Con Juan Carlos Sancha (enólogo), Victoria González (jefe de sostenibilidad), Miguel Caño (chef) y María José Huertas (sumiller) como protagonistas del coloquio que sobre sostenibilidad en el sector vinícola organizado por la Ruta del Vino Rioja Alta, que tuvo lugar en el Jardín de Arzábal (Museo Reina Sofia/Edificio Sabatini) de Madrid, todos ellos introducidos por Alfonso Maestro (gerente de la Asociación para el desarrollo de la Rioja Alta).
Fue un debate interesante, en el que cada una de las personas protagonistas expusieron sus distintos puntos de vista, con un tono muchas veces crítico, repasando los pros y los contras del actual momento del sector, que, quizá, en aras de esa sostenibilidad (cuyo sentido se está pervirtiendo y mal usando) se está olvidando la esencia de su labor, conseguir el desarrollo del ENOTURISMO en esa zona tan especial, que se ha convertido en el principal destino de ese tipo de turismo en 2022.
El enoturismo crea empleo, conserva el patrimonio, mantiene la población y lucha contra la despoblación
Alojamientos, restaurantes, bodegas, museos, enotecas, empresas de ocio y turismo activo, transporte, agencias de receptivo… bajo el paraguas de la Ruta del Vino Rioja Alta se cobijan cerca de 130 empresas del sector enoturístico que desarrollan su actividad en pequeñas localidades en Rioja Alta. El 85 por ciento de sus 77 municipios tiene menos de 1000 habitantes. Sin embargo, el número de enoturistas que reciben no ha dejado de crecer.
En 2022, la Ruta del Vino Rioja Alta fue la segunda más visitada de España, con un total de 313.974 visitantes. Estos datos son aún más favorables si sumamos las cifras cosechadas por las tres Rutas del Vino que operan en la Denominación Rioja: juntas alcanzan los 549.737 visitantes y coronan por primera vez a nuestra región como principal destino enoturístico del país.
A tenor de estos datos, el enoturismo en la Ruta del Vino Rioja Alta se impone como una de las piezas claves para crear empleo, conservar el patrimonio, mantener la población y luchar contra la despoblación. En definitiva, es motor para el sostenimiento, impulso y equilibrio del territorio en todas sus facetas: económica, social, medioambiental, patrimonial, cultural, etcétera. Para la SOSTENIBILIDAD transversal y en mayúsculas.
La Ruta del Vino Rioja Alta invita a disfrutar durante todo el año de la rica y variada oferta de actividades y experiencias personalizadas que el enoturismo ofrece, acercando a la vida real de una comunidad, y así poder aprender la cultura del vino.
El objetivo es la promoción del destino turístico y de los asociados, en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible y de destino turístico inteligente.
Para ello, pertenecen al club de Rutas del Vino de España (ACEVIN) como ruta certificada tomando como propios los criterios de su manual de calidad y los de la de la Secretaría de Estado de Turismo.
Su objetivo es generar experiencias memorables para los viajeros que buscan un nuevo concepto de turismo basado en la cultura del vino.
La Ruta del Vino Rioja Alta es un destino perfecto para desconectar, saborear, disfrutar y perderse entre la naturaleza.
Una tierra donde el turista encontrará un trato cercano y amable en un entorno seguro y tranquilo, en la que descubrirá templos del vino, bodegas centenarias, museos, recorridos de interés arquitectónico, espacios para el aprendizaje y la diversión, turismo rural, fiestas en pueblos…
Y así lo explicaron los ponentes, reconociendo que hay que hacer un mayor esfuerzo para conseguir esos objetivos de sostenibilidad a la vez que se pretende impulsar el desarrollo de ese territorio privilegiado para el cultivo de vides, aunque a veces, haya que luchar con los elementos y contra ciertas reglas que entorpecen queriendo ayudar esos objetivos.
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