Un simple gesto como llevar correctamente el inflado de los neumáticos puede suponer un importante ahorro en el consumo de combustible. De hecho, se calcula que cada día se desperdician 1,35 millones de litros de gasolina por no inflar los neumáticos correctamente. Con motivo del Día del Medio Ambiente que se conmemora este 5 de junio, Norauto, cadena de mantenimiento integral del automóvil, enumera cómo conseguir un ahorro importante en el consumo de combustible y reducir las emisiones contaminantes del vehículo con simples acciones como, por ejemplo, realizar un buen mantenimiento del vehículo o realizar una conducción más eficiente y responsable.
Presión correcta en los neumáticos. No siempre se revisan con la frecuencia apropiada y esto hace que, muchas veces, se circule con una presión incorrecta, afectando directamente al consumo de combustible. De hecho, se estima que aproximadamente el 20% del consumo de combustible está relacionado con la resistencia a la rodadura de los neumáticos. En este sentido, Norauto insiste en la importancia de llevar la presión indicada por el fabricante, muy especialmente cuando hay peso de más.
Neumáticos lo más eficientes posibles. Si tienes que cambiar los neumáticos, es un buen momento para decantarse por aquellos más eficientes. Otro factor destacable es su durabilidad o composición. El símbolo de la bomba de combustible representa la resistencia a la rodadura de un neumático. Cuando menor sea, menos energía requiere y, por lo tanto, menor es el consumo de combustible. Por ello, Norauto recomienda neumáticos con la etiqueta A.
Un servicio de descarbonización puede mejorar los resultados de manera muy significativa. Concretamente, puede suponer un ahorro de hasta el 10% en el consumo del coche y hasta un 20% en las emisiones contaminantes. Además, permite alargar la vida útil del automóvil. Norauto cuenta con un servicio de descarbonización específico para cada tipo de combustible.
Usar determinados aditivos puede reducir el consumo de combustible entre un 3 y 5% aproximadamente. El tipo de combustible y si lleva aditivos o no, también es un factor importante para reducir el consumo de combustible. En este sentido, se pueden encontrar en el mercado aceites con aditivos que mejoran su rendimiento. La cantidad y los tipos de aditivos utilizados contribuyen a la calidad del producto final. Y, no hay que olvidar que el aceite se encarga de lubricar todas las piezas del motor.
Mantenimiento adecuado y periódico del vehículo. Además de seguir las indicaciones de la marca en lo que se refiere a las revisiones, es importante realizar una puesta a punto y comprobaciones periódicas. Y es que si el coche consume más de lo habitual puede ser porque algo no está funcionando como debería. Por ejemplo, la necesidad de cambiar el filtro de combustible suele estar detrás de muchos de estos aumentos en el consumo de combustible.
Cambiar el aceite y el filtro cuando sea necesario también es importante. Norauto recuerda que debe hacerse entre los 15.000km y 30.000km o cada dos años como máximo, lo que antes suceda. Cambiar el aceite y el filtro puede suponer un importante ahorro. También puede ser necesario cambiar el filtro de aire para conseguir que el motor respire correctamente o comprobar que los inyectores no están sucios ni obstruidos y que las bujías están en buen estado.
Respecto a la reducción de las emisiones, desde Norauto recomiendan realizar un diagnóstico de emisiones de gases, también específicos para diésel o gasolina. Conocer el estado de las emisiones ayudará a saber si el motor del coche funciona correctamente y si pasa la prueba de gases de la ITV. En este servicio también se comprueba el estado de consumo de combustible.
Ser más eficiente al volante
Acelerones, frenazos y alta velocidad. El estilo de conducción influye de forma decisiva en el consumo de combustible y las emisiones del vehículo. Llevar una velocidad constante es favorable. A mayor velocidad, el motor tiene que trabajar más y, por lo tanto, aumenta el consumo Por ello, se recomienda optimizar el cambio de marchas. En el caso de los vehículos automáticos, es importante evitar acelerones bruscos y frenazos.
Evitar el exceso de peso en el vehículo. Un vehículo con exceso de carga consume más, ya que requiere mayor esfuerzo del motor para desplazar el peso adicional.
Llevar el maletero de techo o el remolque instalado solo cuando sea necesario. Su uso permanente afecta negativamente a la aerodinámica del coche, aumentando la resistencia al avance y, con ello, el consumo.
Poner el aire acondicionado o circular con las ventanillas bajadas. Ambas acciones pueden contribuir a un aumento del consumo. En el caso de las ventanillas, es más perjudicial según va aumentando la velocidad a la que se circula, ya que hay una mayor resistencia y peor aerodinámica. Por ello, en caso necesario, se aconseja circular con las ventanillas bajadas solo a baja velocidad y, a partir de velocidades más altas, optar por el uso del aire acondicionado o climatizador, de forma que el vehículo tenga un mejor comportamiento aerodinámico.
Apagar el motor del vehículo en paradas prolongadas. Si el coche tiene el sistema Start & Stop, lo hará solo. Esto es especialmente recomendable en atascos.
La planificación es clave. Así, se aconseja evitar al máximo los atascos planificando con antelación los trayectos. Por ejemplo, se puede evitar coger el vehículo en horas punta y moverse por el centro de la ciudad donde las constantes paradas y arranques pueden incrementar el consumo.
En definitiva, gestos individuales que puestos todos en práctica pueden suponer un importante ahorro no sólo en el gasto de combustible sino también en la reducción de las emisiones contaminantes que emite el vehículo.