al amanecer, son un auténtico placer para los sentidos, independientemente de la época del año en la que nos encontremos.

Habitaciones con bañera exterior

Posibilidad de habitaciones comunicadas. Vistas al patio privado con árbol frutal. Bañera de agua caliente-fría.

Habitación cubo con bañera exterior

Habitación exterior con vistas al amplio patio con árbol frutal y bañera de agua fría-caliente.

Suite con bañera exterior

Amplia. Íntima. Con salita y vistas al gran patio exterior con bañera de agua caliente-fría. En el interior, bañera doble.

Habitación con patio

Posibilidad de habitaciones comunicadas. Patio exterior privado con vistas al propio patio con árbol frutal.

Cubo con vistas

Cubo sobre un campo de trigo con vistas a la salida del sol y al paisaje del inicio del Parque Natural de Bardenas Reales, Reserva de la Biosfera.

Suite con vitas

Con vistas a la salida del sol y al paisaje de Bardenas. Amplia, luminosa. Con gran bañera interior doble.

Estos son los tipos de habitaciones que disponen en el hotel. Todas ellas cuentan hasta con dos camas extras para los niños excepto, en las habitaciones Burbuja, que son únicamente para dos personas.

Una vez alojado, se puede disfrutar del Hotel Aire en muchos sentidos. Por ejemplo, de una piscina exterior para los más atrevidos en invierno y para los que quieran refrescarse en verano y relajarse.

Además, en el Hotel Aire de Bardenas se podrá degustar los mejores productos de la tierra. La Ribera de Navarra es el paraíso para cultivar riquísimas verduras durante todo el año. Por ejemplo, se puede disfrutar de una de sus maravillas gastronómicas más conocidas: el espárrago.

También es posible embelesarse de la sobremesa en su terraza con vistas al huerto y a las Bardenas Reales.

En su restaurante cuentan con un menú degustación que varía según la temporada, así como platos locales con tradición de cientos de años, como las migas, las “costillicas” de cordero y la torrija del pan perdido.

Asimismo, si se busca un poco de aventura, el Hotel Aire ofrece varias actividades que se pueden realizar teniendo en cuanta la variedad de recursos de los que dispone la zona.

Utilizar las bicicletas que el hotel tiene a disposición de sus clientes a la entrada y sin coste adicional para visitar los alrededores de sus instalaciones.

Además, descubrir el corazón del Parque Natural de las Bardenas Reales, que puede hacerse en Segway de la mano de un experto y apasionado guía del desierto o a través de una ruta guiada en vehículo por el lado más agreste del parque.

Los más aventureros pueden escoger entre paseos a caballo, excursión en 4×4 por las Bardenas Reales, el desierto en Segway y canoa por el Ebro.

Si por el contrario se prefiere vivir la experiencia por su cuenta, en el hotel pueden indicar las rutas más especiales para hacer a pie, en coche o en bicicleta.

Hotel Aire de Bardenas

Carretera de Ejea, NA-125, km. 1,5
31500 Tudela - España

Telefono (+34) 948 116 666
[email protected]

https://airebardenas.com/

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