Llega la primavera y con ella las ganas de hacer una escapada para recargar las pilas. Malta reúne todos los requisitos para convertirse en el lugar ideal donde descasar, explorar y desconectar, ya que además de albergar auténticos tesoros, se encuentra a poco más de dos horas de avión. Vueling, Ryanair y Air Malta disponen de vuelos directos con el archipiélago maltés.
Pasear por las calles de Valletta y deslumbrase con su arquitectura, visitar las Catacumbas de San Pablo, explorar la ciudad de Mdina, también conocida como La ciudad del Silencio, o descubrir las huellas de una civilización más antigua que las pirámides de Egipto, es posible a tan sólo un par de horas de avión. Air Malta retoma sus vuelos directos con Madrid a partir del 4 de abril. Hasta el 19 de junio se podrá volar de manera directa los lunes y viernes, y a partir del 20 de junio se amplía la ruta, haciendo posible volar de manera directa los lunes, miércoles y viernes.
Los viajeros que estén pensando volar desde Barcelona tendrán la oportunidad de hacerlo con Vueling o Ryanair. Las conexiones directas con Vueling están disponibles dos días a la semana: lunes y sábado. Aquellos que prefieran volar con Ryanair tendrán disponibles los lunes, miércoles, viernes y sábados.
Ryanair también ofrece conexiones directas con Malta desde Sevilla y Valencia. Desde Sevilla existen vuelos disponibles los miércoles y domingos y desde Valencia los martes, jueves y sábados.
Como no podía ser de otra manera, el norte de España también tiene ruta directa con las Islas Maltesas. Desde Bilbao, Vueling cuenta con diferentes días a la semana para que todo aquel que lo desee pueda probar en persona los famosos pastizzi o el exquisito pan maltés.
Además, ¡amantes del buceo, éste es vuestro momento! La temporada para sumergirse en las aguas maltesas comienza en abril y la temperatura oscila entre los 15 y 16 grados. Con una magnifica visibilidad, cualquier buceador, sea profesional o principiante, descubrirá por qué este país es conocido como la joya del mediterráneo: pecios hundidos de la Segunda Guerra Mundial, cuevas marinas o arrecifes perfectos para ser fotografiados.
Explorar los caminos de Comino y disfrutar de la soledad y de la suave brisa del mar. Adentrarse en la cueva de Calipso, montar a caballo o hacer senderismo en Gozo descubriendo a su paso restos arqueológicos o antiguas ermitas al borde de los acantilados. Hacer un viaje al pasado y visitar el pueblo de Popeye en Malta o disfrutar simplemente de un atardecer en los acantilados Dingli son solo algunas de las muchas otras posibilidades que se encuentran a un corto vuelo de distancia.
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