En Tokio, la ciudad cosmopolita que abraza tradición y modernidad, aún perdura una de las tradiciones más antiguas y auténticas de la vida japonesa: el sentō, el baño público tradicional. Este espacio, que durante siglos fue esencial para la higiene y la convivencia, hoy resiste el paso del tiempo como santuario urbano de bienestar, arte y comunidad.
Su historia se remonta a más de 1.000 años, aunque comenzó a difundirse ampliamente entre los siglos XVII y XIX, especialmente en Edo, el nombre que ostentaba Tokio hasta 1868. Originariamente, los sentō se utilizaban para limpiar el cuerpo, relajar la mente e interactuar con otros vecinos.
Actualmente existen más de 400 baños activos en la capital japonesa que pueden ser visitados. Para animar al público a hacer uso de ellos y conocer esta cultura tan especial, la campaña “Welcome! SENTO” ofrece precios especiales hasta el día 28 de febrero de 2026.
Además de relajarse entre vapores y olores a jabón, los turistas pueden admirar verdaderos museos donde la arquitectura tradicional, las pinturas –especialmente del monte Fuji–, los azulejos y el espíritu de convivencia mantienen viva esta herencia milenaria.
Entre los sentō más destacados, se encuentran tres de imprescindible visita. Para disfrutar de ellos, solo es necesario llevar una toalla, artículos de aseo, una mente muy abierta y respetar las normas básicas de uso.
Tenjin-yu (Nakano)
Cerca de la estación de Nakano se encuentra el sentō Tenjin-yu, que fue renovado por última vez en el año 2023, combinando su atmósfera histórica con elementos modernos. Su esencia artística está protagonizada por un gran mural del monte Fuji en la zona de los hombres y otro del cabo Ashizuri en la de mujeres.
Este espacio ofrece tres tipos de baños: calientes, a 43,5ºC; tibios, a 40ºC y fríos, perfectos para alternarlos y refrescar cuerpo y mente. Incluye una pequeña terraza con jardín en la que se pueden observar las típicas carpas koi.
Shinsei-yu (Hatanodai, Shinagawa)
Cerca de la estación de Hatanodai, en la línea Tokyu Ikegami, este sentō es un templo de “Ejercicio, relajación y renovación”. Ofrece 18 tipos de baños diferentes enfocados en mejorar la salud de los visitantes, como el “Baño del Sol” –Taiyo no yu–, centrado en tonificar el cuerpo; y el “Baño de la Tierra” –Daichi no yu–, diseñado para la relajación más profunda.
En el “Baño del Sol” llama la atención la pintura del monte Fuji, que se conserva de forma muy cuidadosa desde hace más de 20 años.
Fuku-no-yu (Hon-Komagome, Bunkyo)
El sentō de Fuku-no-yu es uno de los más modernos y, aunque fue renovado en 2011 por completo, sigue preservando el alma tradicional. Se esconde en un callejón muy tranquilo de Hon-Komagome y durante el día el visitante disfruta de una potente luz natural, mientras que por la noche su iluminación se atenúa y crea un rincón mágico y relajante.
Para armonizar por completo su cuerpo y mente, pueden hacerlo en este espacio a través de baños carbonatados, baños de agua blanda y chorros potentes.