El auge del teletrabajo ha provocado que para las empresas suponga todo un reto generar espíritu de pertenencia y equipo en sus empleados. Además, varios estudios recientes han arrojado que sobre todo los trabajadores más jóvenes valoran, incluso por encima del nivel salarial, que la empresa les ofrezca incentivos y propuestas que mejoren su calidad de vida.
En este nuevo panorama laboral, las actividades de team-building (Trabajo en equipo) ganan más fuerza que nunca y se convierten en una valiosa herramienta para atraer y retener a los mejores talentos. Dentro de las múltiples opciones, en los últimos años ha ganado una gran popularidad las propuestas relacionadas con el mundo del vino. Además de la gran fama de la que gozan los viñedos y bodegas españolas, cada vez más gente tiene ganas de aprender más sobre la cultura vinícola.
Según los datos de turismodevino.com, agencia especializada en la organización de este tipo de actividades, la demanda de actividades de team building relacionadas con el mundo del vino ha aumentado un 16% en los últimos años. Este tipo de eventos de empresas ya suponen un 9% del volumen de negocio generado por enoturismo de las principales bodegas españolas. Los viñedos y bodegas suponen un entorno idóneo para que los empleados confraternicen con compañeros con los que trabajan en remoto en su día a día y conscientes de esta demanda, el 55% de las bodegas abiertas a visitas ya ofertan este tipo de actividades para empresas.
Turismodevino ha desarrollado sus propias dinámicas de team building con temática vinícola. A las tradicionales dinámicas con catas y maridajes, la empresa añade sus propias propuestas como el Casino del Vino y La Herencia. “Se trata de sacarle el máximo partido a un entorno único para que los asistentes se relacionen, disfruten y participen del apasionante mundo del vino.” explica Luis Lechuga, fundador y CEO de Turismodevino.com.
La Herencia presenta a los participantes un desafío en el que, divididos en facciones de una misma familia, disputarán pruebas individuales y colectivas para demostrar que son los merecedores de la suculenta herencia. Un storytelling inmersivo estructurado alrededor de 4 áreas: energía física, capacidad sensorial para “hacer buen vino”, creatividad para resolver enigmas y trabajo en equipo.
Por su parte, el Casino del Vino aúna la emoción del azar con el mundo vinícola. Los participantes hacen girar la ruleta que les enfrentará a diferentes desafíos: apuestas sensoriales, catas a ciegas, desafíos de maridaje o el Trivial vinícola.
En ambos casos, se trata de actividades muy flexibles, que se adaptan a grupos de diferentes tamaños y permiten sociabilizar y disfrutar entre compañeros, además de fomentar la participación y mejorar el trabajo en equipo.