Por primera vez en la historia moderna han vuelto a escucharse los sonidos de un órgano medieval, gracias a los tubos originales del llamado Órgano de Belén, ocultado durante las Cruzadas y redescubierto siglos después. El logro fue posible gracias al musicólogo español David Cataluña, quien interpretó un canto litúrgico del siglo XI con algunos de los tubos que, sorprendentemente, aún conservan su sonido original tras más de mil años.
El proyecto, impulsado por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU) en colaboración con el Museo Terra Sancta y la Custodia de Tierra Santa, se presentó oficialmente en Jerusalén el 9 de septiembre de 2025. Reúne a un equipo internacional de expertos —entre ellos organólogos y constructores de órganos— que emplean tecnologías avanzadas para analizar los materiales y los métodos de fabricación de los tubos, abriendo una nueva ventana al conocimiento de la música y la ingeniería medievales.
La historia del hallazgo es tan fascinante como su música. En 1906, durante la construcción del hospicio franciscano “Casa Nova” en Belén, se descubrió un tesoro litúrgico enterrado bajo el antiguo cementerio cristiano. Allí aparecieron 222 tubos de bronce, un carillón de trece campanas y otros objetos, que los cruzados habían ocultado antes de abandonar Tierra Santa en el siglo XII. Este conjunto fue custodiado en el Museo Arqueológico Franciscano, pero durante más de un siglo apenas atrajo la atención de la investigación académica.
Fue Cataluña, entonces investigador en la Universidad de Oxford, quien al encontrar referencias al órgano decidió retomar su estudio y convertirlo en el núcleo de un proyecto internacional con sede científica en Madrid y campo de trabajo en Jerusalén y Belén. Su interpretación en los tubos originales representó un estreno mundial, uniendo la emoción del redescubrimiento con la experiencia sensorial de escuchar una “voz olvidada” de la Edad Media.
Los responsables del proyecto subrayan que no se trata solo de un objeto arqueológico: es también un patrimonio vivo, capaz de transformar nuestra comprensión de la cultura medieval. Para el director del ICCMU, Álvaro Torrente, se trata de un hallazgo comparable a “encontrar un dinosaurio vivo”, un testimonio excepcional de organología europea y de la vida espiritual de las Cruzadas.
El Órgano de Belén formará parte del Claustro Musical del futuro Museo de Arte e Historia Terra Sancta, que contará con apoyo internacional y espera convertirse en un espacio de investigación, divulgación y experiencia cultural. Con este proyecto, el órgano recupera no solo su voz, sino también su papel como puente entre historia, arte y espiritualidad.